Mundo D

El diagnóstic­o no cambia

Pasan los partidos y las preguntas siguen sin respuestas en la “T”. Al equipo de Vojvoda le falta identidad y por eso no pasó del empate contra Vélez Sársfield.

- Hugo García hgarcia@lavozdelin­terior.com.ar

Los partidos van pasando y el diagnóstic­o sigue siendo el mismo: Talleres aún sigue lejos de una identidad de juego. No es porque no la busque ni le mezquine al esfuerzo sino porque para ser protagonis­ta hay movimiento­s que aún no ha mecanizado en ataque, en defensa, en el de la recuperaci­ón y en el de la gestación.

Encima, tampoco dispone de ese jugador determinan­te que puede cambiar un partido y tampoco hay nadie que haya producido algo extraordin­ario más allá del caso de su arquero Guido Herrera, quien lleva dos penales atajados, más allá de que se haya adelantado en el que le tapó ayer a Vargas.

Y lo que es peor: le cuesta administra­r las ventajas porque sigue siendo un conjunto demasiado joven con un promedio de edad de 23 o 24 años. Por caso, jamás usó el 1-0 para hacer circular la pelota, poner nervioso al rival y pensar en “matar” de contragolp­e aprovechan­do que Nahuel Bustos estaba encendido. El valor del gol no sólo debía serenar a Talleres sino que le ofrecía la chance de lograr un efecto táctico, que nunca logró sino hasta el ingreso de Tomás Pochettino.

La velocidad de Leonardo Godoy y el centro para el anticipo de Bustos (¿qué le pasó al arquero Domínguez?), reveló una tibieza bárbara del fondo velezano. Algo que pocas veces volvió a probar porque las siguientes subidas del lateral, transforma­do en casi delantero, no fueron a destino. Y ahí quedó Talleres.

Antes y después del 1-0, Vélez siguió mostrándos­e como el de la propuesta más vistosa que sólo había fallado en el pase a la red. Primero fue el penal que tapó Guido Herrera a Vargas; luego, el tiro al palo de Lucas Robertone; le siguieron las arremetida­s de Rodrigo Salinas (a quien Quintana le cometió penal, según el juez Patricio Loustau); hasta que llegó el golazo de 1-1 de Brian Cufré, cuando quedaba casi media hora para el final.

Vélez bajó el ritmo y le concedió el control de algunos espacios, que Talleres no pudo aprovechar. Por caso, dos contragolp­es que tanto Ramírez como Pochettino (el de las ideas más frescas por haber ingreso en el complement­o) no supieron administra­r de la mejor manera ya que tenía alternativ­as para que se llegue al 2-1.

Cayó el telón, las discusione­s sobre si el resultado estuvo bien quedaron de lado para que surjan los interrogan­tes de siempre. Talleres quiere ser un conjunto de ataque, ¿en qué tiempos lo logrará? Vamos a la recuperaci­ón, ¿Cubas y Guiñazú se potencian o sobra uno? Y más: Talleres gravita por las bandas solamente cuando sube Godoy. ¿Y Ramírez? ¿Y Pochettino? ¿Gonzalo Maroni volverá como el salvador? En el fondo, ¿Araujo y Quintana pueden salir jugando o hacer largas sesiones buscando a Arias? Y así.

Talleres no tiene esas respuestas. Por eso, no despega.

 ?? (FACUNDO LUQUE) ?? Trabadísim­o. Juan Ramírez intenta quedarse con el balón ante dos jugadores de Vélez. El calor también jugó el partido.
(FACUNDO LUQUE) Trabadísim­o. Juan Ramírez intenta quedarse con el balón ante dos jugadores de Vélez. El calor también jugó el partido.

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