La fiesta del Torino, al Tajamar
A 50 años de la Misión Argentina en Nürburgring, los Torino de Fangio y de Berta merecen el recuerdo y que se valore lo que hicieron.
Las 84 horas de Nürburgring significó para la Misión Argentina un hecho inédito que no volvió a repetirse. Por ejemplo, la convocatoria a pilotos de distintas marcas, además de los que corrían con Torino en TC en Argentina, como fue el caso de Jorge Cupeiro y de Néstor García Veiga, de Chevrolet, o Carmelo Galbato, de Ford.
Esto hizo que el Torino fuera el “Auto Argentino” y no de una marca en particular. Por ello fue celebrada como una proeza su lucha contra marcas reconocidas como Mazda, Ford, Mercedes, Lancia, Porsche, Fiat, Alfa Romeo, Renault y Triumph, entre otras.
Los aficionados argentinos siguieron por radio las alternativas de las pruebas. La Asociación de Periodistas Radiales de Automovilismo tuvo un operativo con 18 periodistas en Alemania y más de 30 en Argentina para realizar una transmisión conjunta por radio El Mundo. Era un informe cada 30 minutos y por espacio de cinco minutos que comenzaba diciendo: “Aquí Alemania”. Y les respondían: “Aquí Argentina”.
Juan Manuel Fangio fue la llave maestra que abrió puertas y se consiguieron muchas cosas, desde frenos especiales, hasta las carpas donde pernoctaron pilotos y mecánicos, sin pagar un peso.
Ni hablar de “la magia” de Oreste Berta para preparar los tres Torino que corrieron y paralizaron a un país en esas 84 horas inolvidables, hace 50 años.