Ángeles y predicadores
Hay una incipiente movida en Córdoba para contagiar a “inversores ángeles”, es decir, capitales de riesgo con foco en emprendimientos de base tecnológica. Qué hacen quienes protagonizan la primera ola.
La figura del inversor que pone dinero en emprendedores de base tecnológica existe en el mundo desde hace 30 años. En Córdoba se inició en esta década y todavía es un fenómeno incipiente.
Pero, de a poco, hay cordobeses que se animan al capital de riesgo o venture capital: poner dinero en jóvenes con ideas innovadoras y potencial para escalar.
La Voz reunió a las cuatro aceleradoras (buscan inversores y apoyan a emprendedores para hacerlos crecer) que trabajarán con la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, con un esquema público-privado.
Invierten entre 50 mil y algo más de 300 mil dólares, aunque todo depende del proyecto. Para ellas, el emprendedorismo local cuenta con potencial y proyección, pero tiene poca iniciativa global y, sobre todo, le faltan casos de éxito de la talla de Mercado Libre, Globant o Despegar.com.
El primero fue Alaya Venture Capital, con la gerencia de Luis Berjemo, que armó su primer fondo de casi dos millones de dólares entre 2011 y 2012 con empresarios cordobeses para seis proyectos.
Luego estructuró su segundo fondo de 16 millones de dólares en Chile, integrado por mayoría de cordobeses, para otras seis iniciativas. Junto con 25 inversores, algunos de México y Estados Unidos (Florida), invierte en productos de base tecnológica validados en el mercado.
Tiene oficina en Silicon Valley, el parque tecnológico de California (Estados Unidos), donde nacieron Google y Facebook.
En 2013 llegó Incutex de manos de Juan Santiago, fundador de la tecnológica Santex; Walter Abrigo, Gabriela Fernández y Eduardo Coll. Hoy tienen una docena de inversores particulares, incuban y aceleran a 13 startups y este año quieren sumar a tres más.
A fines de 2015 se unió Innova SV, la aceleradora de Ciudad Empresaria, presidida por Daniel Parodi. Empezó con emprendimientos en marcha, tanto en automación del hogar y de oficinas, como en tecnología para vehículos eléctricos. Pronto sumará un coworking de 250 puestos world class.
También organiza viajes a Silicon Valley para estudiantes de maestría, ejecutivos locales y padres empresarios con sus hijos, con la idea de mostrar la cultura de la inversión de riesgo. A su vez, su empresa Karikal arma spin off para innovaciones en madera y muebles.
Por último, este año se sumará Xpand Ventures, la aceleradora del Grupo Clarín con Vanesa Kolodziej al frente, con la idea de crecer en nuevos sectores y que com- plementen lo que ya está haciendo. Con capital propio, aunque en la búsqueda de capitales socios, y junto con La Voz, invertirá en proyectos tecnológicos para agro, comercio electrónico, finanzas, seguros y medios.
Cómo es el inversor No hay un único perfil del inversor. Algunos tienen una posición “cómoda”, porque sus negocios y su situación económica están resueltas, y les resulta motivador el mundo emprendedor. Otros buscan el resultado puro y duro y saben que deben esperar cuatro a cinco años para ganar dinero.
No fue fácil generar este espacio. Así lo advierte Bermejo: “En 2011 llevó mucho trabajo. Se hizo mucho para sensibilizar. Este último fondo costó menos. Ahora están más permeables, se están sumando activamente. Pero hacen falta casos de éxito que muestren que no sólo es divertido y está de moda, sino que hay un retorno”.
En Córdoba, todavía no alcanza el volumen que tiene la inversión en compra de acciones. Pero lentamente se abre camino.
“Las tasas de rentabilidad de la economía real pueden hacer que el venture capital atraiga al inversor, por lo menos ese que se divierte. Para el que lo ve como una inversión pura y dura, hacen falta tres o cuatro casos de éxito, que nos den casuística, y que sean públicos y se conozcan los valores”, indica Abrigo.
Para el ejecutivo de Incutex, hay emprendimientos que reciben inversión, se venden y no se sabe por cuánto. “El emprendedor y la aceleradora tienen que mostrar los resultados concretos”, dice.
“En general, hay inversores que acompañan si nosotros también ponemos plata. Buscan un ‘pasatiempo’ y además devolverle algo a la sociedad”, dice Parodi.
Para Kolodziej, el mercado va a crecer cuando haya más exit, emprendedores con inversiones por detrás y luego comprados por firmas globales. “En Argentina, los inversores ángeles son ejecutivos con capital o empresarios que deciden diversificarse”, resalta.
Pero para la líder de Xpand, en Argentina falta un tercer sector: el emprendedor exitoso que invierte en otros emprendedores. “Kaszek (el fondo de dos ex Mercado Libre, Nicolás Szekasy y Hernán Kazah) está empezando; con el resto nos sobran las dos manos para contarlos. Cuanto más crezca este sector, se van a dinamizar más estos sistemas”, opina.