Negocios

Ángeles y predicador­es

Hay una incipiente movida en Córdoba para contagiar a “inversores ángeles”, es decir, capitales de riesgo con foco en emprendimi­entos de base tecnológic­a. Qué hacen quienes protagoniz­an la primera ola.

- Diego Dávila ddavila@lavozdelin­terior.com.ar

La figura del inversor que pone dinero en emprendedo­res de base tecnológic­a existe en el mundo desde hace 30 años. En Córdoba se inició en esta década y todavía es un fenómeno incipiente.

Pero, de a poco, hay cordobeses que se animan al capital de riesgo o venture capital: poner dinero en jóvenes con ideas innovadora­s y potencial para escalar.

La Voz reunió a las cuatro acelerador­as (buscan inversores y apoyan a emprendedo­res para hacerlos crecer) que trabajarán con la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, con un esquema público-privado.

Invierten entre 50 mil y algo más de 300 mil dólares, aunque todo depende del proyecto. Para ellas, el emprendedo­rismo local cuenta con potencial y proyección, pero tiene poca iniciativa global y, sobre todo, le faltan casos de éxito de la talla de Mercado Libre, Globant o Despegar.com.

El primero fue Alaya Venture Capital, con la gerencia de Luis Berjemo, que armó su primer fondo de casi dos millones de dólares entre 2011 y 2012 con empresario­s cordobeses para seis proyectos.

Luego estructuró su segundo fondo de 16 millones de dólares en Chile, integrado por mayoría de cordobeses, para otras seis iniciativa­s. Junto con 25 inversores, algunos de México y Estados Unidos (Florida), invierte en productos de base tecnológic­a validados en el mercado.

Tiene oficina en Silicon Valley, el parque tecnológic­o de California (Estados Unidos), donde nacieron Google y Facebook.

En 2013 llegó Incutex de manos de Juan Santiago, fundador de la tecnológic­a Santex; Walter Abrigo, Gabriela Fernández y Eduardo Coll. Hoy tienen una docena de inversores particular­es, incuban y aceleran a 13 startups y este año quieren sumar a tres más.

A fines de 2015 se unió Innova SV, la acelerador­a de Ciudad Empresaria, presidida por Daniel Parodi. Empezó con emprendimi­entos en marcha, tanto en automación del hogar y de oficinas, como en tecnología para vehículos eléctricos. Pronto sumará un coworking de 250 puestos world class.

También organiza viajes a Silicon Valley para estudiante­s de maestría, ejecutivos locales y padres empresario­s con sus hijos, con la idea de mostrar la cultura de la inversión de riesgo. A su vez, su empresa Karikal arma spin off para innovacion­es en madera y muebles.

Por último, este año se sumará Xpand Ventures, la acelerador­a del Grupo Clarín con Vanesa Kolodziej al frente, con la idea de crecer en nuevos sectores y que com- plementen lo que ya está haciendo. Con capital propio, aunque en la búsqueda de capitales socios, y junto con La Voz, invertirá en proyectos tecnológic­os para agro, comercio electrónic­o, finanzas, seguros y medios.

Cómo es el inversor No hay un único perfil del inversor. Algunos tienen una posición “cómoda”, porque sus negocios y su situación económica están resueltas, y les resulta motivador el mundo emprendedo­r. Otros buscan el resultado puro y duro y saben que deben esperar cuatro a cinco años para ganar dinero.

No fue fácil generar este espacio. Así lo advierte Bermejo: “En 2011 llevó mucho trabajo. Se hizo mucho para sensibiliz­ar. Este último fondo costó menos. Ahora están más permeables, se están sumando activament­e. Pero hacen falta casos de éxito que muestren que no sólo es divertido y está de moda, sino que hay un retorno”.

En Córdoba, todavía no alcanza el volumen que tiene la inversión en compra de acciones. Pero lentamente se abre camino.

“Las tasas de rentabilid­ad de la economía real pueden hacer que el venture capital atraiga al inversor, por lo menos ese que se divierte. Para el que lo ve como una inversión pura y dura, hacen falta tres o cuatro casos de éxito, que nos den casuística, y que sean públicos y se conozcan los valores”, indica Abrigo.

Para el ejecutivo de Incutex, hay emprendimi­entos que reciben inversión, se venden y no se sabe por cuánto. “El emprendedo­r y la acelerador­a tienen que mostrar los resultados concretos”, dice.

“En general, hay inversores que acompañan si nosotros también ponemos plata. Buscan un ‘pasatiempo’ y además devolverle algo a la sociedad”, dice Parodi.

Para Kolodziej, el mercado va a crecer cuando haya más exit, emprendedo­res con inversione­s por detrás y luego comprados por firmas globales. “En Argentina, los inversores ángeles son ejecutivos con capital o empresario­s que deciden diversific­arse”, resalta.

Pero para la líder de Xpand, en Argentina falta un tercer sector: el emprendedo­r exitoso que invierte en otros emprendedo­res. “Kaszek (el fondo de dos ex Mercado Libre, Nicolás Szekasy y Hernán Kazah) está empezando; con el resto nos sobran las dos manos para contarlos. Cuanto más crezca este sector, se van a dinamizar más estos sistemas”, opina.

 ?? (JOSÉ GABRIEL HERNÁNDEZ) ?? Capital de riesgo. Luis Bermejo, de Alaya; Walter Abrigo, de Incutex, y Daniel Parodi, de Innova SV, en el incipiente movimiento del “venture capital” en Córdoba.
(JOSÉ GABRIEL HERNÁNDEZ) Capital de riesgo. Luis Bermejo, de Alaya; Walter Abrigo, de Incutex, y Daniel Parodi, de Innova SV, en el incipiente movimiento del “venture capital” en Córdoba.
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