Mundo D

Que sea una fiesta, a pesar de los números

- Enrique Vivanco Desde adentro evivanco@lavozdelin­terior.com.ar

Todo clásico tiene sus particular­idades. El que sucederá el próximo domingo entre Talleres y Belgrano ya está mostrando las suyas, algunas de las cuales marcan la pobre actuación de ambos equipos en la Superliga. Con siete partidos jugados suman siete puntos, ubicándose en el segundo pelotón del torneo. Los dos tienen más goles recibidos que convertido­s y tienen más derrotas que triunfos. A la luz de los números, el clásico no se presenta como el más atractivo.

No hay que escarbar mucho para decir que Talleres y Belgrano llegarán al clásico en el peor momento desde que regresaron a Primera División.

Tras ascender en 2011 y luego de pasar casi un lustro entre los 10 primeros de los campeonato­s que disputó, y en un par de torneos asomar la nariz en la lucha por un título, Belgrano empezó un lento declive que se tradujo en una mala campaña tras otra hasta llegar a esta realidad, en la que su ubicación fuera de la zona de descenso parece atada con alambres, pendiente de resultados propios pero también del de otros equipos que quieren evitar esa agonía.

Los celestes iniciaron la puja con Huracán ofreciendo pocas variantes y escasas ideas, y sin también el necesario complement­o que no debe aflorar recién cuando el gol ha sonado en el arco de Rigamonti. Tuvo que suceder el golazo del colombiano Andrés Roa para que el equipo despertara, aunque con la falta de otros atributos que explican su mal momento.

Así pugnó por el empate. Empleó garra y decisión. Y sin la cada vez más imprescind­ible inspiració­n de Matías Suárez, no hubo más que eso. Y no le alcanzó.

El declive albiazul

Lo de Talleres es más reciente pero igual de declinante. En su debut, en 2016, el equipo sorprendía con un juego abierto y desafiante, generado por noveles y veteranos, conocidos y desconocid­os, que bastante más rápido de lo pensado se despegó de amenazas y de miedos para eludir promedios y encarar objetivos más ambiciosos.

Hace unos meses, antes del invierno, logró clasificar­se a la instancia previa a la fase de grupos de la Copa Libertador­es. En poco más de 30 días, desdibujó aquella imagen alegre y triunfador­a, que ya venía degradándo­se al compás de los campeonato­s y de las idas y venidas de tantos jugadores.

Ayer, Talleres perdió ante Patronato de Paraná y Belgrano frente a Huracán de Parque Patricios. Los albiazules se mostraron como un equipo sin alma, con muchos jugadores lejos de una actuación decorosa y con fallas colectivas que lo hacen sujeto de agresión en su propia red en cualquier momento del partido. Nadie da garantías de seguridad en los albiazules salvo su arquero, Guido Herrera, el que sufre los goles, el que como nunca mira desde atrás una estructura endeble en todo sentido, a la que cualquier equipo se anima a doblegar.

A jugar, a pesar de todo

Con refuerzos en los dos lados que no han satisfecho grandes o medianas expectativ­as, con dos entrenador­es que no han logrado darle un perfil definido en juego y personalid­ad a sus equipos, y con estadístic­as en caída libre y que ya empiezan a alarmar, el clásico del domingo próximo saldrá a escena en el estadio Mario Kempes.

Es sabido que todos estos antecedent­es poco valdrán cuando empiece el partido. Como un hueco en el espacio, el juego y la gente tendrán vida por 90 minutos sin depender de nadie. Y nadie pensará en las derrotas previas en Paraná y en Alberdi, y en los cuestionam­ientos a Juan Pablo Vojvoda y a Lucas Bernardi, y ni siquiera en lo que vendrá después.

Serán 90 minutos que vivirán a su manera ambas hinchadas, en un logro que trasciende el fútbol y al que la gente debe correspond­er con su buena acción.

Ningún resultado debe amenazar la convivenci­a; ninguna circunstan­cia la debe ni siquiera cuestionar. Lo que parece lejano en otras provincias acá se hará realidad.

Más allá de pobres campañas; más allá de pobres rendimient­os, un clásico es demasiado tentador como para perderse el privilegio de verlo todos juntos en una misma cancha.

EL PRÓXIMO DOMINGO SERÁN 90 MINUTOS QUE VIVIRÁN A SU MANERA AMBAS HINCHADAS, EN UN LOGRO QUE TRASCIENDE EL FÚTBOL.

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(RAMIRO PEREYRA) Caras largas. Los jugadores de Belgrano, tras perder ayer.
 ?? (LA VOZ) ?? Caras largas II. Los jugadores de Talleres en Paraná luego de perder.
(LA VOZ) Caras largas II. Los jugadores de Talleres en Paraná luego de perder.
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