Talleres necesita empezar a sumar
A las 15.30, la “T” buscará levantar su nivel y cortar con las dos derrotas al hilo. Frente a Gimnasia en La Plata, Vojvoda cambia de sistema y de nombres.
¿Podrá Talleres, como la Caperucita Roja, jugar en el bosque mientras el lobo no esté? La referencia a la mítica canción que alumbró el tradicional cuento infantil, viene como anillo al dedo para pintar lo que puede pasar hoy, a las 15.30, cuando la “T” visite en el bosque platense a Gimnasia y Esgrima. Un Lobo que de feroz tiene poco y que bien podría servirle para iniciar el camino de la recuperación en la Superliga.
Las dos caídas seguidas en el arranque del torneo, contra Boca y Rosario Central, ambas por 1 a 0, golpearon en lo anímico al equipo, pero lejos están de haberlo adormecido. Juan Pablo Vojvova trabajó mucho en ese aspecto y reforzó la convicción en sus jugadores de que Gimnasia le puede dar ese plafón que precisa para arrancar.
Si va a plantearle un partido de meter, correr y morder. La “T” se meterá en el juego que más le conviene al equipo de Pedro Troglio. Pero si intenta jugar, progresar en el terreno a través de sus asociaciones y de sus jugadores mas dúctiles, pensar que podría venirse desde La Plata con un buen resultado sería más que posible.
Como el lobo de la Caperucita, a partir de esa impronta algo rústica pero que ya es parte de su tradición futbolística, Gimnasia entra y sale de un partido con la misma facilidad. De repente está, y con idéntica inercia se va del juego. Crea poco, mete mucho y aprove- cha lo poco que pueda generar en ataque. Así le ganó 1-0 en la primera fecha a Argentinos Juniors y del mismo modo perdió en la segunda jornada contra Banfield.
Para conseguir vencer a ese amarretismo no siempre efectivo, la “T” deberá jugar con inteligencia y no dejarse amedrentar desde el arranque por los aullidos del Lobo.
Si empieza como una tierna ovejita, probablemente el Lobo se lo coma. Pero si le ruge de entrada y le plantea el partido en su zona de riesgo, otra puede ser la historia.
Pese a que perdió, Talleres mejoró contra Rosario Central la pobre imagen que había dejado ante Boca. Tuvo algo más de juego con la inclusión de Tomás Pochettino en el medio, con el cambio de sistema del 4-3-3 al 4-4-2 sin extremos, que sostendría hoy y con dos centrodelanteros (Montenegro y Arias), que abrieron espacios para la llegada de sus volantes. Estuvo más cerca del gol, que igualmente no llegó, pero que en algún momento lo hará. Y hoy podría ser la oportunidad.
Y si, además, con la irrupción del central peruano Miguel Araujo en lugar de Juan Cruz Komar logra una salida más rápida y sufre menos con la pelota parada en contra –los dos goles que le hicieron vinieron de tiros de esquina– podría cerrarle el negocio. Hasta un empate le serviría, porque al menos cortaría la racha adversa.
Talleres necesita despegar y hoy puede ser un gran día para conseguirlo. Aprovecharlo o que pase de largo, como dice Serrat en otra canción que nada tiene que ver con la de la Caperucita, dependerá de cómo se plante frente al Lobo.