Superjefe: es sólo una cuestiónde actitud
Para el autor, la gran innovación del management es, en esencia, actitudinal. El camino es aprovechar, potenciar y entrenar a futuros líderes.
Hace algunos años, la consultora británica Vantage Hill Partners realizó un estudio entre más de un centenar de CEO a nivel mundial. El objetivo era identificar cuál es el mayor temor que enfrenta un directivo empresarial.
El resultado no pudo ser más contundente: temen ser considerados incompetentes.
La investigación reveló que este miedo a no estar a la altura del cargo, a ser considerados por otros como “impostores” ( los investigadores usan esta expresión a partir del denominado “síndrome del impostor”, acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes a finales de la década de 1970), degenera en una notable pérdida de confianza por parte de los directivos.
Y, al mismo tiempo, se produce un deterioro progresivo de las relaciones laborales e interpersonales con sus pares y con sus equipos de trabajo.
Todo eso se convierte en un círculo vicioso que se blinda a sí mismo.
Sin embargo, en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (un mundo Vuca, como se lo conoce por su acrónimo en inglés), en el que los cambios tecnológicos son una constante que se sucede cada vez con mayor velocidad y repentismo, y donde los patrones culturales son modificados en extremo por las nuevas generaciones que acceden al mundo laboral, es difícil –por no decir imposible– que una persona pueda llegar a ser absolutamente competente en todas las materias que hacen al oficio de dirigir y de tomar decisiones.
El temor a sentirse incapaces es, por dialéctica, un miedo a que otros puedan ser mejores que uno mismo. Visto desde esa perspectiva, el otro deja de ser un aliado y se transforma en una amenaza, en alguien de quien hace falta defenderse.
Lo irónico de esta apreciación radica justamente en que la tarea de un mánager no consiste en ser el más capaz o en tener todas las respuestas, sino en saber aprovechar y potenciar lo mejor de todos los que son parte de su organización.
Superjefe La gran innovación en management de nuestro tiempo no pasa por el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a los procesos de toma de decisiones o por la concepción de modelos de gestión fuera de lo común.
La gran innovación es ( y ha de ser) esencialmente actitudi- nal. Dicho en palabras de Sidney Finkelstein, profesor estadounidense de Tuck School of Business, el directivo debe aceptar el desafío de convertirse en un “superjefe”.
Para Finkelstein – quien investigó por años las características que tienen en común exitosos referentes del mundo de los negocios como Ralph Lauren, Larry Ellison, George Lucas o Mary Kay Ash–, la diferencia entre un CEO convencional y un superjefe está dada por el convencimiento que tienen estos últimos de que su legado como directivos no consiste solamente en crear empresas exitosas, sino en entrenar y mentorear a los futuros líderes que habrán de reemplazarlos y que lleva- rán la organización un paso más allá.
Esta forma de entender el rol directivo fue expuesta por Jack Ma – el multimillonario chino fundador de Alibaba– durante el Foro Económico Mundial de 2016. “Si quieres ganar en el siglo 21, tienes que capacitar a los demás, tienes que asegurarte que las otras personas sean mejores que tú; entonces vas a tener éxito”, dijo.
El gran miedo de un CEO no debería ser creerse incapaz de hacerlo todo; por el contrario, debería ser creer que puede serlo.
* Profesor de Marketing Estratégico y responsable de comunicaciones del Icda (UCC)
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