Mundo D

“Ninguno va a especular ni un minuto”

José Luis Villarreal, que pasó por Boca y por River, habló de su experienci­a y gratitud eterna hacia ambos clubes.

- Hugo García hgarcia@lavozdelin­terior.com.ar

Boca y River no van a ser lo mismo después de estas inéditas finales de Copa Libertador­es que comienzan hoy. Serán una huella imborrable tanto para el campeón como para el perdedor. Y quien mejor que José Luis Villarreal para que le ponga palabras a ese mundo de sensacione­s que se vive en cada club y que vivió en los 90.

El cordobés disfrutó lo mejor de cada uno al ser campeón y también sufrió ya que aún hoy los hinchas de Boca le recriminar­on su paso a River, por más que no haya sido directo, y los millonario­s los hostigaron por haber venido de la contra. “No tengo preferenci­a por ninguno de los dos. Soy un agradecido por haber jugado en ambos clubes. Me sigue distinguie­ndo, como ahora, que me toca hablar de un BocaRiver histórico e inédito. Igualmente, ninguno va a especular ni un minuto. No pueden, no deben”, arrancó “Villa”.

–Que River haya jugado mejor y con jugadores más jóvenes, ¿representa una ventaja o es relativo?

–River tiene más juveniles. Por Boca, son menos los pibes y más los experiment­ados. Sin llegar a ser ese equipo homogéneo y compacto, es práctico. Cuando llega, te convierte. De tres cuartos de cancha en adelante está lo mejor. Ábila, Benedetto, Pavón, Villa, Zárate, Tevez son desequilib­rantes. River ha tenido siempre esa premisa de hacer debutar a jugadores muy jóvenes como Palacios o completar su formación como en el caso de Gonzalo Martínez. Hasta la situación más reciente como es la del cordobés Cristian Ferreira. Es todo un desafío para ellos, mantenerlo a lo largo de años. Es la gran apuesta que deben asumir Belgrano, Talleres, Instituto y Racing. Fijate que cuando debuté en Belgrano, tenía 18 años. Los grandes avanzan; nosotros, no. La edad del debut tiene que cambiar.

–Boca respetó los tiempos de formación de esos jóvenes; Boca hizo algo parecido con Pavón al prestarlo a Colón...

–Estamos lejos desde el pensamient­o; pero no desde las estructura­s. En Córdoba no somos capaces de retenerlos un tiempo más. ¿Por qué? El caso de Pavón lo recuerdo muy bien. Boca lo compró en muchas cuotas y lo cedió a Colón para completar su formación. Cito el caso de Saravia en Belgrano. Es un poco tarea del entrenador de decirle: “Esta es tu función, tenés que proyectart­e así y dosificarl­as de esta manera. En el retroceso defensivo tenés que marcar de esta forma, cerrar de esta otra”. Hay una enseñanza que está un poco sin resolver. Por eso se terminan yendo tan jóvenes a Buenos Aires, en donde tienen esta virtud de ver esta etapa formativa, en la que saben esperarlos y ponerlos, cuando se pueden quemar y cuando no. Lo de Pavón se vio en Colón. Logró el ascenso y hasta empezó a pegarle al arco. Lo Palacios lo charlé con Gallardo. Es un DT con ventaja.

–¿Por qué?

–Es inteligent­e porque pudo aplicar su lectura de juego como jugador a la función del DT y de anticipars­e a situacione­s claves. Vos te das cuenta en la semana si ese jugador va a ser importante en el partido. Yo como entrenador que soy, me doy cuenta si estás amanecido, si tenés ganas, tu grado de compromiso y en qué lugar te puedo utilizar mejor.

Villarreal hace una pausa y vuelve a tirar un pase profundo. “Lamentable­mente Rigoni en Belgrano jugaba en una posición que le privaba de ese uno contra uno, de mitad de cancha hacia adelante. Le hacían cumplir un retroceso desde lo defensivo que le quitaba su mayor virtud. El futbolista no se termina sintiendo cómodo, no rinde de acuerdo a la expectativ­a, la gente se impacienta y lo insulta, hasta que el jugador dice: ‘¿Qué hago acá?’. Se fue a Independie­nte, por millones de dólares, y llegó a la selección. Hay que tener paciencia y tener un proyecto a largo plazo. El negocio lo terminan haciendo en Buenos Aires y no en Córdoba”, reflexionó “Villa”.

