La “B”, la “T” y la Gloria, con entrega innegociable
El fútbol cordobés vivió un fin de semana muy intenso y movido con los tres clubes más populares de la provincia como protagonistas de las principales atracciones del sábado y el domingo.
Los debuts de Belgrano y de Talleres en la Superliga 2018/19 fueron sin dudas los partidos que más atención generaron porque marcaban el puntapié inicial de ambos en la temporada de Primera División, mientras que el cierre de los festejos del centenario de Instituto provocaba un nuevo pico de emoción en los hinchas gloriosos, que toda la semana celebraron a medida los 100 años que la prestigiosa entidad de Alta Córdoba cumplió el miércoles pasado.
Si algo quedó claro en las presentaciones de Belgrano
–el sábado, con empate en cero frente a San Martín de San Juan en Alberdi– y de Talleres –ayer con caída 1-0 contra Boca en la Bombonera– es que se confirmó que cada partido será una final para los dos representantes cordobeses en la principal categoría argentina. Una final en el sentido de que si no afrontan sus compromisos con la máxima concentración, tendrán serias dificultades para sumar de acuerdo con sus aspiraciones.
Le pasó a la “B” contra los sanjuaninos, cuando dos desatenciones le dieron chances a la visita; también en un par de ataques celestes que terminaron desperdiciados, por ejemplo, por no desprenderse más rápido de la pelota o elegir mal las opciones.
Y también le sucedió ayer a la “T”, que mostró problemas para marcar en los córners que les cedió a los boquenses, y pecó de abulia y de falta de ideas para decidirse a atacar a un equipo que impresiona por sus individualidades, pero que sigue sin convencer respecto a su funcionamiento colectivo, más allá de que la sensación es que de una u otra forma siempre te va a ganar.
Por supuesto que Belgrano y Talleres deberán evolucionar en su juego para volverse más confiables, y para eso necesitan partidos. Pero lo que no pueden negociar es la predisposición y la entrega para afrontar cada compromiso como si fuera el último. Una condición que tendrá que tener Instituto también cuando empiece a recorrer el camino que pretende que lo devuelva a la Primera División.