Mundo D

Monumental

Belgrano igualó 0-0 gracias a un gigante Rigamonti, la gran figura frente a River en su cancha.

- Enviado especial a Buenos Aires Pablo Ocampo pocampo@lavozdelin­terior.com.ar

Primero fue ver cómo se las pudo arreglar para aguantar, después que la fortuna le fuera dando una mano hasta donde se pudo y finalmente las manos de Rigamonti estuvieron presentes para sostener el empate 0 a 0 de Belgrano ante River en el Monumental.

Cuando en 2011 el Pirata regresó a Primera, César Rigamonti estuvo sentado en el banco de suplente. Fue parte de la fiesta de aquel año, pero debió esperar más de siete años para regresar al estadio de Nuñez con la casaca celeste.

Y cuando fue llamado a jugar, el arquero se las arregló para sostener el cero en su arco contra todo el empuje de River, muchas veces ayudado por la falta de definición de sus atacantes, otras porque el poste jugó para su lado y las demás porque esperó mucho para tener este examen con el club cordobés.

El guardameta de 31 años tuvo un segundo tiempo de altísimo nivel y se erigió en la figura de su equipo y del partido, porque cuando le tiraron de frente, de costado, de alto o de rastrón, estuvo siempre para “ponerle el pecho” a los intentos del adversario.

Claro está que Belgrano no tuvo un partido de alto vuelo, sino todo lo contrario, porque aguantó y aguantó, jugó poco y de a ratos pareció tan sometido que se extrañó que River no marcara.

Pero en el fútbol el merecimien­to es anecdotari­o y más aún en la tabla de los promedios, donde el pueblo Pirata tiene posado los ojos, esa “maldita tabla” en la que todos los puntos valen uno. Y el de anoche le sirvió a los Celestes para dar un pasito más en procura de llegar al objetivo de la permanenci­a.

Lo más positivo fue sin duda haber sumado, sostener su arco en cero y demostrars­e que puede ser un equipo de carácter para sobreponer­se a una diferencia abrumadora, como la que se dio en el arranque del juego en especial.

El “Gringo” retornó después de cinco años para tener partidos como el de anoche. Para ser el arquero que se propuso ser y el que espero tanto tiempo una chance de estar de movida y mostrar todo lo que es capaz de hacer.

El frío, la lluvia y un River deseoso de quedarse con el triunfo desde el inicio, fueron el marco de una noche que sirvió para que Rigamonti muestre que se ha puesto el arco de Belgrano al hombro y que buscará ser en esta temporada un puntal en la lucha por seguir estando en Primera.

Quintero, Enzo Pérez, Borré, Pratto, son algunos de los locales que se irán pensando en por qué no pudieron con el guardameta cordobés. Y la respuesta está en la actuación del número “23”, quien se agigantó desde el arranque y que hasta dejó la piel contra el caño del arco cuando Luna casi la clava en contra.

Una noche inolvidabl­e

Fue una de esas noches que se quedan para siempre en la memoria, porque para el guardameta fue la vuelta soñada al club que lo vio nacer y con el que tenía esa cuenta pendiente de estar y demostrar para que estaba. River se fue con un punto y el sabor a poco quedó flotando en el Monumental, pero la verdad es que para el local fue una noche de chocar y no poder con el arquero celeste, quien vino al Monumental después de siete años con Belgrano. Y como aquella tarde de 2011, se fue mirando a los ojos a los hinchas del Millonario que nuevamente sufrieron por la presencia del Pirata.

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(FEDERICO LÓPEZ CLARO) Una de las tantas que sacó. César Rigamonti tapó todos los tiros que fueron hacia el arco de Belgrano. Tuvo una actuación consagrato­ria.
 ?? (FEDERICO LÓPEZ CLARO) ?? Infranquea­ble. El arquero celeste fue una barrera imposible de superar para los jugadores de River. Sacó pelotas casi imposibles.
(FEDERICO LÓPEZ CLARO) Infranquea­ble. El arquero celeste fue una barrera imposible de superar para los jugadores de River. Sacó pelotas casi imposibles.

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