El mejor doble de los DT
Sebastián y Martín entrenan a los dos clubes que lideran en la Liga Nacional, con Quimsa, y en la Liga Argentina, con Independiente de Oliva. Aquí la historia que los llevó hasta acá y la relación entre ellos.
“Los hermanos sean unidos”, i mplora José Hernández en su célebre poema Martín Fierro. Premisa que Sebastián y Martín González se encargan de hacer realidad. Pero no solo eso. Detrás de sus lazos de consanguinidad y amor fraternal, el destino los unió en la misma profesión, entrenadores de básquet, la misma que por estos días les permite disfrutar de una situación digna de resaltar.
En un hecho infrecuente, no sólo en el básquet sino también en otras disciplinas deportivas, los dos mejores equipos de las dos máximas categorías ( Quimsa, en Liga Nacional, e Independiente de Oliva, en Liga Argentina) tienen en sus bancos a dos entrenadores con la misma sangre. Se trata de los hermanos González. Cordobeses ellos, criados en barrio General Bustos, a menos de una cuadra del club Atenas, donde iniciaron y abrazaron la profesión.
Sebastián ( 45), al frente de Quimsa, es l í der de l a Zona Única y cuenta con el mejor récord en la Liga Nacional con 6- 0 en victorias ( 100 por ciento de eficiencia), mientras que su hermano Martín, a cargo de Independiente, posee el mejor registro en la Liga Argentina de 12- 2 en triunfos ( sólo igualado por Deportivo Viedma en la Conferencia Sur), que le permite ser puntero en la Conferencia Norte ( 85.7 por ciento de efectividad) y haber clasificado al próximo Súper 8.
Mientras preparan sus próximos compromisos ( Quimsa ante Comunicaciones, el j ueves 2, e Independiente ante Ameghino, el viernes 3), Mundo D se contactó con ambos directores técnicos, Sebastián desde Santiago del Estero y Martín desde Oliva, para que cuenten cómo viven este momento y, más allá de la hermandad, su relación a través del básquet.
— ¿ Qué significa ser el mejor en tu categoría y que tu hermano lo sea en la otra?
— Sebastián: Es una gran satisfacción y una sorpresa que se de esta situación. Para nosotros, como equipo, estar arriba cuando va tan poco es un buen comienzo y nos da credibilidad para lo que venimos haciendo. También lo que le sucede a Martín es muy importante y celebro que en su primera temporada en Liga Argentina, al igual que Independiente, haya clasificado primero en l a zona de Córdoba, que es dura. Es muy bueno y le hace bien a un proyecto que viene creciendo a paso firme. Es una alegría doble.
— Martín: No imaginábamos este comienzo. Uno siempre quiere que te vaya bien, pero si nos decían que en la primera fase ganaríamos 12 de 14, nadie lo creería. Era algo complicado, pero no imposible. Estoy contento por eso. Y compartirlo con “Seba”, que está liderando la Liga Nacional, mucho más. Yo siempre me pongo más contento cuando a él le va bien, porque a l as cosas propias no l o dimensionás porque siempre estás en una vorágine que no te permite disfrutarlo. Pero muy contento por la familia, que anduvieron con algunos problemas de salud y estas cosas ayudan a que esté mejor. Muy contento también por eso.
— ¿ Se i ntercambian i nformación entre ustedes?
— Sebastián: Sí, hablamos y nos pedimos información. Pero yo le pido más a él porque maneja muy bien los scouting y la computadora. Hace un trabajo de mucha calidad. Tiene un archivo que no sé si alguien más lo tiene de todas las categorías. Lo fue haciendo desde el Federal y, luego, de Liga Argentina. Entonces, en los inicios de las temporadas, le consulto por los jugadores, cómo están. Después, de básquet, nos preguntamos qué nos gusta, qué no. Martín me ha ayudado en los procesos de selecciones, él colaboraba mucho. Hablamos algo de los equipos y de los partidos, pero también mucho material e intercambio de libros, mucho.
— Martín: Hablamos bastante de básquet, de jugadores de la categoría. Yo le consulto en situaciones que se pueden llegar a presentar en el grupo, de manejo de grupos. En eso es de los mejores que hay en el país y me gusta escucharlo mucho sobre eso. Y, después de los juegos, hablamos para ver cómo lo ve el otro desde afuera. Si ve otras cosas, que uno durante el partido no las ve.
