Mundo D

Boca. Ceballos, el “10” cordobés que brilla en inferiores

Es el enganche de la Sexta del Xeneize que acaba de salir campeón. Pasó por Talleres y su primo es el “10” de Belgrano.

- Hernán Laurino hlaurino@ lavozdelin­terior. com. ar La “T” y Zapelli

Jugar en las inferiores de Boca Juniors, llevar la camiseta número “10”, ser campeón, que te felicite una leyenda como Juan Román Riquelme ( que, además, es vicepresid­ente del club) y, incluso, que se saquen una foto juntos no es cosa de todos los días. Por eso, Julián Ceballos todavía siente en el cuerpo toda esa adrenalina, lo enorme que fue ese momento.

Con apenas 17 años, este enganche zurdo está viviendo lo más parecido a un sueño. Aunque es sólo el principio de un gran camino que le auguran en el fútbol. Algo que no es de ahora, sino un presagio que lo acompaña desde que empezó a gambetear en los potreros de San Nicolás, su “pueblo” como lo llama.

San Nicolás o Villa San Nicolás es un barrio de la ciudad de Malagueño, localidad ubicada en el Departamen­to Santa María de la Provincia de Córdoba.

Desde allí empezó a vislumbrar­se el talento de Julián, considerad­o una de las “joyas” de la cantera del Xeneize.

Es parte de la Sexta División del club de la Ribera, dirigida por Matías Donnet y “el Cata” Díaz.

El pasado 6 de noviembre le ganaron la final 2- 0 a Argentinos y se quedaron con el título 2021, siendo campeones invictos.

Ceballos llevó la “10 y se ganó la titularida­d en un equipo con buenos valores a futuro.

“Brilló Julián Ceballos, un enganche de los bajitos que causa desparramo­s en cualquier momento y es una piedra en el zapato para cualquier defensa por lo propenso que es para presionar. De los futbolista­s a los que ningún defensor quiere tener enfrente”, publicó Infobae días atrás, en una nota titulada: “Las 9 joyas de Boca Juniors para seguir de cerca en las divisiones inferiores”.

Ahora, será “Juli” quien contará parte de su historia ante Mundo D.

“A mí me tocó llegar a Boca el año pasado, a principio de año. Tuve la suerte de quedar en un club muy importante. Estuve un mes entrenando y me agarró la pandemia como a todos. Después de eso, estuve un año entrenando solo, con los planes que nos pasaban los profes. Eran todos los trabajos vía Zoom. Volvimos en marzo, que abrieron nuevamente la pensión. Empezamos a entrenar nuevamente con el grupo y luego arrancó este campeonato, que pudimos terminar como campeones gracias a Dios. Con el grupo nos propusimos ir paso a paso, partido a partido. Fuimos creciendo hasta lograr el título en la final. Fue una experienci­a muy linda. En mi primer año acá salir campeón con una camiseta tan importante, es único”, dice Ceballos.

Como le pasa a varios pibes de su generación, no vieron jugar en vivo y en directo a Riquelme. Pero sí lo conocieron con videos de sus mejores goles y jugadas.

“Tenerlo cerca a Riquelme fue algo muy lindo, que te vea jugar, que esté pendiente de las inferiores, es algo increíble. He visto videos de él y es un grande de la historia de Boca y el fútbol argentino. Vivir ese momento con él fue una alegría inmensa. Siempre está cerca de las inferiores, de los chicos y el día a día de los juveniles. Es muy importante para nosotros. Nuestro objetivo es llegar a Primera y que estén viéndonos, es muy lindo. Te motiva muchísimo”, agrega el mediocampi­sta ofensivo.

La familia de Julián está radicada en San Nicolás. Allí está su papá Daniel, su mamá Estela y sus hermanos mayores: Franco y Ezequiel. Con ellos empezó a correr detrás de una pelota, en una familia muy futbolera.

Es más, uno de sus primos es el número “10” de Belgrano, otro talento de enorme proyección: sí, Bruno Zapelli.

“Yo desde chiquito, a los cinco años, empecé jugando con mis hermanos en el patio, en los potreros, donde fuera. Jugábamos siempre. Además tengo a mi primo que ahora está en Belgrano, Bruno ( Zapelli). Nosotros cuatro íbamos juntos a todos lados. Y en un fútbol cinco teníamos un equipazo ( risas). Con Bruno hablamos seguido. Me da consejos y ojalá nos podamos cruzar algún día en una cancha. Estoy muy orgulloso de la carrera que está haciendo, es un crack”, dice Julián.

Ceballos dio sus primeros pasos en una escuelita de su barrio que se llama Deportivo San Nicolás. Allí su talento ya había llamado la atención de Talleres, donde estuvo un año formando parte de sus inferiores.

Pero no se quedó en el Matador y recaló en Atlético Carlos Paz, donde estuvo durante tres años jugando en inferiores de Liga Cordobesa.

Una posibilida­d de probarse en Boca fue el empujón que necesitaba para intentar dar el salto a Buenos Aires.

Desde allí, su vida ha cambiado totalmente.

“Yo arranqué en el club de barrio que se llama Deportivo San Nicolás. Tuve un paso por Talleres un año. Luego tres años en Atlético Carlos Paz y de ahí salté a Boca. Soy un enganche que le gusta tener la pelota, cuidarla, asociarme con mis compañeros y meter esos pases gol. Me gusta patear tiros libres también”, se define.

Julián destaca a su familia como apoyo fundamenta­l en este presente y también amigos como Rodrigo Cardoso, que lo “bancan” desde siempre.

“Tengo a mi vieja y mi viejo, que son mis pilares en este camino. Detrás de esto están ellos, que me bancan desde el primer tiempo. Me acompañaro­n siempre, a entrenamie­ntos y partidos. Y mis hermanos, que crecimos con la pelota al lado. Gracias a ellos aprendí a jugar. Siempre voy a estaré agradecido”, se sincera.

Ceballos supo integrar en el 2019 la selección de la Liga Cordobesa de Fútbol. Fue antes que diera el salto hacia el Xeneize. Allí, dice, aprendió, maduró y evolucionó mucho.

“Estando acá, día a día aprendes muchísimas cosas. Desde que llegué a la pensión estuve con chicos que me apoyaron y ayudaron mucho. No es fácil estar lejos de la familia, me han guiado muchos compañeros. En lo personal, estoy contento. Me adapté rápido al Mundo Boca, que de por sí es muy grande. Me propuse estar bien físicament­e y ganarme un lugar de a poco. Por suerte terminando el año, faltando tres o cuatro partidos, me gané la titularida­d. Terminé la final de titular y logrando el título”, cuenta.

Y sobre sus sueños, agrega: “Estas experienci­as sirven para seguir creciendo. No hay quedarnos con esto, tenemos que seguir mejorando. El objetivo de todos los chicos es llegar allá arriba y mantenerse. Ese es mi sueño, jugar en la Primera de Boca. Así voy a poder devolverle a mi familia todo el sacrificio que hicieron por mí. Esta dirigencia les está dando mucha importanci­a a las inferiores y eso motiva. Tengo que ser constante, trabajar y aprender cada día. Con un poquito de suerte, mi sueño se puede dar”.

Lo dice Julián Ceballos, un “10” cordobés que hace magia con su zurda en las inferiores de Boca.

Y que espera mostrar su fútbol en los grandes escenarios en poco tiempo más.

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QUERIDO. Juan Román Riquelme, dirigente y ex jugador, tiene valorado al cordobés.
PRENSA BOCA QUERIDO. Juan Román Riquelme, dirigente y ex jugador, tiene valorado al cordobés.

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