Instituto goleó en su centenario
La Gloria celebró sus 100 años con austeridad, pero con un anhelo grande: volver a la Primera División.
El cartel, en el acceso al nuevo edificio de la sede social, es toda una referencia. “Acá no nacen vecinos, nacen hinchas”, reza el letrero desde una de las paredes, enmarcado por fotos de Osvaldo Ardiles, Mario Kempes y otras glorias de este Instituto convertido en centenario.
Y algo de eso se vivió en un barrio que ayer celebró de manera austera, en familia, como si el Monumental fuera algo así como el patio de su casa, rubricando ese sentido de pertenencia con “el barrio de los campeones”, como alguna vez se le llamó a Alta Córdoba como lógica consecuencia de la impronta del famoso equipo del Glorioso.
“El centenario nos une a varias generaciones”, sostuvo el presidente Gastón Defagot, mientras en las tribunas un padre le señalaba a su hijo a Eduardo Anelli, Miguel Olmedo y Hugo Trucchia, tres referentes de algunas décadas atrás que ayer, junto a varias otras celebridades, volvieron a pisar el césped del Monumental para oír los aplausos de los hinchas como cuando vestían los cortos.
“Vivo esta fiesta como un hincha. Me ha sorprendido la cantidad de familias que todavía tienen ese fuerte sentimiento por el club y que va creciendo día a día. Creo que hoy los jugadores y las viejas glorias hemos pasado a un segundo plano, porque el protagonista auténtico es el hincha”, decía con inocultable emoción Américo Gutiérrez, un estandarte defensivo del Instituto de los años 60/70, en los que “el Meco” exhibía toda su calidad y caballerosidad dentro del campo de juego.
A su lado, Oscar Edmundo Moreno, Daniel Machado, Washington Areco, Carlos Marocchi, Jorge Tita, Juan José Moyano, Julio “la Yegua” Ortiz, Argentino Gómez y otros cracks de antaño juraban no esperar otro centenario para volver a reunirse. “Hagamos un asado aunque sea de verduras”, bromeó uno de ellos.
El peregrinar tuvo paradas en los carritos de comidas y, también, en los cruces para las selfies con históricos jugadores. Otros le agregaron el trámite de cumplir con la consigna del “asociate”, esa acción convocante con la que la dirigencia pretende llegar a los 10 mil socios.
Fútbol con nostalgia
A la hora de rodar la pelota, Julio Chiarini, Daniel Jiménez, Oscar Dertycia, Claudio Sarría y Renato Riggio se ganaron los aplausos más generosos, en un animado preliminar de veteranos (y no tantos) entre “amarillos” y “colorados”. También
El resultado (3-3) fue lo de menos. El disfrute fue ver las corridas de un “Cocayo”bastante íntegro y volver a gritar un gol de “Miliki”. Después, el equipo que dirige Darío Franco se encargó de ponerle la cereza al postre, con una goleada que invita al entusiasmo por lo que se viene.
Fueron horas de gloriamanía, porque la reunión empezó temprano, con un barrio que ganó la calle en dirección al Presidente Perón, y terminó cuando el cielo se iluminó con los fuegos artificiales que renovaron ilusiones. Claro que no faltó, tampoco, el grito de guerra y esperanza que el hincha sueña con cantar por última vez en esta temporada que recién arranca. “El Volveremos/volveremos/volveremos otra vez...” fue el hit más repetido. La promesa está hecha y más de un blasfemo dijo amén.