Empresas, en modo recálculo
En lo que va del año, las compañías han cambiado varias veces sus presupuestos. ¿Cómo planifican en la volatilidad?
Afines del año pasado, 2018 se veía como un período de recuperación en el cual se iban a empezar a ver los frutos de los ajustes realizados en los dos primeros años de la gestión de Mauricio Macri.
Pero la expectativa de un crecimiento superior al de 2017 comenzó a ajustarse hacia abajo por la sequía y chocó luego con la crisis cambiaria.
Ahora, cuando aún no empezó el último trimestre, los sacudones siguen y en menos de seis meses todos los actores económicos tuvieron que revisar sus números varias veces. Y los presupuestos para 2019 están demorados.
¿Cómo están haciendo las empresas para planificar y trabajar en este escenario tan volátil?
“En general, los empresarios tienen un plan de gestión de riesgos que es muy amplio y la inestabilidad cambiaria y la devaluación siempre está presente. Pueden ser cuestiones que estén en la cabeza del dueño o documentadas en un presupuesto, pero se trazan los distintos escenarios, se simulan impactos y así se gestiona”, explica José Ballarati, socio de la oficina Córdoba de Deloitte.
Aunque reconoce que la coyuntura es mucho peor al escenario más pesimista que se planteó en 2017, menciona que a lo largo del año ya se fueron haciendo ajustes varias veces.
Números cambiantes
Con previsiones que parecen estar muy lejanas en el tiempo, a fines del año pasado se planificó atravesar 2018 con expectativas de crecer 3,2 por ciento, con una inflación de 17,5 por ciento, un tipo de cambio de 20,4 pesos en diciembre y una tasa de política monetaria menor al 28,75 por ciento de entonces.
El cambio de escenario fue drástico. Luego de un primer trimestre con un alza de 3,6 por ciento del producto interno bruto (PIB), en el segundo la economía cayó 4,2 y se espera que siga para abajo lo que resta del año.
La proyección que recoge el Banco Central entre diversos economistas es de una baja de 1,9 por ciento todo el año (el propio Gobierno espera un cierre de -2,4 por ciento), con inflación de 40,3 por ciento y tasa de interés alrededor del 60 por ciento.
“Se han vivido cambios muy rápidos, no sólo en el tipo de cambio. 2017 fue un año de gran dinamismo en el empleo por varios proyectos que generaron buenas expectativas. A principios de este año se empezaron a reducir, el primer trimestre desaceleró un poco, el segundo bajó y en el tercero es la primera vez que se empieza a hablar de suspensiones”, alerta Alberto Asensio, socio de PwC de Córdoba.
Y agrega que las empresas viven revisando presupuestos. “Capaz que en estos seis meses hubo seis revisiones. También vuelven a sacar del arcón de los recuerdos proyectos que tienen la posibilidad de paliar el freno de otras iniciativas que estaban previstas”.
Para Walter Brizuela, consultor de Pyme, una de las cosas que cambió este año es “la forma de hacer negocios; para ganar dinero hay que ser competitivo porque el apoyo estatal es limitado”.
Y acota: “Lo que se proyectó para el año puede haber quedado corto en términos de devaluación y de inflación. Hay que ir ajustando todos los meses, pero no implica que no se haya tenido el tiempo suficiente para reacomodar la estrategia”.
PARTE DE LA GESTIÓN DE RIESGO TAMBIÉN IMPLICA VER OPORTUNIDADES Y ALTERNATIVAS.
José Ballarati, socio de la oficina Córdoba de Deloitte
SE ESTÁ REVISANDO EN FORMA CONTINUA CÓMO SE PUEDE RECUPERAR, DE MANERA INTERNA, LA RENTABILIDAD.
Alberto Asensio, socio de PwC en Córdoba
HAY QUE IR AJUSTANDO TODOS LOS MESES, PERO NO IMPLICA QUE NO SE HAYA TENIDO TIEMPO PARA REACOMODARSE.
Walter Brizuela, consultor y asesor de empresas
Una de sus recomendaciones es dolarizar los costos para fijar mejor los precios. “El año se presentó muy desafiante porque en cada trimestre hubo impactos relevantes. Pero los gerentes argentinos están muy acostumbrados, las distintas áreas de negocio tienen gran capacidad de adaptarse a los cambios macro”, añade Ballarati.
Foco en la gestión
Con el escenario en movimiento, baja en la demanda inter na y tasas de interés reales muy elevadas, las empresas se enfocaron hacia adentro para sortear el año con el menor daño posible.
“Se está revisando continuamente cómo se puede recuperar de manera inter na la rentabilidad que se está perdiendo. Se trabaja mucho en sacar capacidad ociosa en temas de gastos, lo cual, a su vez, reduce el costo en proveedores. Las empresas nos están pidiendo un diagnóstico para ver cómo están desde el punto de vista financiero, impositivo y económico”, señala Asensio.
Según el profesional, los temas que más se miran son los bolsones de créditos a cobrar para recuperar lo que más se pueda, tener la menos cantidad posible de stock inmovilizado y que no se caigan las cobranzas, en medio de una cadena de pagos deteriorada.
“Las empresas están trabajando en la gestión interna, en comunicar, mantener el talento y sostener al equipo focalizado para cumplir objetivos del negocio. También es clave la gestión de inventarios y la financiera. Hay que estar muy cerca de proveedores y de los clientes, porque las cadenas de pagos pueden deteriorarse”, agrega Ballarati.
A este cuadro de situación se suma otra preocupación en la planificación futura: la puesta en vigencia del ajuste por inflación contable, por el impacto que puede tener en los resultados económicos.
Nuevos rumbos
Además de cuidar a los recursos humanos, para estar preparados si la actividad repunta, Brizuela recomienda a las compañías estar listas para “reformular la estrategia de negocios que permita pasar la crisis el año que viene y generar nuevas oportunidades”.
Agrega que los empresarios tienen que ir a 10 años, medir la tendencia mundial y ver los sectores que están creciendo. Ballarati coincide: “Parte de la gestión de riesgo también implica ver oportunidades, analizar negocios y alternativas. Hay mucho de estrategia y de visión de largo plazo en este momento”.
Asensio, en tanto, opina que esta coyuntura per mite analizar si el core de la compañía va a cambiar, ya que se evalúan los nuevos modelos de negocios a futuro. “Me sorprendió, por ejemplo, la cantidad de empresas que está pensando en exportar. Es algo mucho más acentuado que en otras oportunidades, porque hoy hay posibilidades y un escenario más amigable que lo fomenta”, afirma.