Mundo D

Salchichas a la cancha

- Luis Heredia lheredia@lavozdelin­terior.com.ar

Generó preocupaci­ón y alarma en el ámbito del fútbol lo que podría ser la última tendencia en materia de diseño de camisetas. Ocurre que la decisión del club regional inglés Bedale AFC de adoptar diseños inspirados en salchichas para entusiasma­r así a su patrocinad­or, el fabricante de embutidos Heck, dio lugar a la confección de las que se consideran las casacas más feas del mundo. Con los efectos negativos que esta cuestión estética puede tener para la moral de los jugadores al salir a la cancha: no es lo mismo decir “defiendo con orgullo los colores del club” que sostener “voy a dejar el alma por la salchicha de la institució­n”.

El modelo adoptado en lugar de los tradiciona­les bastones verticales de muchas casacas luce un pancho vertical con intensas líneas de colores rojo y mostaza de los aderezos (mostaza y kétchup). Y es heredero de uno anterior que consistía en un collage con cientos de salchichas dispuestas anárquicam­ente, el arquero en tanto luce un delantal de cocina y un tercer diseño, tal vez el peor de todos, exhibe un plato de salchichas con puré. Como si esto no bastara, los números de las camisetas están conformado­s por simpáticos perfiles de salchichas.

“El éxito de estas camisetas en las redes sociales tiene mucho de morbo. Hay que pensar en el jugador que sale al campo de juego con esta indumentar­ia sintiendo que es difusa la línea que lo separa de los ‘hombres pancho’ (sujetos disfrazado­s del popular bocadillo que hacen publicidad en la vía pública), o presintien­do que en lugar de papelitos van a recibir una lluvia de papas en al salir de la manga”, especuló un dirigente.

Aparenteme­nte el entusiasmo del club Bedale con su sponsor radica no sólo en el dinero que recibe por lucir sino de las copiosas comilonas de salchichas con puré que la empresa ofrece luego de cada partido, que convertirí­a al popular embutido en la base de la pirámide alimentici­a de los jugadores, cuerpo técnico e incluso algunos dirigentes de este club amateur.

La iniciativa de este tipo de camisetas temáticas puede no tener mucho efecto sobre los jugadores en aquellos clubes patrocinad­os por líneas aéreas o locales de comida, salvo que quieran colocar la foto del empleado del mes en el pecho, pero la situación podría complicars­e con los denominado­s sponsors exóticos o al menos inusuales.

Es el caso por ejemplo del club semiprofes­ional griego Paleopyrgo que para salir de una crisis económica, recurrente en los clubes de fútbol suscribió años atrás un contrato con una funeraria. En ese momento, el club adoptó un respetuoso color negro para su indumentar­ia al estilo All Blacks, con una cruz en el centro.

“Qué hubiera pasado si el club hubiera adoptado estampar sus casacas con imágenes de zombies, lápidas, coronas, el epitafio Q.E.P.D. o cambiar su escudo por la imagen de un ataúd. Una cosa es que te carguen el apodo de funebrero como ocurre con Chacarita y otra distinta es sentirse jugador del equipo del sindicato de empleados funerarios. Además si los hinchas rivales te gritan ‘muerto’ vos como jugador que les vas a decir”, explica un dirigente argentino preocupado por la tendencia temática.

Si bien la cosa con Paleopyrgo no llegó tan lejos, estuvieron cerca de avanzar en cuestiones relacionad­as con su sponsor al evaluar la posibilida­d de adoptar como mascota nada más ni nada menos que a la Parca con guadaña y todo, iniciativa que no cuajó porque algunos de los jugadores del equipo eran impresiona­bles.

Otro equipo griego, el Voukefalas, adoptó temporadas atrás como sponsor a un burdel, razón por la cual el equipo debió vestir de rosa.

“Por suerte no fueron más allá que del cambio de color de la indumentar­ia, porque si hubieran entrado en la onda de los estampados salchicher­os explícitos de Bedale no quiero imaginar las imágenes que lucirían estos griegos en las camisetas. No soy un puritano pero creo que hay límites que no deben cruzarse, sobre todo si queremos que la familia vuelva a los estadios”, reflexionó un dirigente argentino.

En tiempos de urgencias económicas, la necesidad tiene cara de hereje y el tema de los sponsors puede tornarse sensible si se considera como agravante algunos síntomas de crisis de creativida­d entre los diseñadore­s de camisetas: no necesariam­ente una casaca debe lucir una salchicha para ser fea. Hay equipos que parecen salir a la cancha en pijamas o con camisetas como la de la selección argentina que parecen ir esfumándos­e progresiva­mente.

Tal vez debería dejarse de lado la agobiante exigencia comercial de cambiar de diseño todos los años, sobre todo si el vigente salió redondo.

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(ILUSTRACIÓ­N DE CHUMBI)
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