Hay dialéctica electoral, pero la economía habla por sí sola
Fiel a su estilo, la diputada nacional Elisa Carrió (candidata a seguir en el Congreso por Cambiemos) chasqueó su lengua y abrió la discusión: “El problema en Argentina es que hay trabajo, pero no hay gente capacitada para ese trabajo”. En rigor, es una verdad a medias.
El telón de fondo es archiconocido: entre 2004 y 2011, la creación de empleo fue encabezada por el sector privado, a razón de 2,6 puestos por cada nuevo trabajo público. Pero entre 2012 y 2016, la relación se revirtió (0,4 privados por cada público). Y el cordón informal sigue siendo un tercio del mercado laboral.
Traducido: hace más de cuatro años que la creación de empleo registrado está estancada en el sector privado, con recortes en rubros sensibles, como algunas ramas industriales, mientras crece el volumen de monotributistas y cuentapropistas.
En esa laguna, algunos peces han comenzado a nadar más rápido: son los sectores vinculados con el agro, la construcción ligada a obras públicas y las auto- motrices, en especial en el Gran Córdoba. Pero el resto sigue en flotación obligada.
Más del 85 por ciento de las empresas que participan en la encuesta de indicadores laborales del Ministerio de Trabajo nacional no tiene ningún plan para aumentar la cantidad de personal, aunque ese indicador era peor entre 2013 y 2014.
Pero, y aquí la parte de razón de Carrió, entre las compañías que incorporan y buscan nuevos empleados, la tasa que refleja la imposibilidad de cubrir las vacantes ofrecidas fue, en el primer semestre, la más alta desde que arrancó la serie (octubre de 2006), según el sondeo oficial.
“Hay perfiles que realmente no se consiguen. Aquí en Córdoba, una figurita difícil son los técnicos de mantenimiento. Pero también matriceros y hasta soldadores. Con estos últimos, hay un cuello de botella entre la demanda por los trabajos en la Central de Embalse, los gasoductos y, ahora, automotrices y autopartes”, contó Marco Solís, al frente de la sucursal Córdoba de Adecco.
También sigue siendo deficitaria la búsqueda que encaran las compañías tecnológicas, aunque la brecha sea menor que en años anteriores. Igual, esto sólo ocurre en una franja reducida.
Las consultoras y agencias de colocaciones de empleo que operan en el mercado local suelen ser un termómetro anticipado. Para Adecco, se nota la demanda por trabajadores en sectores puntuales, pero todavía está lejos de ser un fenómeno generalizado.
La cuestión es que, si bien se empujan las expectativas hacia arriba (en Córdoba es elocuente la influencia de la metalmecánica en el humor social), esa línea parece correr paralela a la que traza la incertidumbre que sienten los hogares con ingresos que le pelean cuerpo a cuerpo al costo de vida, y que son mayoría.
La economía intenta despegarse del proceso de estanflación en el que se estacionó en 2011. Pero le cuesta. Eso que Federico Sturzenegger, el presidente del Banco Central, tildó de “crecimiento robusto” tiene mucha más pinta de ser un rebote.
Por lo tanto, el aumento del nivel de actividad de los próximos años debería ser traccionado casi en forma exclusiva con inversiones y más productividad.
¿Será por eso que el consultor oficialista Jaime Durán Barba, según se cuenta en los círculos políticos porteños, aconsejó a los candidatos de Cambiemos que no hablen más de economía?
Si es cierto, llegó medio tarde. El propio presidente Mauricio Macri lo hizo en el arranque de la campaña. Y, más allá de la dialéctica electoral, la economía habla por sí sola todos los días.