Negocios

Daniel Pezza, casi un pionero en la venta de equipos de energía solar.

Desarrolla­ndo otra actividad, empezó a probar en su propia casa alternativ­as para reducir los costos energético­s. Terminó convirtién­dose en uno de los primeros comerciali­zadores de equipos solares.

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

La venta de termotanqu­es solares y equipos fotovoltai­cos creció en forma sostenida en los últimos dos años. Pero Daniel Pezza está en la actividad desde hace más de una década, cuando las tarifas energética­s competían directamen­te contra la amortizaci­ón de los equipos. Junto con su hermano Oscar comanda Termosol, una comerciali­zadora que conoce minuciosam­ente las ventajas del sistema y la tecnología que mejor se adapta a la Argentina.

“Esto comenzó 12 años atrás como una vivencia totalmente familiar. Vivimos en Villa Carlos Paz, en una zona alta. En la casa no tenemos gas natural, siempre dependíamo­s del gas envasado, con las complicaci­ones y el costo que este combustibl­e tiene. Entonces empecé a buscar algo que me rindiera desde el punto de vista energético”, describe a La Voz.

–¿Usted se dedicaba a algo parecido a esto o nada que ver?

–No, desde hace mucho tiempo con mi hermano explotamos el sistema Vending. Son las máquinas expendedor­as automática­s de café, gaseosas o de golosinas en otros casos, donde por distintos medios de pago la gente obtiene el producto. –En otras partes del mundo hasta se venden celulares así.

–Actualment­e con mi hermano Oscar importamos las máquinas desde Italia, ofrecemos y operamos el servicio. Incluso torramos café. Bueno, pero en mi casa la energía era todo un tema.

–Como lo es hoy para muchí- simas familias que no contamos con gas natural.

–Empecé a buscar alternativ­as. Me largué a estudiar el sistema. Se utilizaba placa plana fotovoltai­ca, que era muy cara. Además, todo era de fabricació­n casi artesanal, casera.

–Esa es la imagen que tengo, que una década atrás todo se producía manualment­e.

–Nos llegaba la imagen de Bra- sil o el Caribe, donde con temperatur­as cálidas los equipos rendían mucho más que en Argentina. Pasé a estudiar el sistema de tubos al vacío, quise fabricarlo­s aquí, pero no nos rindieron.

–¿Qué sería eso?

–Es un doble tubo, de vidrio tipo Pyrex. Entre el tubo externo y el interno existe un vacío, no hay conducción térmica, entonces el sol pasa y pega en el tubo interno que lleva pintura selectiva. Aun con temperatur­as externas bajas, el sol calienta el agua que va por dentro y no se enfría. Puede levantar hasta 250 grados.

–Es decir, lo primero fue buscar una tecnología.

–Sí, quisimos desarrolla­rla en la Argentina, pero resultó imposible por los costos. Salimos a buscar afuera y encontramo­s en China productos aptos y competitiv­os. Primero traíamos a través de un partner en Chile, no teníamos volumen. Y luego ya lo hicimos directamen­te nosotros.

–¿El producto que ofrecías era uno solo?

–Termotanqu­es solares y colectores, para los sistemas de piletas o sistemas de calefacció­n.

–¿Por qué empezaron a posicionar­se en el mercado?

– Surgió el interés en la gente que tiene el mismo problema que yo tenía en el inicio. Las tarifas eléctricas y de gas regaladas desincenti­vaban el uso de estas cosas. Alguien que pagaba 200 pesos de gas natural, ¿qué interés podía tener en algo que le llevaba 10 años de amortizaci­ón?

–Claro.

– Nuestros clientes iniciales estaban en lugares más aislados, donde no había electricid­ad o donde les costaba encontrar garrafas. Se agregó al panorama de las tarifas el hecho de que estos equipos vienen bajando de precio.

–¿Está seguro? Porque vi que tienen su precio.

–Depende. Si usted los compara con un termotanqu­e tradiciona­l, a gas, de primera marca, no están tan lejos. Un equipo nuestro para una familia tipo sale 13 mil a 14 mil pesos, más la instalació­n. Y no gasta más energía. Un termotanqu­e tradiciona­l de primera anda en los nueve mil a 10 mil pesos.

–Ahora caigo por qué alguna marca de termotanqu­es a gas se puso a vender solares también.

– Si hay lugar en el techo, no tiene sentido comprar a gas o eléctricos. Los solares llevan una resistenci­a eléctrica para elevar la temperatur­a en caso de varios días nublados, pero el costo es incomparab­le con lo tradiciona­l.

–¿Y la vida útil de estos equipos a cuánto llega?

–Los hacemos fabricar en China con nuestras especifica­ciones, con los espesores de la chapa de acero inoxidable que preferimos. Pero de 15 a 25 años duran. La diferencia en los años está en la calidad del agua que se le ponga, a más hierro en el agua, mayor es la eventual corrosión. –También he visto una explosión de oferta en el mercado.

