“Con estos costos de manejar efectivo, perdemos plata”
Diego Villegas es gerente de Productos Corporativos de Gire, la red no bancaria más extensa del país. Con Rapipago busca bajar la recaudación con “cash”.
“EN CÓRDOBA, DE LAS 400 BOCAS DE ATENCIÓN QUE TENEMOS, SÓLO 75 NO CUENTAN CON DÉBITO TODAVÍA”.
Hace más de 25 años que la empresa Rapipago es sinónimo de cobro de facturas. Tiene a cargo la cobranza de más de 2.500 empresas, con seis mil cajas en todo el país. Pero los altos costos de mover el efectivo la obligan ahora a cambiar una cultura muy arraigada: que al Rapipago se va con plata.
Está empeñada en convencer a sus clientes de que vayan, pero con la tarjeta de débito. Aseguran que la mitad de los usuarios la tiene, pero no la usa. Además, con la red Link, se pueden hacer extracciones, como si se tratase de un cajero automático (en breve se sumará Banelco).
Rapipago es propiedad de Gire, una empresa del Banco Santander, con 850 empleados en el país. LaVoz conversó con Diego Villegas, gerente de Productos Corporativos y Nuevos Negocios de Gire-Rapipago, sobre cómo viene el negocio.
–Al fin se puede ir sin plata al Rapipago. ¿Qué pasó?
–Empezamos a percibir que mucha gente retiraba efectivo del cajero automático y en la ventanilla de Rapipago pagaba en efectivo: era una inconsistencia. Uno piensa que todos los clientes de Rapipago son no bancarizados, pero eso no es tan así: casi 50 por ciento de los siete millones de clientes tienen tarjeta de débito y una cuenta bancaria, pero por una cuestión de hábito retiran el efectivo y se manejan así.
–¿Por qué?
–Es hábito, costumbre. A veces tiene que ver con un tema etario, sociocultural; pero son hábitos arraigados: que al Rapipago se va con efectivo. A mediados del año pasado empezamos a poner los POS. Hoy tenemos casi cuatro mil locales en el país y sumando las cajas, llegamos a seis mil. Tenemos el 98 por ciento de los locales cubiertos, esto es, más de 5.500 cajas con dispositivos para cobrar con débito. En Córdoba, de las 400 que tenemos, sólo 75 no tienen débito todavía.
–¿Esto fue posible porque se cambió la normativa que exime las extracciones del impuesto al cheque?
–Sí, hubo un tema de normativa para las extracciones, pero había un tema de interoperabilidad con las redes Banelco y Link. Nosotros ponemos el dispositivo, pero atrás de eso hay que conectarse con las redes, que son las que habilitan. Una vez que pudimos, implementamos el servicio.
–La intención del propio Banco Central es ir eliminando el papel y bancarizar, haciendo que todo sea digital. ¿Conspira esto contra el negocio?
–No, estamos alineados con lo que quiere el Central, que es reducir el manejo del efectivo y apuntar a la bancarización. Ésta puede ser homebankig o el uso de medios electrónicos de pago, como la tarjeta de débito. Está alineado, por eso nos pusimos con esa inversión.
–Pero si todos nos fuéramos al “homebanking”, se acabarían los clientes de Rapipago, se achicaría el negocio.
–Sí, se achica, pero mejora en rentabilidad. Nosotros no perdemos, por eso nos sumamos en esta movida de bancarizar, la estamos fomentando porque los costos de movilización de efectivo se han hecho muy importantes y perdemos plata por ese lado. Si un pago de la luz se hace con débito, mejoramos rentabilidad, porque detrás del pago está el camioncito que retira el efectivo, lo lleva al banco y lo deposita. Todo eso tiene costos muy altos.
–¿El uso de la caja como cajero, para extraer efectivo, también ayuda a bajar los costos?
-Sí, podemos hacer extracciones de efectivo en las tarjetas Link y dentro de un mes también con Banelco también. Es más, la compañía firmó un acuerdo con Bancor y hubo campañas para hacer extracciones sin costo adicional.
–¿La posibilidad de pagar y de extraer achicó los costos?
–Sí, en realidad estamos evitando perder dinero por el aumento de los costos del movimiento de efectivo. Se han ido al doble en un año y llegan al uno por ciento. Estamos tratando de compensar esa pérdida.
–Pero si van a pérdida, ¿por qué cada vez hay más?
–Es que para los agentes Rapipago, la ecuación de rentabilidad es distinta: perciben un ingreso por cada transacción que realizan.
–Algunas cobran un plus.
–Eso no debería ser así, no es algo habilitado por la compañía, no está autorizado. Lo que no descartamos que pase a futuro es que alguna empresa no pueda pagar el costo del manejo del efectivo y se lo traslade al usuario final. Eso todavía no está sucediendo masivamente.
–¿Esto es porque los bancos les cobran un porcentaje por depósito de efectivo a las empresas?
–Claro, porque la cobranza es de la empresa, nosotros somos un instrumento. Si no puede soportar el movimiento de efectivo, o bien lo traslada al cliente o nos pedirá a nosotros que lo traslademos. –¿Y la gente lo ha adoptado?
–Se ha incrementado muchísimo: estamos arriba del 40 por ciento mensual, porque los clientes van conociendo el servicio y porque ya tenemos la red cubierta. En abril superamos los 1.100 millones de pesos operados con débito.
¿A quién le sacan ese cliente? ¿Dónde iba antes?
–Era nuestro, pero pagaba en efectivo. Hizo el clic.