La lluvia cambió los planes y no avisaron

“¡Qué clima, loco!”, es una expresión muy común entre la gente. Sucede que se pasa del calor al frío o aparecen las lluvias cuando menos las esperamos y siempre estamos cambiando de planes. Y es allí donde las fallas para comunicarnos se hacen presentes. Entonces, alguien que debía estar en un lugar se va a otro y las confusiones están por todos lados.

Algo de eso sucedió esta semana en Belgrano. Pues se había resuelto que una práctica fuese en Alberdi, pero durante la noche anterior la lluvia se hizo presente y se resolvió cambiar el lugar de trabajo. Pasó al predio de Villa Esquiú.

El punto fue que en los grupos de WhatsApp alguien olvidó incluir a quienes hacen seguridad para el plantel superior. Como consecuencia, varios de ellos (casi todos) estuvieron bien temprano empujando las puertas del Gigante, pero se dieron con la sorpresa de una mudanza no advertida. Como dice el cantante Luis Miguel: “No culpes a la noche, no culpes a la lluvia”.