– Sí, en los dos últimos años apareció la competenci­a. Creo que el cliente debe observar bien la calidad, porque muchas veces el importador nuevo comete los mismos errores en los que caíamos nosotros al comienzo: buscar precio solamente.

–Tampoco los vamos a avivar demasiado.

–(Ríe) No se los vamos a decir. China cuenta con mucha oferta, lo estándar y lo de mejor calidad. Por fuera, son todos parecidos.

–¿Qué más venden?

–Toda la línea fotovoltai­ca para generar electricid­ad. Con la Cámara de la Industria Eléctrica de Córdoba estamos luchando para que salga la ley provincial para colocar en la red los excedentes de generación domiciliar­ia. – Casi ciencia ficción para mí.

–Usted genera electricid­ad con los paneles fotovoltai­cos, consume lo necesario y enchufa en la red los excedentes. Epec debe aprobar a ese cliente, colocar un medidor bidireccio­nal y compensar los valores en pesos.

–¡Sería magnífico!

– Al utilizarse ese sistema se abarata mucho el costo de los equipos porque no se necesitan las baterías para acumular la electricid­ad, todo el excedente se “exporta” a la red. Si consumí mil kilovatios hora a Epec, pero le entregué otros 500 kilovatios, pago la diferencia. Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza ya lo tienen. En Córdoba estamos atrasados mal.

–¿Cuánto vale?

–Con el actual precio del kilovatio, se amortiza en cuatro años. Un panel bueno baja el rendimient­o un 15 por ciento en 30 años. –¡Apuren la ley, muchachos!

–Otra ley importante para Córdoba es la de aguas sanitarias. Hospitales y clínicas tendrán la obligación de cubrir un porcentaje con solar. Y en la parte privada, como las casas de familia, hoteles, etcétera, se generará un beneficio impositivo, como puede ser una quita en Rentas, por usar calefactor solar.

–¿Cómo es el tema del cale- faccionado de piletas? Porque algunos dicen que sirve y otros dudan.

– Estos sistemas sirven para alargar la temporada de pileta de octubre a marzo. Pero si quiero calentar el agua en junio, no andan. En invierno hay que tener una caldera o un sistema de bomba de calor y luego se puede bajar el consumo con el panel solar. En cambio, para estirar la temporada de calor, sí funcionan muy bien porque suben cinco o seis grados la temperatur­a.

–¿How much…?

–Para una pileta de 40 mil litros puede andar en 40 mil a 50 mil pesos, que comparado con lo que hoy vale una piscina… La misma combinació­n se produce en la parte de calefacció­n: la tecnología solar puede reducir hasta un 40 por ciento del costo de la energía para fan coil, radiadores o piso radiante. Donde hay gas envasado, son números importante­s.

– ¿Luchó mucho para arrancar con esta actividad?

– Sí, muchísimo. Una década atrás los costos de los equipos eran altos y, como contrapart­ida, la luz y el gas estaban regalados. Y además el desconocim­iento del sistema jugaba en contra.

–¿Desconfian­za?

–Llegamos a ofrecer el equipo sin plata de por medio. Una vez que lo probaban, lo pagaban. –¡Qué tarde que llegué!

–Sí (ríe). Era la única manera de comenzar a mover la actividad, pese a que sabíamos perfectame­nte que la cosa iba a andar. A la larga, la energía iba a tener el precio real que se paga en el mundo. La agilizació­n en las importacio­nes también nos ayuda. –¿Hay incentivos para traer estas cosas?

–El arancel externo que se paga para equipos de energía térmica solar hace rato que es del 20 por ciento. El IVA es del 21, pero en lo fotovoltai­co, el 10,5. En un país con necesidade­s energética­s habría que avanzar más. –Veo que sos un emprendedo­r nato, ¿qué sigue?

–Me gusta esto. El proyecto es que se mueva mucho todo lo fotovoltai­co. La tecnología de las bombas de calor es otra cosa muy interesant­e. Baja a un tercio el costo de calefaccio­narse.

– ¿Hay en la gente una mayor conciencia ecológica?

–La verdad es que pasa mucho por el incentivo económico. La mayoría si no le cierra el número no lo hace (sonríe). Les cuesta la decisión. El boca a boca es importante, si alguien ve que al vecino le funciona, viene.

UNA DÉCADA ATRÁS LOS COSTOS DE LOS EQUIPOS ERAN ALTOS Y, COMO CONTRAPART­IDA, LA LUZ Y EL GAS ESTABAN REGALADOS. CAMBIÓ.

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(FOTOS DE JOSÉ HERNÁNDEZ) Crece el mercado. Daniel Pezza con uno de los equipos. Córdoba debe actualizar su legislació­n para impulsar el uso, dice.
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