“En el Mundial sabremos dónde estamos parados”
Rubén Magnano brinda su mirada sobre la selección argentina y la vuelta de Walter Herrmann a Atenas.
VILLA MARÍA. Buenos resultados avalan el presente de la selección argentina de básquet en las eliminatorias para China 2019. Rubén Magnano, DT del equipo en el período 2000-2004 y campeón olímpico con la Generación Dorada, dijo que ve “muy bien” el proceso que actualmente dirige Sergio Hernández, pero pidió “ser cautos” antes de dar una valoración definitiva. “Me gustaría esperar el Mundial para saber adónde estamos parados”, comentó.
Magnano regresó por tres días a su Villa María natal para encabezar un campus organizado por el club Sparta para más de 90 jugadores de hasta 18 años de edad.
Habló de la selección nacional, del básquet de Córdoba, del regreso de Walter Herrmann a Atenas y del legado que la Generación Dorada deja para los más jóvenes.
“No hay que sentarse arriba de los logros y las victorias, pero deben servir como agente multiplicador. Es bueno para los más jóvenes recordarles lo que fue la Generación Dorada, pero más importante es saber cómo se llegó a eso. Esa generación es una vitrina en la que los jóvenes pueden reflejarse y empezar a soñar con su futuro”, reflexionó Magnano.
Sobre el recambio de esa generación, que escribió las mayores páginas de gloria, dijo que tiene una concepción “muy esperanzadora” de cómo se va a comportar esta selección, respaldada por la estructura del básquet argentino: “Es bastante sólida, aún con sus desprolijidades y defectos”.
–¿Cómo ve al equipo en las eliminatorias para el Mundial?
–Es un proceso que está muy bien. Los resultados lo avalan. Pero hay que ser cautos. Están madurando como selección.
–¿Sigue el básquet cordobés?
–Seguí muy de cerca a Instituto y Atenas con grandes campañas. Da para entusiasmarse, compitieron bien, con muy buen trabajo.
–¿Qué aportará Herrmann en su vuelta a Atenas?
–Se caracteriza por su condición física. Técnicamente es un jugador muy dotado que, si se lo propone, puede ayudar muchísimo. Atenas a él le sentó siempre bien y le puede dar una gran mano.