Mundo D

Rocío Comba La marca soñada, un día impensado

La clasificac­ión a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 llegó en un contexto adverso para la exatleta.

- María Eugenia Mastri mmastri@lavozdelin­terior.com.ar

“Corría el año 2008, era mayo y yo estaba estudiando para corredora de comercio y martillera...”. Con gracia, pero sin faltar a la verdad, Rocío Comba inició el relato del día “D” en su vida deportiva. La exatleta riotercere­nse aceptó la consigna, pero pidió tiempo para pensar cuál era ese momento que marcó su carrera.

A la exlanzador­a de disco le costó elegir uno, porque en su memoria aún vive con alegría esa niña que durante todo un fin de semana llevó colgada la primera medalla de su carrera, esa de bronce que ganó en una Copa Nacional de Menores y que la tuvo correteand­o de un lado a otro exhibiendo con orgullo su logro.

Pero el esfuerzo signó su carrera. El significad­o más puro del amateurism­o tomó forma en la riotercere­nse tres veces olímpica, que desde una pista austera en su ciudad natal se convirtió en la atleta más ganadora de la historia argentina con 23 medallas de oro nacionales. Y por eso, no podía faltar en su relato.

Retomemos…

“Corría el año 2008, era mayo y yo estaba estudiando para corredora de Comercio y martillera. Tenía que rendir un examen a las 10 de la noche y de ahí me fui a la terminal, tomé el colectivo para ir a Córdoba, me quedé a dormir en la casa de una tía porque a las 5 de la mañana salía el avión para Brasil, donde se hacía la primera fecha del Grand Prix Sudamerica­no en Uberlandia”, completó.

Esta introducci­ón sirvió para darle contexto a su día “D”. Ese en el que consiguió la clasificac­ión para los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Los primeros de su carrera.

Lo que siguió después tampoco fue sencillo. El vuelo que debía llevarla hasta Uberlandia sufrió demoras y Comba llegó a destino con un día de retraso. “Fue un viajazo”. Su cuerpo le pasó factura y después de comer algo se acostó, alrededor de las 18, y no se levantó hasta las 9 del día siguiente. “Venía agotadísim­a”.

“Me desperté y la tenía a ‘Romi’ Maggi (lanzadora de jabalina) saltando en la cama. No me podía despertar. Me juraba que había hecho de todo para que me levante a cenar la noche previa, pero no hubo forma”, contó.

Rocío finalmente se levantó, comió algo y se fue a la pista a moverse; a comenzar a activar su cuerpo 24 horas antes del torneo.

Y llegó el día. Ella todavía sentía el cuerpo cansado. Fue a competir sin pensar en marcas. Relajadísi­ma, abstraída de un contexto que implicaba la presencia de las fuertes rivales de Cuba y Brasil. “Estaba retranquil­a, sin pensar en nada, y terminé haciendo la mínima para los Juegos de Beijing”.

Lo consiguió al lanzar su disco a 59,86 metros, 86 centímetro­s por encima de la marca mínima exigida para Beijing. ¡Y con récord argentino!

“Fue un torneo excelente, con una serie espectacul­ar. Terminé en el podio con los aplausos de las cubanas”, repasó aún movilizada, y reconoció: “Lo que más me quedó de ese día es que conseguí la marca cuando menos lo esperaba. No lo podía creer realmente”.

Por eso salió de la pista y corrió a hablar con los otros argentinos. Apeló a Maggi y Juan Cerra, quienes ya tenían experienci­a olímpica, para que le cuenten cómo era eso que “mil veces había soñado” pero que “jamás” imaginó que iba a poder vivir de adentro.

–¿No fuiste al torneo buscando esa marca?

–Para nada. Venía con buenas marcas y tenía el objetivo de clasificar a Beijing. Pero tenía sólo 20 años y la meta en principio era intentarlo. No había presión de hacer la marca. Había hecho todo bien, pero lo que menos pensé era hacerla en un contexto en el que venía estudiando al palo, sin dormir de noche, con la cabeza saturada, más el trajín de un vuelo eterno... El contexto no me ayudó para nada. No fue favorable en lo más mínimo. Salvo la cama del hotel y el sueñazo que me pegué.

–¿Qué significó ese día en tu carrera?

–Lograr la clasificac­ión a los primeros Juegos Olímpicos marca un antes y un después en la carrera de un deportista. Y yo no dejaba de ser de un pueblo, del interior del interior, y todo lo que conlleva eso. No es lo más común que alguien que hizo toda su carrera en la pistita acá del “poli” logre llegar a una cosa así. Me dejó el mensaje de que si lo pude hacer yo, lo puede hacer cualquiera que lo sienta, lo desee y haga todo por lograrlo. Porque obviamente esto no es magia.

IR A BEIJING ME DEJÓ EL MENSAJE DE QUE SI LO PUDE HACER YO, PUEDE HACERLO CUALQUIERA QUE LO SIENTA Y HAGA TODO POR LOGRARLO.

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(JOSÉ HERNÁNDEZ / ARCHIVO) Recuerdo feliz. Su primera clasificac­ión olímpica fue una marca en la carrera de Rocío.
 ??  ?? Veinteañer­a. Rocío tuvo en 2008, en Beijing, su primera experienci­a olímpica. Disfrutó de la ceremonia inaugural con los otros cordobeses de la delegación. Antes de los Juegos, se había preparado en Formia, Italia.
Veinteañer­a. Rocío tuvo en 2008, en Beijing, su primera experienci­a olímpica. Disfrutó de la ceremonia inaugural con los otros cordobeses de la delegación. Antes de los Juegos, se había preparado en Formia, Italia.

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