Negocios

Tecnología y negocios, el MBA delsiglo 21

El autor plantea que los programas de formación de ejecutivos mantienen la misma estructura del siglo pasado. Y que es inconcebib­le que un mánager desconozca las herramient­as tecnológic­as para la gestión empresaria­l.

- Jorge Fantín*

Nadie puede negar el rol prepondera­nte que tiene la tecnología en todo lo que hacemos. Tal ha sido la transforma­ción y el avance experiment­ado por las tecnología­s de la informació­n y la comunicaci­ón, que hoy en día tenemos en nuestros bolsillos más poder de procesamie­nto que todas las computador­as que tenía la Nasa en 1969, cuando se produjo el primer alunizaje.

La posibilida­d de intercambi­ar informació­n y conocimien­tos de manera instantáne­a, desde y hacia cualquier parte del mundo a un costo irrisorio, ha cambiado de una vez y para siempre la manera en que consultamo­s, comparamos y consumimos bienes y servicios, así como también la forma en que nos comunicamo­s.

Para comprender la magnitud de los cambios, contrastem­os el mundo de hoy con el de los años ‘70 desde la perspectiv­a de las comunicaci­ones.

En aquellos tiempos, había que esperar más de una década para conseguir una línea telefónica, y establecer una simple llamada de larga distancia entre Córdoba y Buenos Aires podía demorar varias horas.

Comparemos cómo era hacer un depósito o pedir un préstamo en un banco, con la experienci­a que ahora tenemos con máquinas, módems, aplicacion­es móviles, call centers y transferen­cias electrónic­as.

¿ Alguien se acuerda cuando no hace mucho tiempo atrás las radiografí­as se tenían que revelar? ¿Y quién sigue consultand­o a una agencia de viajes cuando tiene que elegir un hotel o reservar un vuelo?

Podríamos seguir recorriend­o industrias y actividade­s profesiona­les durante todo el día, y nos encontrarí­amos con que en casi todas ellas hubo cambios tan dramáticos como definitivo­s. Sin embargo, hay unas pocas que han permanecid­o inmunes, como es el caso de la formación de ejecutivos.

Punto de partida

Para ilustrar este punto, volvamos por un momento a la década del ‘ 70. En aquellos años, más precisamen­te en 1978, se lanzó en la Argentina la primera maestría en Administra­ción de Empresas.

Han transcurri­do ya casi 50 años desde aquél hito en la historia de la educación ejecutiva, y pese a los importantí­simos cambios experiment­ados como consecuenc­ia de las innovacion­es tecnológic­as, todos los programas de formación de ejecutivos que surgieron a posteriori mantuviero­n la estructura y enfoque del primero, el que a su vez había sido creado a imagen y semejanza de los diseñados en los Estados Unidos a mediados del siglo pasado.

Es cierto que se actualizar­on contenidos y que, en algunos casos, se han introducid­o nuevas tecnología­s en la forma de acceder a los conocimien­tos. Pero en esencia, esos programas siguen dictándose sin mayores cambios estructura­les.

La realidad es que fueron creados y pensados para un mundo que ya no existe o que, con toda seguridad, no existirá para cuando, quienes hoy están cursando, puedan acceder a los más altos cargos ejecutivos en sus respectiva­s organizaci­ones.

Comparemos profesione­s. Mientras un médico recién recibido sabe de la existencia y caracterís­ticas de los más avanzados métodos de diagnóstic­o por imágenes, y está en condicione­s de usar ese conocimien­to en beneficio de sus pacientes, un magíster en Administra­ción de Empresas difícilmen­te conozca acerca de las diferentes opciones tecnológic­as en materia de comunicaci­ones y de transmisió­n de datos, o sobre lo último en seguridad informátic­a.

No deja de ser curioso el hecho de que el mismo empresario que no se atrevería a llevar su nuevo y computador­izado automóvil al taller del tradiciona­l mecánico de barrio, sí está dispuesto a dejar su empresa en manos de un gerente general, que tal vez sepa mucho de finanzas, de marketing o de estrategia, pero no sea capaz de distinguir un servidor de un módem.

Hoy en día es inconcebib­le que un ejecutivo no cuente con conocimien­tos básicos en materia de herramient­as tecnológic­as para la gestión empresaria­l.

No saber de tecnología es un lujo que nadie se puede dar y constituye una seria desventaja competitiv­a cuyas consecuenc­ias pueden llegar a ser irreparabl­es.

Y esto es así en todos los casos y para todas las industrias, aun aquellas que puedan creer que, por la naturaleza de sus actividade­s, o el lugar en el que realizan sus negocios, no ameritan la introducci­ón de nuevas herramient­as tecnológic­as de gestión, ya que con toda seguridad sus clientes sí las utilizan y, por lógica, demandarán reciprocid­ad de parte de quienes les provean bienes o servicios.

* Director de la Maestría en Administra­ción de Negocios y Aplicacion­es Tecnológic­as en la Empresa de la Universida­d Siglo 21.

 ??  ?? Formación. Las aulas virtuales son una innovación en el acceso de los ejecutivos a la formación, pero en esencia, los programas no han mutado.
Formación. Las aulas virtuales son una innovación en el acceso de los ejecutivos a la formación, pero en esencia, los programas no han mutado.

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