Viejo y glorioso Belgrano...
A las 20 arranca una nueva ilusión celeste. La primera “final” en su lucha por la permanencia será ante San Martín (SJ) en un Gigante repleto.
Alas 20, en el Gigante de Alberdi, la Superliga se pondrá en marcha para Belgrano y su gente. Será ante San Martín de San Juan y con el arbitraje de Germán Delfino.
Otra vez como sucedió el año pasado cuando el Pirata regresó al barrio, el aforo será pleno y las tribunas lucirán repletas, con 30 mil almas haciendo su parte para empujar a los de corto a “dejar la vida” por cada balón y en procura de conseguir un camino lo menos sinuoso posible en busca de la permanencia.
Lo que la gente verá en cancha es a un equipo nuevo o al menos muy retocado en su conformación, porque de los cinco del fondo, cuatro son nuevos. Rigamonti, quien regresó de Vélez y vuelve a jugar tras cinco años a préstamo en varios clubes. Los dos centrales serán Olivares, viene de Godoy Cruz, y Menosse, llegó desde el Granada de España. Y el lateral izquierdo es Alanís, vuelve de su préstamo en Arsenal. En tanto, por la derecha estará Luna por Guidara, en lo que es una variante que como mínimo sorprende.
En el medio “sobrevivió” Lértora y delante de él los tres volantes serán caras casi nuevas: estará Denis Rodríguez, quien llegó de Newell’s, Martín Rivero, viene de Patronato, y Juan Brunetta, jugó poquito en el torneo pasado.
Finalmente, en la ofensiva se moverán dos de la “vieja guardia” como Sequeira y Suárez.
Lucas Bernardi y su grupo también tendrán “su debut” de campeonato y su idea intentará sobreponerse a la presión de un estadio lleno y de la ansiedad general de la gente. Pero por sobre todo, a un grupo que se está amalgamando y a un equipo que se está formando.
Respaldo total
Cuando llegue la hora de inicio del juego ante los sanjuaninos, el Gigante mostrará su mejor cara, se vestirá para la fiesta y su marco será pleno.
Porque el socio no le da la espalda jamás a Belgrano y siempre va al frente, porque son los que marcharán en caravana por las calles del barrio donde nació la pasión, para colmar las tribunas sin mirar las tablas y sabiendo que “el equipo los necesita”.
Obviamente habrá nervios, porque todos ellos conocen que no está simple el campeonato y que será una temporada en la que se contarán “las monedas”.
El promedio es una realidad y no se la puede ocultar no hablando de él, sino que hay que afrontarlo, tomarlo en serio y vencerlo.
La “B” sabe que tendrá 25 finales y que apuntarle a engrosar el promedio hará que se cumpla con una buena campaña en la cosecha de puntos y como consecuencia, si se logra, empezará a mirar de otra manera la tabla de los promedios y la del campeonato.
Es la hora de la verdad, atrás han quedado los amistosos, el triunfo en el clásico y las determinaciones de que el “3” sea un volante o que el “4” de la gente, aquel del rendimiento parejo, este entre los suplentes.