Bernardi: con la tarea a la mitad
EL entrenador sabe que “su” Belgrano tiene mucho por mejorar y trabaja para darle al equipo un perfil.
Desde mediados de junio, cuando se hizo cargo del plantel profesional de Belgrano, Lucas Bernardi ha mostrado varias facetas de su propio estilo y mucha personalidad. Sabe que tiene una misión para nada sencilla: mantener al Pirata en Primera División. De allí que, sin menospreciar los aspectos del juego, haya una valoración de cada punto que sume el equipo. Es cierto que Belgrano está invicto, pero apenas convirtió tres goles en cinco fechas y la realidad es que deberá ser más agresivo para que la cosecha sea un poco más generosa y la segunda mitad del campeonato no lo encuentre sumido en un mar de urgencias.
Lo bueno Competencia interna.
Bernardi, desde que llegó, dejó en claro que para él no hay titulares ni suplentes. El DT hace una valoración (que a veces no coincide con la del hincha) y arma el equipo de acuerdo a un criterio en el que privilegia la dinámica.
Otro aspecto innovador es el de plantear cada partido con una estrategia diferente, que se ajusta al rival de turno. Con aciertos y errores en esa lectura, lo cierto es que Belgrano ya no prescinde del análisis del oponente. Por el contrario, es un aspecto importante.
Un plan para cada rival.
Es cierto que esta variable se apoya, fundamentalmente, en las muy buenas intervenciones del arquero César Rigamonti. Pero no menos cierto es que es
Pocos goles en contra.
muy difícil que Belgrano sea sorprendido en el retroceso o quede mal parado en una contra rival.
Lo malo Con la pelota.
“Si no tenés la pelota, no tenés nada”. El propio Bernardi sintetizó el déficit. Salvo pasajes, a su equipo le cuesta demasiado generar juego asociado. Las líneas lucen desconectadas y el pelotazo aparece como única vía para atacar.
La agresividad en la marca.
La tarea defensiva incluye a todos y, por lo general, sus movimientos son armónicos en cuanto a la ocupación de espacios. Sin embargo, son pocos los futbolistas que se animan al anticipo y, en su gran mayoría, pierden los duelos personales. Por eso le llegan bastante a Belgrano.
Es un aspecto a trabajar. Así como algunos jugadores lucen renovados (Juan Francisco Brunetta es un caso emblemático), otros parecen haber caído en la confusión o sentir la presión de lo que se juega en cada partido. Belgrano necesita que todos estén bien.
Confianza.