El fútbol no se adivina
Es tan impredecible este juego que el trabajo de adivino futbolístico es considerado uno de los más riesgosos.
El complejo sistema de creencias del fútbol incluye desde peregrinajes a santuarios hasta armonizaciones de vestuarios y “limpiezas” de canchas con marchas nocturnas de antorchas... pasando por cábalas, supuestamente infalibles, como la de aquel técnico empecinado en utilizar un “poncho de la suerte” aun con 47 grados de térmica ( lo que le provocó no pocos cuadros de deshidratación). Pero quienes en los últimos tiempos parecen estar ganando adeptos y seguidores en el universo sobrenatural del fútbol son los astrólogos, adivinos y tarotistas. Es un fenómeno provocado principalmente a la ancestral pretensión del ser humano de conocer el futuro.
Los resultados de partidos trascendentales a punto de jugarse, como el caso de los clásicos o finales, moviliza a las masas de hinchas a indagar la opinión o el veredicto de quienes tienen capacidad de ver el porvenir para saber de antemano qué tan bien o mal parados van a salir sus equipos de esos choques. Los antiguos generales romanos no entraban jamás en batalla sin antes consultar a los augures: sacerdotes dedicados a la adivinación. Y, salvando las distancias miles de años después, ignotos fanáticos del fútbol reproducen esa conducta con los modernos clarividentes.
“La diferencia radica en que los generales romanos podían rehuir del combate si las interpretaciones de los augures eran decididamente negativas sin perder los puntos, algo que no se puede hacer en el fútbol ya que rige la penalización por no presentar equipo”, concluye el especialista en historia antigua Miguel De Antaño.
La pregunta que se impone es para qué conocer de antemano un resultado si no puede evitar cumplir con el fixture. A favor de los resignados hinchas que no pueden evitar que su equipo vaya irremediablemente a una derrota ya anunciada en la bola mágica, cuenta que no habría hoy tanta efectividad en las predicciones como quizá las había en la antigüedad.
No es que los augures de antes fueran mejores o infalibles. Porque cada tanto la pifiaban y los romanos se comían alguna masacre impensada, sino que el arte de la guerra sería decididamente más previsible que el inestable juego del fútbol.
Es tan imprevisible este juego que el trabajo de “adivino futbolístico” es considerado uno de los más riesgosos del mundo ya que sólo es superado por el de los corresponsales de guerra, el de los directores técnicos del Federal A y el de los domesticadores de yararás. El riesgo concreto es el de errar el pronóstico ( mala praxis) lo cual podría generar la ira de quienes festejaron de antemano un triunfo que no fue con las consiguientes reacciones adversas para el pitoniso ( apedreo o intento de quema de su casa por ejemplo), a lo que sumaría la pérdida de prestigio. “En pocas profesiones la reputación juega tanto como en la adivinación, el oráculo de Delfos si bien ya no está operativo mantiene su fama a través de los siglos porque evidentemente tenía una tasa de aciertos muy elevada”, señalan los especialistas.
De ahí entonces la queja de los actuales adivinos partidarios encuentran serias dificultades para explicar errores de predicción en algunos casos groseros. Un caso muy llamativo es el de un tarotista boquense que pronosticó empate en el último clásico con River y el partido terminó como es de público conocimiento en una traumática derrota xeneize. Este resultado que puso en tela de juicio su prestigio de infalible sumado a la hegemonía riverplatense en el torneo lo obligaron a intentar explicaciones que provocaron una sacudida en el ambiente esotérico del fútbol.
Sin filtros aseguró que lo de River es inexplicable porque tanto por el tarot como por la astrología el equipo de Gallardo no está favorecido, en otras palabras tendría todos los planetas en contra y sin embargo gana y celebra. Y, en ese punto, deslizó lo más inquietante: van a ganar la Liga porque están haciendo “algún trabajo de esotérico o de magia” y recomendó a Boca buscar ayuda extra. Queda flotando la incógnita sobre cuáles son las poderosas fuerzas sobrenaturales que River habría logrado convocar a través de algún hechicero experimentado y con buenas conexiones con el entramado sobrenatural, las que le estarían permitiendo asumir una posición dominante en el esmirriado fútbol argentino de estos tiempos. Como para tranquilizar los ánimos, el tarotista boquense se apartó de la inmediatez y pronosticó que en 2022 terminará la fortuna para River y comenzará un oscuro período de decadencia millonaria. Lo vio en las cartas o la pateó a la tribuna... es la gran pregunta.