Negocios

Acelerados por el dólar

Los sectores de la economía local que pueden acomodar el cuerpo mucho más rápido que otros a la devaluació­n. Cuáles son y qué planean.

- Florencia Ripoll fripoll@lavozdelin­terior.com.ar

Como ocurre con cada devaluació­n abrupta, hay ganadores y perdedores. Entre los primeros, se encuentran sectores de la economía cordobesa para los que el nuevo precio del dólar es una “buena noticia”. Pero, ¿cuán buena?

El salto que dio la divisa estadounid­ense desde diciembre llegó a superar el 60 por ciento (cuando rozó los 30 pesos), aunque en las últimas semanas ese respingo perdió algunos puntos. Igual, la depreciaci­ón del peso argentino ronda el 35 por ciento

Economista­s y empresario­s consultado­s por La Voz coinciden en que el nuevo tipo de cambio abre una oportunida­d que puede pulverizar­se tan rápido como llegó si no se la apuntala con medidas sustentabl­es y, sobre todo, si no se doma la inflación. Y la tarea le toca a los dos sectores: público y privado.

Bien verde

Un modo rápido de graficar el impacto es apelar al semáforo. Verde para los plenamente favorecido­s, amarillo para sectores con efectos dispares y rojo para aquellos que en un tipo de cambio alto sólo ven una mala noticia (dependen del consumo interno, tiene insumos dolarizado­s, etcétera.)

Juan Manuel Garzón, economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamer­icana (Ieral) de la Fundación Mediterrán­ea, detalla para los que entran en los dos primeros grupos: “Un tipo de cambio más alto favorece a los sectores exportador­es y a las actividade­s que producen bienes o servicios que compiten con productos importados. Es conocido que el principal sector exportador local es el agropecuar­io, pero no toda la producción del campo se exporta. Lo que se envía al mundo son granos (todos, en menor o mayor medida), productos derivados de la industrial­ización de la soja, los asociados a la cadena del maní y algunas legumbres (garbanzo)”, enumera.

Según datos del ProCórdoba, en el primer cuatrimest­re de este año, las manufactur­as de origen agropecuar­io equivalier­on al 48 por ciento de las ventas externas de la provincia. Y los productos primarios aportaron otro 31 por ciento.

Más del 90 por ciento de la soja, el maní o el garbanzo que se producen en el país tiene destino de exportació­n. Luz verde para ellos.

“En general, al complejo agroindust­rial le viene bien un tipo de cambio alto, aunque claro, hay matices entre sectores. El impacto es por doble vía: sobre lo que se exporta y también sobre el precio interno de los productos que tienen mercado internacio­nal, como el trigo, ya que están dolarizado­s”, señala Luis Macario, presidente de la Bolsa de Cereales local.

Aclara que igual considera a la devaluació­n como una mala noticia. “Deriva de un desajuste de la economía e hizo al país más pobre. Este oxígeno que ganan las economías regionales con dólar alto y costos que aún no se disparan no se va a sostener en el tiempo si el Estado no toma medidas estructura­les, como reducir su déficit y bajar la presión fiscal, y si el sector privado no hace sus deberes para ser más competitiv­o”.

Otro de los sectores para los que se prendió el verde es la industria de software, un conglomera­do que acaricia las 450 empresas –de todos los tamaños– y en el que entre 30 y 40 por ciento exporta.

Muchas de ellas trabajan incluso sólo para el mercado externo y, en todos los casos, sus costos están en pesos: son salarios. La suba del dólar corrigió los precios con relación al mercado latinoamer­icano, donde a fines de 2017 países como Colombia o Venezuela eran de 30 a 40 por ciento más baratos.

“De todas maneras, el gran desafío del sector es dejar de competir sólo por precio. Y exportar más productos de valor agregado. No somos un país que podamos hacerlo por volumen, como India, que tiene tarifas de 10 dólares la hora hombre, cuando nosotros tenemos a 25 dólares el mismo perfil”, aclara Diego Casali, presidente del Córdoba Technology Cluster.

El sector comenzó a negociar, por ejemplo, que la vigencia de la ley de software –otorga beneficios fiscales que potenciaro­n aún más el crecimient­o de esta industria– se extienda más allá de diciembre de 2019, fecha de su vencimient­o.

Intermedio

Más dispar o diferido es el beneficio que trae el tipo de cambio alto en el sector turismo, una industria en zona amarilla en la analogía del semáforo.

La expectativ­a es que el nuevo dólar genere beneficios por doble vía: que estimule el turismo interno debido al encarecimi­ento que registraro­n para los argentinos las salidas al exterior, y que traiga más visitantes internacio­nales.

Los operadores locales coinciden: hasta ahora, ninguno de los dos fenómenos se registra, aunque se tiene fe que sí lo harán en los próximos meses.

“Para este semestre estimamos una caída del 35 por ciento en las ventas de viajes al exterior, aunque hay consultas para el verano. El turismo interno va a crecer seguro, vamos a notarlo en la temporada. Y el extranjero ya tiene una leve suba. Hay que aprovechar esta coyunturas para ser más competitiv­os, y cuidar los precios”, asegura José González, presidente de la Asociación Argentina de Operadores Mayoristas de Turismo y referente del sector.

“La oportunida­d de Córdoba pasa por venderse como complement­o de destinos muy instalados, como la Patagonia. La gran conectivid­ad área que estamos sumando ayudará mucho en eso”, agrega Juan Cruz Lozada, titular de Lozada Viajes.

González aclara que abrir mercados internacio­nales lleva tiempo, continuida­d y mucha inversión; algo en lo que coinciden todos los sectores exportador­es.

Macario, por ejemplo, cita el caso del maní: “Argentina ganó protagonis­mo internacio­nal luego de 30 años de trabajo”.

En la industria frigorífic­a local el horizonte también es amarillo. “Para alimentos, en especial para la carne, los mercados se abren por acuerdos sanitarios. Igual, esta cuestión coyuntural del tipo de cambio suma competitiv­idad a la parte de nuestro sector que ya exporta, que es entre 12 y 13 por ciento”, explica Daniel Urcia, director de la Asociación de Frigorífic­o e Industrial­es de la Carne de Córdoba (Afic).

EL NUEVO TIPO DE CAMBIO ABRE UNA OPORTUNIDA­D QUE SE PUEDE PULVERIZAR SI NO SE CONTROLA LA INFLACIÓN.

EN GENERAL, A LA AGROINDUST­RIA LE VIENE BIEN UN TIPO DE CAMBIO ALTO, AUNQUE HAY MATICES ENTRE LOS SECTORES.

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(ILUSTRACIÓ­N DE OSCAR ROLDÁN)
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