Grito dorado
Con dos goles de la cordobesa Julieta Jankunas, el hockey femenino venció 5-1 a Canadá, ganó el oro y el pasaje a Tokio 2020.
“La de oro, la de oro, la de oro”. Suena a obsesión, pero era en realidad un objetivo. Y eso fue lo que les transmitieron jugadoras como las campeonas mundiales Belén Succi, Carla Rebecchi, Silvina D’Elía, Noel Barrionuevo y Rosario Luchetti a otras más jovencitas, como la cordobesa Julieta Jankunas (20 años).
Y fue tan claro el mensaje y esa “actitud que las más experimentadas” insuflaron en las más chiquitas que se hizo realidad. Las Leonas volvieron a consagrarse campeonas panamericanas después de perder las finales de los últimos dos Juegos. Fue tras un contundente 51 sobre Canadá, en un anochecer gélido y húmedo en Villa María del Triunfo.
En Lima 2019, las argentinas tenían un “compromiso” con la historia del hockey nacional. “Es una de las cosas que nos transmitieron las más experimentadas. ‘Chicas, hay que ganar el oro. Hace dos Panamericanos que somos plata y Las Leonas se merecen siempre estar en el primer lugar del podio. Siempre. No hay que bajar los brazos. La de oro, la de oro, la de oro’”.
Julieta Jankunas cuenta el mensaje que sus compañeras más grandes les dieron en todo momento al afrontar este torneo.
No cuenta lo que les dijo “el Chapa” Carlos Retegui. Pero pinta de cuerpo entero lo que el entrenador significa para ella en este equipo.
“Dice ‘A’ y a mí me motiva muchísimo. La charla previa fue tremenda. Transpiraba de lo excitado que estaba. Es increíble. Yo salí y quería jugar ya. Motiva muchísimo y eso es lo bueno de tener un entrenador así. Hace que saquemos lo mejor de cada una”, asegura la cordobesa, quien abrió y cerró la cuenta nacional para, además del oro, conseguir la clasificación a los Juegos Olímpicos 2020.
“Ahora, cuenta regresiva para Tokio, porque ya estamos allá. Así que a seguir sacando lo mejor de cada una”, plantea la delantera.
Silvina D’Elía (21 y 44 minutos) y Carla Rebecchi (36) marcaron los goles restantes. Katherine Wright había puesto el 1-2 para las canadienses.
Cordobesa dorada
El frío quedó de lado para las jugadoras de la selección, que bajo una garúa incesante salieron a reescribir la historia. Imaginarse con el oro colgado en el pecho calentó los corazones de Las Leonas. Y ahí, hecha una fiera, estaba Jankunas. Por eso cerró el puño y gritó ese primer gol a los 8 minutos de juego con el alma. Y con la misma pasión festejó el último, aunque ya estaba todo definido.
“No bajamos los brazos ni un segundo. No es normal ganar una final por 5-1, así que estamos felices por el rendimiento que tuvimos”, le dijo “Juli” a Mundo D, y definió: “Este equipo tenía una base sólida y desde ahí se construyó. Había juventud, experiencia... pero también hubo momentos que nos golpearon por los resultados que no se daban, y se hizo duro. Pero nos teníamos que basar en el tiempo y esperar, porque las cosas iban a llegar”.
Haber recibido la medalla de oro y cantar el Himno la emocionó profundamente. A ella y a todas Las Leonas.
Por eso tomaba ese metal cuando hablaba y lo miraba embelesada. Sus uñas celestes contrastaban con el brillo de la medalla.
ESTE EQUIPO TENÍA UNA BASE SÓLIDA Y DESDE AHÍ SE CONSTRUYÓ. HABÍA JUVENTUD, EXPERIENCIA...
Julieta Jankunas Convirtió 11 tantos en el torneo
Con los ojos inyectados de lágrimas, avisó: “Ojo porque lloro”. Después tiró esas carcajadas que la ayudan a descomprimir. Pero aguantó hasta donde pudo. –¿En qué lugar de tu carrera ponés este logro?
–Ahora, con la alegría que tengo, en el primero. Más allá de que haya salido campeona del mundo juvenil, esta es la de oro con Las Leonas.
–¿Cuánto tiene que ver el hockey de Córdoba para que hoy estés acá?
–En Córdoba crecí muchísimo, aprendí mucho. Pero uno tiene que cerrar puertas y busqué seguir creciendo. Me arriesgué y me fui a Buenos Aires... (se quiebra). Sé que si en algún momento quiero dar un paso atrás, tengo dónde apoyarme en Córdoba. Siempre es amor lo que recibo desde allá. Me pone orgullosa ser de ahí y representar a Córdoba.
Las lágrimas, al final, le ganaron. Ella avisó. Y el que avisa no traiciona.