Dayro solo no puede
La “T” no supo quebrar el cerrojo que el conjunto santafesino le aplicó al partido y debió conformarse con un empate en blanco en el cierre del año futbolero.
No fue solamente un gol lo que separó a Talleres de la victoria. Tampoco fue exclusivamente porque Unión defendió hasta con Walter Bou, hasta los 10 minutos finales ni porque el tiro de Dayro Moreno, que merecía ser gol, dio en el travesaño.
La historia es que, cuando el rival ofrece el no juego y se consagra a la espera de que se equivoque para facturar, Talleres tiene pocas alternativas. Ayer, quedó claro que no habría ida y vuelta como ante Racing o frente a Godoy Cruz. No existieron los espacios ni las sociedades que hicieron aparecer al mejor Talleres.
El colombiano fue el único jugador que consiguió eludir a los “perros de presa” que presentó el Unión de Leonardo Madelón. Puso cara a cara con el gol a Franco Fragapane, Leonardo Godoy y hasta él mismo estuvo a tiro de sentenciar el juego. Sin embargo, antes y después, al Talleres del “Cacique” Medina, le costó avanzar y obtener el control de las zonas para poder herir en serio a Unión. Está claro que no le alcanza con Moreno y su talento. Necesitaba de otros protagonistas que anoche no tuvo en Nahuel Bustos, Fragapane y Mauri, más quienes entraron como Valoyes y Payero. O los refuerzos que deben llegar.
Cerrado
Si algo tuvo el primer tiempo fue que ambos equipos dejaron de asumir falsas posturas. Talleres volvió a apostar al creativo de Dayro Moreno y a esa sociedad flamante que tanto le había costado armar con Franco Fragapane, Nahuel Bustos y Jonathan Menéndez. Pero está claro que Unión no fue Godoy Cruz de Daniel Oldrá ni Racing de Coudet.
Estaba lejos de aceptar un ida y vuelta, como para que Talleres tuviera el control de los espacios que necesitó para poder ser profundo y llegar al gol. Unión pasó permanentemente la línea del ataque local para dejarle una cancha reducida y difícil de agrandar. Y como Talleres se equivocó poco y nada en el fondo y estuvo atento en el inicio de cada tiempo, Unión dejó al pobre Walter Bou muy desamparado.
Y salió un partido chiquito, previsible y aburrido, del que solamente se escaparon tres jugadas. Un tiro al travesaño de Dayro Moreno que había dejado fuera de acción a Moyano; un remate alto de Fragapane desde el punto del penal, tras pase de Dayro y un remate de Martínez que Medina sacó con la cara, ahí de la línea.
En el complemento, el trámite siguió igual, pero el cansancio de los defensores de Unión y la lucidez de Moreno, amenazaron con romper el cero. El colombiano empezó a jugar con Leonardo Godoy hasta que lo descubrieron. Fue su mejor chance porque el lateral se convirtió en un delantero más y Unión, debió abrirse un poco en el fondo.
Godoy tuvo en su pie derecho la posibilidad de darle el triunfo a Talleres, pero su definición fue deficiente. Frente al arquero desvió un tiro que se fue lejos, increíblemente. Los ingresos de Martín Payero y de Diego Valoyes, aportaron poco en ofensiva ya que una vez que Godoy fue reemplazado por Tenaglia, Talleres ya no tuvo tanta profundidad por ese sector.
Así fue el partido durante el 90 por ciento de su duración, hasta que Unión se adelantó unos metros y con Franco Troyansky pescó algunas desatenciones del fondo albiazul, al punto de Guido Herrera debió exigirse sobre el cierre del juego ante el recién ingresado en una doble tapada.
El telón cayó y el 0-0 se hizo realidad. La “T” volverá a tener de estos partidos en especial porque el semestre que viene es etapa de definiciones. Ya sabe sus defectos y virtudes y cómo pueden solucionarse desde adentro y desde afuera con nuevos elementos para poder crear estrategias. Como para evitar que rivales como Unión con argumentos tan elementales, puede quitarle puntos.