El plan 2020 del turismo médico: mover U$ S 500 millones anual es
Los precios que se manejan en el mercado local impulsan el crecimiento. Comparadas con EE.UU., las operaciones en Argentina cuestan hasta cuatro veces menos.
Una familia en Bolivia pescaba en su bote. Al encender un cigarrillo, una fuerte explosión por acumulación de gas en la zona les produjo importantes quemaduras. Uno de ellos, el de mayor gravedad, debió ser atendido por una institución especializada.
El destino elegido por el propio Gobierno boliviano, que solventó todos los gastos, fue el hospital Alemán de Buenos Aires. El paciente, que sólo hablaba quechua, se recuperó y regresó a su país en pocos meses.
Peligraba la vida de un adolescente en Venezuela que para sobrevivir necesitaba un doble trasplante: riñón e hígado. Su familia consultó en Estados Unidos. Habían conseguido que una ONG cubriera los gastos. El caso fue desestimado por los médicos norteamericanos. Buscaron alternativas. El paciente fue atendido días más tarde por en Hospital Austral y dos años después disfruta de buena salud.
En los últimos años, la Argentina comenzó a posicionarse en el denominado turismo médico. Según el Medical Tourism Index, ya está entre los cinco primeros países de Latinoamérica, detrás de México, Panamá, Costa Rica y Colombia.
Hace más de cinco años que las principales instituciones médicas del país trabajan para formular estrategias y planes de acción. Fue así cómo nació la Cámara Argentina de Turismo Médico, que encabeza Miguel Cané y que ha suscripto convenios de colaboración con las ciudades de Buenos Aires y Rosario, y con las provincias de Córdoba y Salta.
Objetivo El sector recibe a más de 1.000 pacientes por mes y factura casi 250 millones de dólares al año. Pero de cara a 2020 proyectan facturar 500 millones de dólares.
Los pacientes llegan a la Argentina por cirugías cardiovasculares, intervenciones de oftalmología y bandas gástricas. Pero el país también se sigue expandiendo en estética corporal, facial y odontológica, fertilización asis- tida y tratamientos con células madre, mientras crecen los tratamientos preventivos, como bajar de peso o dejar de fumar.
La mayoría son latinoamericanos, pero también vienen europeos, canadienses y estadounidenses. El pago suele hacerlo el propio paciente, pero también llegan de la mano de gobiernos o seguros médicos.
El volumen anual se mantiene en el orden de las 14 mil personas, incluyendo acompañantes. La estadía, que suele ser más prolongada que un viaje de otro tipo, genera un gasto estimado de 15 mil dólares por cada caso.
Los precios de las intervenciones son clave. Por ejemplo, un by pass coronario cuesta 144 mil dólares en Estados Unidos, mientras que en Argentina ronda los 24 mil dólares.
Algunas instituciones médicas de nuestro país alcanzan niveles importantes de facturación en este segmento, con cifras que superan los tres millones de dólares anuales.
La característica que tiene el turismo médico es que el gasto que induce es de cinco a nueve veces más que el turismo tradicional. Además, el 75 por ciento de los viajeros llegan acompañados.