Talleres pisó bien fuerte
La “T” mejoró y logró un triunfo indispensable frente a San Lorenzo. Se trató de un 1-0 histórico, porque fue la primera vez que vence al Santo de visitante.
El Talleres de los pibes. El que ayer mezcló los 40 años llenos de orgullo y sabiduría de Pablo Guiñazú, con los 19 años repletos de sueños y ambiciones de Facundo Medina y Gonzalo Maroni. El que salió a la cancha promediando 23,81 años. El que también es capaz de ilusionar y desilusionar en la misma jugada, ayer hizo historia: le ganó 1-0 a San Lorenzo y logró el primer triunfo de la “T” en el Nue- vo Gasómetro desde que inauguración, en 1993, primero como visitante del Santo.
Cayó justo la victoria: el exigente mundo albiazul se había llenado de interrogantes tras la derrota 20 ante Defensa y Justicia en Florencio Varela y el empate poco convincente en cero ante San Martín de Tucumán en Córdoba. Y la ocasión para recuperarse era propicia por demás. Porque San Lorenzo navegaba en aguas agitadas. En la semana, se había quedado afuera de la Copa Argentina por penales frente a Temperley, su técnico Claudio Biaggio se había alejado del cargo y quien todos dicen que será el futuro técnico, Jorge Almirón, todavía no había arreglado su contrato.
Un golazo de Gonzalo Maroni, a los 20 minutos del primer tiempo, abrió el paso para abrochar los tres puntos tan esperados. Y después hubo que arremangarse para sostener la diferencia: sobró orden y oficio defensivo para aguantar las embestidas azulgranas, sobre todo en el segundo tiempo. Y faltó oficio y justeza adelante para resolver varias situaciones de contra que se le fueron presentando.
El extremo colombiano Diego Valoyes, Nahuel Bustos y el propio Maroni pudieron haber estirado la diferencia y no lo hicieron. Son pecados de juventud.
“Salvo ‘el Cholo’, que tiene 40 años, y Ramírez, con 25, el resto de los muchachos tiene entre 19 y 23 años. Y hoy vi a un equipo valiente que quiso hacer las cosas bien, aun equivocándose”, dijo el DT albiazul Juan Pablo Vojvoda a propósito de la juventud de la formación que ayer puso sobre la cancha. Y de la que también tenía en el banco.
Y agregó: “Además, ante el error siempre nos recuperamos. No podemos pretender que chicos de esa edad jueguen como veteranos de 30 o 40 años. Nuestra obligación es mejorarlos y potenciarlos, porque los verdaderos protagonistas son ellos”.
Es que al lado de Mauricio Caranta (40 años) y Javier Gandolfi (35) estuvieron sentados Nahuel Tenaglia (22), Fernando Juárez (20), Lautaro Guzmán (18), Joel Soñora (22) y Junior Arias (25).
Y esto sin contar a los jugadores que circunstancialmente quedaron fuera de la convocatoria o esperan en reserva su turno de mezclarse con la Primera.
Talleres es una apuesta al futuro. Aunque su gente le pida resultados en tiempo presente.
“Como tengo un plantel tan joven, cuando hago los cambios, pienso en lo que hago. Si a estos chicos los sostengo a pesar de todo o los saco para protegerlos. Aparte de la cuestión táctica, en la semana tengo que manejar este tipo de situaciones y yo hoy (por ayer) vi un equipo joven pero también maduro”, reconoció JPV respirando con alivio tras as críticas que recibió en las últimas semanas.
Cuestión de tiempo
La participación en la Copa Libertadores 2019 seguro implicará la llegada de refuerzos que elevarán el promedio de edad del plantel de Talleres.
Pero tampoco es la idea de la gestión Fassi llenarse de veteranos para jugar el máximo torneo continental a nivel de clubes. Arribarán algunos hombres con rodaje, pero también habrá que darle lugar a los chicos que empujan desde afuera pero también desde dentro del equipo.
Los mismos que ayer dejaron su marca en una cancha esquiva como la del Bajo Flores y ante uno de los grandes del fútbol argentino. Llevados de la mano por “el Cholo” Guiñazú, los pibes de Talleres quieren y pueden.
Habrá que esperarlos. Es sólo una cuestión de tiempo.