Crac, un exitoso modelode asociativismo
La cooperativa de rectificadores inaugurará el próximo viernes su nuevo centro de distribución en el que invirtió U$S 3 millones.
En lo que será uno de los hechos empresariales más significativos de la primera parte del año en Córdoba, la cooperativa de provisión de rectificadores Crac inaugurará el próximo viernes su nuevo centro de distribución nacional, una obra sobre la Circunvalación norte de esta Capital, en la que invirtió tres millones de dólares.
“Esta es una muestra de lo que puede hacer el asociativismo cuando se dejan de lado intereses personales y se apunta al progreso conjunto”, afirmó Alberto Rinaldini, presidente del consejo de administración de la entidad.
Crac, nacida en diciembre de 1978, cuenta con números gigantes en distintos aspectos, lo que la convierten en un actor principal del mercado de repuestos para motores. Con 117 asociados distribuidos en 19 provincias, y dos sucursales, una en Río Cuarto y otra en Resistencia (Chaco), maneja un stock de 350 mil unidades de partes y piezas para la rectificación de motores.
Con una demanda mensual de unos 100 mil ítems, ese stock rota completo cada 3,5 meses, explicó Rinaldini. Con ese movimiento, la cooperativa obtiene una facturación anual de unos 350 millones de pesos.
La planta, en la que cortará cintas con la presencia de autoridades provinciales y municipales, consta de 6.500 metros cuadrados cubiertos, de los cuales cinco mil están destinados al almacenamiento de repuestos, sobre un lote de una hectárea.
Crac aglutina a talleres de rectificación que en general cuentan con una estructura que va de 10 a 25 empleados y que encuentran en sus servicios una forma de disminuir alrededor de un 15 por ciento el costo de los repuestos que colocan en la reparación de los motores.
La cooperativa está abierta a la incorporación de nuevos asociados, aunque con tres condiciones esenciales: demostrar la actividad rectificadora, operar en el circuito formal de la economía y constituir un capital social ante Crac fijado en el equivalente a 50 salarios mínimos. No hay exclusividad de zonas.
Mudanza La entidad funcionaba en un edificio propio en barrio Alberdi, pero el crecimiento en las operaciones la llevó a invertir en el nuevo edificio donde, además del depósito, existen dos importantes salones para capacitaciones y conferencias.
Con esta planta, los asociados no tienen la necesidad de almacenar stock en sus talleres. “Un pedido que entra a las 17, a la noche está viajando a cualquier destino del país para que a la mañana siguiente el repuesto esté a disposición del socio”, explico.
–¿Cómo evolucionó el precio de los repuestos?
–Llevamos nuestro propio Indec con todos los rubros. En los últimos 12 meses subieron 14 por ciento. Pero en 2015 ese aumento fue del 40. Ahora se tranquilizaron un poco, dice Rinaldini a La Voz.
–¿Cuál es la situación del nivel de actividad en un rubro que es necesario para que funcionen los vehículos?
–Los socios de zonas agrícolas nos dicen que hay movimiento. En los grandes centros urbanos todavía falta una recuperación dado que la rectificación del motor de un automóvil claramente pasa por la demanda de la clase media que no puede cambiar el vehículo. En los salarios ha vuelta a tener importancia el costo de los servicios y eso impacta, sin dudas.
–¿Cuánto cuesta rectificar un motor?
–Sin la tarea del mecánico que lo saca y lo vuelve a poner, en un auto chico oscila en los 25 mil pesos y puede llegar a los 50 mil pesos para un utilitario, camión o maquinaria agrícola.
– ¿ Cuál fue el secreto para crecer tanto?
–Todo se puede. El asociativismo empresario es muy importante si no hay mezquindades. Nos miran como algo raro. Los rectificadores hemos sabido entender que esta herramienta nos sirve.