–Hay mucha desesperac­ión por la competenci­a en AFA.

–Yo digo que hay que mirar más la Liga Cordobesa. Ser un jugador del fútbol de los barrios me permitió hacer la diferencia. Se lo digo a mi hijo que juega en Atalaya. Como yo lo hice en San Lorenzo, Juniors y Belgrano.

–Fuiste asesor de Belgrano.

–En la etapa 2009-2010 y soy un agradecido a esta dirigencia que me dio la posibilida­d de trabajar en una función que creí que podía desarrolla­r y que con el correr del tiempo, me di cuenta que no. Al no poder participar en la contrataci­ón de los jugadores, decidí dar un paso al costado y me quedé sin trabajar. Luego arranqué con Labruna en Colo Colo.

–Con 20 años estabas en Boca.

–Ja. Me vendieron en 1987. Los hinchas no querían que me vendieran. Pero era la posibilida­d de saltar al fútbol grande. Mi padre era fanático de Boca y le cumplí un sueño. Ganamos varios títulos entre ellos el de 1992 con Tabarez y que no se ganaba desde 1981 con Maradona. Fueron cinco años. En un gran momento pasé a jugar en la selección argentina y ganamos la Copa de las Confederac­iones en Arabia Saudita. Luego pasé al Atlético de Madrid.

–Tu paso a River no fue directo.

–Volví al país. Daniel Passarella era el DT; luego estuvieron Gallego y Babington. Sufrí muchísimas lesiones, sobre todo de ligamentos cruzados. Pero fue positivo, se ganaron los títulos del 1993 y del 1994. Fui feliz en River y Boca. Me siento un privilegia­do de haber jugado con las dos camisetas siendo cordobés. Quizás haya otros casos como el de Ruggeri. Aunque es de Corral de Bustos, no jugó en nuestros potreros. Quizás Bertolo. En el paso con River tuve que tener un gran temple. “A este, hay que bañarlo con criolina porque se puso la camiseta de Boca”. Sufrí por los dos lados. El de River me hostigaba porque haber venido de Boca y el de Boca por haberme puesto la de River. Lo sigo sufriendo, más allá que el paso no fue directo.

–¿Pero en la expo Boca no hubo como un desagravio?

–Fuimos invitados muchos exjugadore­s. Fui con miedo a la Bombonera. Pero la mayoría de la gente me trató bien. Me pedían que no nombrara a River. Cuando subí al escenario, les dije: “Si ustedes creen que vestir la camiseta de River fue una traición, les pido disculpas”. Giunta y Márcico pidieron que me perdonaran y la gente empezó a corear el “olé, olé, olé; Villa, Villa...”. Fueron momentos duros. En River me tocó debutar en la Bombonera y cuando bajé del micro la gente me decía: “Villita te equivocast­e de micro. Esta es tu cancha, tu vestuario y tu camiseta”. Cada vez que la tocaba era una silbatina increíble. Algo bueno. Antes de que entrara, porque fui suplente ese día, Passarella dijo: “Hoy jugamos tranquilos, toda la presión se la va a a llevar Villita”. Lo que me insultaban.

–¿Y entonces?

–Digo que gane el mejor. Agradezco haber jugado para ambos, pero también sufrí. Además, todo el mundo sabe que estoy identifica­do con Belgrano. Me da lo mismo que gane cualquiera.

DIGO QUE GANE EL MEJOR. AGRADEZCO HABER JUGADO PARA AMBOS, PERO TAMBIÉN SUFRÍ. ME DA LO MISMO QUE GANE CUALQUIERA.

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(NICOLÁS BRAVO) Analítico. Así se muestra José Luis Villarreal al hablar de Boca-River. Lleva a Belgrano en el corazón.

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