Está el “Cubo Mágico”
Urú Curé-Palermo Bajo y Córdoba Athletic-Jockey CC disputarán las semifinales por la Copa “Rudy” Schmal.
La victoria 30-14 de Jockey Club Córdoba sobre Palermo Bajo terminó por darle forma al cuadro por las semifinales del Oficial, una suerte de “Cubo Mágico” que le faltaba una vuelta de tuerca para que, en definitiva, determinara que el sábado próximo, en la cancha del Alta Gracia Rugby Club, la Copa “Rudy” Schmal ingrese en la etapa de las definiciones.
Que, a no dudarlo, serán tan duras y apasionantes como fueron las dos etapas para lograr la clasificación. Atento a que en los cruces entre el primero y el cuarto y el segundo y el tercero, jueguen Córdoba Athletic-Jockey Club Córdoba y Urú Curé-Palermo Bajo.
Y será, obviamente, otra la historia por contar. O por lo menos de lo que ha sabido suceder desde que se impuso éste tipo de definición, ya que no siempre se consagró campeón aquel que “arrasará” a lo largo de la etapa clasificatoria. Sino quien mejor ejecuta su mejor partitura en semejante instancia.
Poco y nada importará recordar que ayer, por caso, Universitario derrotó al Athletic por 31 a 17 y que el Jockey de Villa María se quedó con la satisfacción de haberle ganado el clásico a Urú Curé por 21 a 8 en el mítico reducto de Las Lechuzas en Soles del Oeste.
No sólo porque los vencidos decidieron “cuidar” jugadores ya que no tenían nada que perder y presentaron un equipo alternativo, sino porque íntimamente saben que dentro de siete días deberán jugarse el resto.
Y más aún sabiendo que con la ausencia de Tala (que se despidió goleando a Córdoba Rugby por 76 a 10) en la definición, cualquiera de los cuatro es candidato a lograr el título que, por sexto año consecutivo, pretendió defender sin éxito la escuadra albinegra de Villa Warcalde. Como así también de La Tablada, que por cumplir con la fecha libre, se vio obligado a enterarse de su eliminación por las redes sociales, aunque luego se supo que más de uno anduvo por el Country a la espera del “milagro”.
Algo que, en algo más de 80 minutos de reloj corrido se encargó de despejar el hípico capitalino, ya que pese a no haber jugado posiblemente su mejor partido de la temporada, hizo méritos suficientes como para cumplir con el objetivo de ingresar al cuadro final.
Es verdad, también, que al triunfo lo fue construyendo como a los ponchazos, pero siempre dejando la sensación que al partido lo tenía controlado, antes, durante y después que el conjunto del Escarabajo decidiera mover el banco con la intención de revertir el cuadro de situación.