— ¿ Cómo describirías a tu hermano?
— Sebastián: Martín es muy metódico y organizado. Una capacidad de escucha y de decir las palabras justas. Admirable para mí, que soy de hablar un poquito más que él. Siempre con un sentido de pertenencia donde ha estado. Lo admiro. Me lleva a mis comienzos en 9 de Julio ( de Río Tercero). Esa energía la transmite al entorno, a los jugadores y para que el equipo transmita lo mismo que quiere la gente, la ciudad. En eso tratamos de ir por el mismo camino.
— Martín: En lo profesional está a la vista el l aburo que “Seba” viene haciendo. Al nivel que está es muy difícil mantener procesos tan largos como l o hizo en 9 de Julio, en Corrientes o en Santiago. El hecho de tener procesos largos habla muy bien de su profesionalismo y de lo humano, que es mejor que lo profesional. Tiene humildad, dedicación y busca que los de al lado estén bien. Él nota que de esa manera es la forma de llegar. Hizo su carrera paso a paso y no es casualidad cómo l e está yendo, porque conoce mucho y le ha dedicado desde muy j oven su vida a la carrera de entrenador. Se fue de muy joven, resignó y dejó de lado muchas cosas para estar donde está.
— ¿ Alguna vez formaron dupla técnica? ¿ Se lo imaginan?
— Sebastián: Dupla técnica no fuimos. Sí yo fui su asistente en una selección. Lo llamé un par de veces para que sea mi asistente. Esto, no por ser mi hermano, sino por la calidad de su trabajo. En la primera liga en la que estuve en Atenas, yo tenía de asistente a Gustavo Fernández y él colaborara en la edición de videos y un tiempito estuvo en el banco. No era full time, nos daba una mano, porque él estaba trabajando en l as inferiores, pero colaboraba desde ese lado del equipo en el primer y segundo año.
— Martín: Estuve como ayudante con él en Atenas, cuando el “Lobito” Fernández estaba de asistente. Después me habló un par de veces para ir como asistente. Pero yo estaba en Independiente, donde dirigía hasta Sub 19, y decidí acumular más herramientas para poder estar a su lado. Creo que no hay que quemar etapas. Después me volvió a llamar justo cuando pegamos el salto al Torneo Federal y le dije que no. Pero me encantaría trabajar con él en algún momento, por l a clase de persona que es y por los valores humanos que nos transmitieron l os Viejos. Sería muy lindo, pero cuando me lo propuso no me sentía preparado y no quería fallarle. Pero bueno, hice mi camino en Independiente y después la Federación de Córdoba me ofreció ser entrenador de la selección mayor y lo llamé como asistente, porque estaba en un receso. Y eso habla de la humildad y la predisposición que tiene en su vida para todo. Compartimos esos dos momentos con equipos.
— Atenas, ¿ el patio de la casa?
— Sebastián: Nací en Córdoba, a media cuadra de Atenas, que fue mi primera casa. Pero cuando nació Martín estábamos en Santa Fe. Después volvimos a la misma casa de mis abuelas en barrio General Bustos. Empezamos a ir al club en el año 82/ 83, vivimos la Liga Nacional de Transición, la Liga Nacional, desde ahí empezamos a vivir el básquet. Mi Viejo era hincha de Atenas, donde también trabajó. Allí nos fuimos haciendo como jugadores, educándonos como personas. Allí transpirábamos y hablábamos mucho de básquet. Yo y Martín nos hicimos entrenadores, pero seguro el que más sabe es Marcos, mi hermano mayor, quien también jugaba y ama este deporte.
— Martín: Yo empecé a ir al club a los dos años. Era el patio de nuestra casa. Vivíamos adentro del club. Además, era algo familiar, por la cercanía y por todo lo que significó Atenas en nuestra infancia, siendo lo que era a nivel nacional y teniéndolo a una cuadra, era todo. Consumimos mucho eso.
“Seba” dirigió en Córdoba, Chile, Río Tercero y Corrientes; hoy, en Santiago del Estero. Martín lo hizo en Córdoba; hoy, en Oliva.