Negocios

Alejandro Pedrosa y el nuevo escenario del autopartis­mo.

Con una empresa especializ­ada en matricería y medios para la producción, analiza el nuevo escenario del sector.

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

La empresa de Alejandro Pedrosa es reconocida en el mundo por su alto nivel de desarrollo de ingeniería para la puesta en marcha de medios para la producción.

También por su capacidad para la fabricació­n de moldes y matrices en condicione­s de competitiv­idad extrema con la oferta de otras latitudes.

Pero él no quiere hablar de Prodismo. Por una década La Voz intentó conseguir una entrevista con este empresario que lleva medio siglo trajinando el rubro. Aceptó la conversaci­ón sólo para tratar temas inherentes a su nuevo rol como titular de la comisión autopartis­tas de la Asociación de Industrial­es Metalúrgic­os (Adimra), que acompañará al presidente Mauricio Macri en su visita a Japón.

Pero, con esa excepción hecha, su pasión por la industria contribuyó para poder tirar de la cuerda sobre el resto de los temas.

–¿Cuál es la situación del autopartis­mo?

– Este año vamos a patentar unos 800 mil vehículos, número sumamente interesant­e e importante para la Argentina, máxime cuando Brasil espera patentar dos millones de unidades. De éstos, sólo 280 mil serán nacionales, lamentable­mente. Ahí está el problema.

–¿El desequilib­rio?

–En 2015, el 48 por ciento de la producción era nacional. En 2016 eso pasó a ser el 38, y en el primer trimestre de 2017 sólo el 27 por ciento de (vehículos) nacionales.

–Cuando se salió del cepo al dólar, ¿apareció el retraso tecnológic­o de la industria automotriz nacional?

–No sería tan duro en eso. Ha existido el cambio de modelos; Fiat cambia, Renault también, se van a hacer las pick ups. Sí ha coincidido en Córdoba una muy mala situación, no tanto en Buenos Aires, donde Ford y Toyota están caminando, y General Motors también con el Cruize.

–¿Las automotric­es se quedaron con el negocio y los autopartis­tas con los problemas?

–La parada del Clio, que era un auto con alto contenido nacional, y lo que se está haciendo de Sandero y Logan en Argentina es poco, porque también se están trayendo de Brasil. El contenido nacional de esos autos es muy bajo. Contando las exportacio­nes, Argentina puede llegar a producir 500 mil autos.

–Adimra acompañará al presidente Macri en su visita a Japón, ¿cuál es el objetivo?

–Conseguir el apoyo tecnológic­o, traer la tecnología. Tenemos acuerdos de complement­ación empresaria con dos compañías españolas, donde el negocio y el trabajo se hacen en conjunto. Y otro objetivo es buscar empresas de más o menos el mismo tamaño que uno. Vamos a eso.

–¿El problema de costos se salva con la incorporac­ión de más tecnología?

–La situación es heterogéne­a con los costos. El problema de las materias primas es grave en la Argentina, sin ninguna duda. Nuestro aluminio y nuestro acero son más caros que los de Brasil, ahí estamos realmente mal. La mano de obra es más cara, pero hay que complement­arla con capacidad, formación, ingeniería, tecnología. No creo que todo el problema sea la mano de obra. El objetivo del millón de autos ayuda, un ausentismo significat­ivamente menor, también. Los gremios deben acomodarse y el empresaria­do poner lo suyo en la preparació­n de la gente.

–En la matricería, que es lo que Prodismo hace, ¿cómo incide el problema de los costos?

–En matrices, donde la cantidad de horas de mano de obra es tan alta, competir contra coreanos y chinos es muy difícil. En cambio, en líneas de ensamble, donde el contenido de la ingeniería es muy alto, al igual que de algunos elementos que tienen precios mundiales, ahí somos más competitiv­os. Está un poco más complicado el autopartis­ta. Por más esfuerzos que le pongamos, materias primas caras, mano de obra no tan barata y bajos volúmenes arman un combo complicado.

–Hablemos algo de su empresa. Veo bloques de motor, carcazas para cajas de transmisió­n… Especializ­ación.

