Sobre el final, Instituto empató
La Gloria empató sobre el final ante Ferro y acumula siete partidos sin ganar. Así se complican sus chances de ingresar al Reducido por el segundo ascenso.
Desde la actitud y la entrega, nada para cuestionarle a Instituto. Empató con un zurdazo cruzado de Emiliano Ellacópulos, a falta de 6 minutos para el final, acaso por eso. Porque fue, lo buscó y persistió. Pero a decir verdad, el 1-1 de ayer ante Ferro Carril Oeste en Caballito resultó insuficiente. Se necesitaba una victoria para poder seguir soñando con una clasificación para el Reducido por el segundo ascenso a Primera División. Y esa victoria volvió a no suceder: la Gloria ya lleva siete partidos sin ganar y no ha triunfado en lo que va de 2019 (dos empates y dos derrotas).
“Si seguíamos 5 minutos más se lo ganábamos”, dijo el entrenador Diego Cagna a la salida del camarín visitante. Y es cierto: la Gloria cerró mejor el partido. El arquero verdolaga Andrés Bailo fue una de las figuras de la tarde con tres atajadas decisivas. Pero así como pudo haber ganado, bien pudo haber perdido. El arranque de cada etapa fue complicado para Instituto: a los 3 minutos del primer tiempo, Gabriel Díaz anticipó un córner en el primer palo y adelantó a Ferro en la carrera.
Y en el comienzo del segundo, Alan Aguirre sacó sobre la línea un remate de Cristian Bordacahar y casi inmediatamente, Ignacio Arce le tapó un mano a Enzo Díaz y un cabezazo del propio Díaz salió rozando el travesaño. Pudo haber sido 2 o 3 a 0 y la historia bien pudo haber sido diferente.
Pero el fútbol se comenta desde lo que pasó o no desde lo que pudo haber pasado. Y lo que pasó fue que Instituto, todavía en partido, absorbió el impacto con carácter. Y salió a buscar el empate pensando que no le quedaba tan lejos. Rindió dividendos el ingreso de Leandro Vella por “el Kako” Braida para abrir bien la cancha por la derecha. Y Pablo Vegetti fue un león fajándose contra Díaz y Mariatti, los dos marcadores centrales de Ferro y bajando a montar la pelota cerca de sus volantes.
Cagna también acertó sus movi- das: sacó a Franco Canever (flojo en la marca y confuso en las proyecciones) y puso a Ellacópulos. Y luego sumó al “Facha” Castelli en lugar de Mateo Klimowicz como doble punta de lanza.
En cambio, aquel Ferro dominante fue perdiendo energía y fluidez a medida que pasaba el tiempo. A tal extremo que su entrenador interino, Jorge Cordón, modificó el 4-3-1-2 inicial y terminó con un 44-1-1 tratando de mantener una diferencia que se le escurría entre los dedos.
El empate se recortaba nítido en el horizonte. Y vino luego de que el arquero Bailo manoteó un tiro libre de Vella que se le colaba junto al palo derecho y un cabezazo de Vegetti dio en el travesaño. En los 5 últimos minutos, Instituto repiqueteó tratando de romper la racha negativa. Pero no hubo caso.
Ferro era un rival accesible para poder sumar los primeros tres puntos del año y ponerse en marcha. Como el intento fue fallido, sólo es posible rescatar la muestra de carácter de un equipo que, todavía, no parece entregado. Pero al que ganar le cuesta demasiado. Y que ayer en Caballito alcanzó un empate que sólo puede satisfacer a los conformistas.
SI SEGUÍAMOS 5 MINUTOS MÁS SE LO GANÁBAMOS. CREAMOS MUCHAS SITUACIONES QUE NO PUDIMOS CONCRETAR.
Diego Cagna, DT de Instituto