Mano penal para todo el mundo
La ultraconservadora y británica International Football Asociation Board (IFAB), organismo históricamente responsable del reglamento del fútbol desde sus orígenes, analiza por estos días una serie de modificaciones a las reglas del juego que incluyen eliminar la condición de “deliberada” para cobrar penal por una mano dentro del área, criterio que en Argentina (por indicación de la Fifa) se viene aplicando y generando polémicas de todo tipo desde 2016, lo que deja a las claras que una vez más el fútbol argentino fue utilizado como una suerte de campo experimental para un cambio reglamentario sensible de consecuencias impredecibles.
“Es una situación similar a la que se dio cuando se estudiaba aprobar el gol en contra en 1912. Los europeos no se animaban a convalidarlo en sus canchas y decidieron probar su validez en canchas del Tercer Mundo para tantear la reacción de los hinchas. En esa época no había alambrado olímpico y se temía que el público ingresara al campo con ramas y leños para intentar incinerar al autor del gol (las hogueras siempre fueron una tradición europea) y al árbitro del partido”, señala el historiador británico Land Rover.
“Finalmente como vieron que el grueso del público lo atribuía a la mala suerte y/o torpeza del autor, y no a un acto de infidelidad y/o deslealtad, decidieron que se podía aplicar en los países centrales sin riesgo alguno”, finaliza Rover.
Con la eliminación de la intencionalidad de una mano dentro del área ocurre una situación similar, ya que muchos penales sancionados bajo este criterio generaron indignación y desconcierto en Argentina, y ciertos pensamientos negativos hacia los árbitros. “Yo me estaba hurgando la nariz mientras esperaba un córner, hubo un rechazo, la pelota me pegó en la mano y el árbitro me cobró penal”, se quejó el defensor Brian Despeje mientras los médicos del equipo trabajaban intensamente para sacarle el dedo índice derecho de la fosa nasal izquierda, en donde había quedado incrustado hasta la tercera falange por la fuerza del impacto.
Cabe aclarar que este jugador ya sumaba su segundo penal de estas características: estaba reventándose un grano en el mentón mientras formaba una barrera y la pelota le impactó en ambas manos. “De resultado del pelotazo, el contenido del grano salió disparado con tanta potencia que quedó firmemente adherido en el travesaño”, señala una crónica periodística de esa incidencia. “Brian es un jugador de selección, pero tenemos que convencerlo de que deje las manos quietas en las pelotas paradas”, dijo el su entrenador al ser consultado sobre la reiteración de estas situaciones.
Es que según la Asociación de Estudiosos de los Reglamentos Deportivos, penales de este tipo tienen que ver con la postura “no natural” de los brazos al ser impactados por los balones, lo que lleva entonces a la pregunta de “cuál es la postura natural de un brazo”. De acuerdo a la opinión de los especialistas posturales de la Fifa, sería con los brazos colgando inertes, flácidos, como en los muñecos de trapo, sin ningún tipo de contracción perceptible. Cualquier otra posición de estas extremidades (aperturas, extensiones, movimientos ondulantes, palmas arriba, la grulla, etc.), son consideradas posturas “exóticas, excéntricas, antinaturales, que no se condicen con la condición humana y por lo tanto susceptibles de ser sancionadas con un penal”.
¿Qué debe hacer entonces un jugador dentro de su propia área si un pelotazo lanzado a 150 kilómetros por hora va directo hacia su rostro? “Debe optar entre sacar la cara, cometer penal o asumir que el resto de su vida llevara tatuado un balón en su rostro, sobre todo si la cancha esta embarrada”, señalan los expertos.
Desde la Fifa aducen que este cambio reglamentario probado en Argentina se debe a que los árbitros ya no pueden distinguir cuando un jugador comete una mano penal con intención y cuando no. “Antes la intencionalidad se advertía en los gestos faciales, pero sobre todo en el brillo de los ojos del infractor, pero desde que empezaron a entrenar a los jugadores para que disimulen sus sentimientos y expresiones durante el juego, sus rostros se volvieron duros, de hielo, y al árbitro se le hizo imposible saber si lo hizo a propósito”, dicen los dirigentes justificando la polémica interminable.
¿QUÉ DEBE HACER UN JUGADOR EN SU ÁREA SI UN PELOTAZO LANZADO A 150 KILÓMETROS POR HORA VA DIRECTO HACIA SU ROSTRO?