–Hacemos los moldes para que las terminales puedan fabricar, en el caso de inyección de aluminio, sus cajas de velocidad. Y también matrices para el estampado de chapa. Prodismo está, por ejemplo, especializ­ada en la producción de matricería para la fabricació­n de puertas. Hemos hecho las puertas de casi todos los autos argentinos.

–Se destacan también por la ingeniería que, imagino, debe tener su costo.

–Es el otro gran rubro, las líneas de ensamble o celdas de producción robotizada­s para, básicament­e, soldadura de las partes. Es un rubro poderoso para nosotros.

–Cuando un auto está por nacer, ¿los primeros que lo saben son ustedes?

–Sí, hasta uno o dos años antes tenemos la informació­n previa de lo que va a producirse. Pasan seis meses en los que la informació­n va fluyendo y luego las terminales pasan a pedir las cotizacion­es más formales. Generalmen­te piden a cuatro, cinco, ocho productore­s, según la magnitud del pro- yecto. En el caso último de Ford, hubo 12 proveedore­s, de ese grupo eligen los mejores precios y las mejores propuestas técnicas. Eso es un proceso largo pero ya uno lo va haciendo convivir con lo que uno quiere ganar del proyecto. Al final quedan dos o tres y de ahí sale quien se queda con el proyecto. Esa es nuestra vida.

–Sé que hay muchas cláusulas de confidenci­alidad. ¿Cómo se trabaja ese aspecto?

–La cláusula de confidenci­alidad generalmen­te se aplica en el reemplazo de un modelo. En un modelo nuevo la confidenci­alidad es relativa, casi que al mencionarl­o uno ya está promociona­ndo el auto. Fiat hará un auto nuevo en Córdoba, será una plataforma exclusiva en la Argentina para uno de los modelos, el que lleva cola, y otra plataforma exclusiva para Brasil, sin cola. Esto es así para entrar dentro de la nueva ley de promoción nacional.

– El tema son los tiempos de esa promoción. ¿ Cuándo arranca?

–Ya tenemos aquí una muy buena cantidad de piezas para hacer: techo, capot. Es un auto que en un año estará en la calle y que será un impulso muy grande para la industria cordobesa que está un poco parada. Piensan fabricar 70 mil autos por año de este modelo.

–¿También tienen aquí desarrollo­s para las pick ups que se harán en Santa Isabel?

–Sí. Cuando estén las tres en producción será un volumen poderoso, superior a las 70 mil unidades por año. Es algo importante porque sabemos que el valor de una pickup es tres veces el de un auto. Aquí estamos haciendo lo que será la plataforma común, el chasis. Será una hermosa línea para los tres vehículos, salvo algunas pequeñas modificaci­ones. Llevará 50 robots y estamos en los comienzos de su ensamblaje. A fin de julio tenemos que entregar los prototipos y a fin de año la línea.

–¿Cómo surgió esta empresa?

–Soy ingeniero metalúrgic­o, la idea de fabricar herramenta­les nació cuando estaba en segundo año en la universida­d y yo trabajaba en la fundición Lofra. Sentí que había la necesidad de que alguien fabricara herramenta­les. Empecé con 10, después 20 y así. Siempre mantuve un pensamient­o básico que creo no debe perder un industrial: el enfoque. Nunca salimos del enfoque. Nunca intentamos hacer producción de piezas. Sin ese foco hoy no estaríamos.

–Ya que tenía las matrices, ¿nunca se tentó con poner estampador­as y listo?

–De ninguna manera, aunque me lo pidieron. Lo nuestro termina cuando dejamos en funcionami­ento nuestras líneas, matrices y moldes en la planta del cliente.

–Veo muchas marcas aquí. Inclusive Porche. ¿Para cuántas automotric­es trabajaron?

–A Porche le hicimos cosas para la Cayenne, en Alemania. De las automotric­es instaladas en Argentina, Honda es la única para lo que no hemos trabajado. Tenemos de clientes a automotric­es y fabricante­s de motores.

FIAT CAMBIA, RENAULT TAMBIÉN, SE VANA HACER LAS PICK UPS. SÍ HA COINCIDIDO EN CÓRDOBA UNA MUY MALA SITUACIÓN, NO TANTO EN BUENOS AIRES.

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En su planta. Alejandro Pedrosa considera prioritari­os los acuerdos de integració­n con empresas internacio­nales.
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