Negocios

Ricardo Tiano, con el estetoscop­io en el mundo laboral.

Es un viejo conocido de las empresas en el mundo de la medicina laboral. Con su propuesta totalmente renovada, va por la expansión al resto del país.

- Walter Giannoni wgiannonil­avozdelint­erior.com.ar

Ricardo Tiano está como chico con juguete nuevo. Tras varias décadas en la medicina laboral, acaba de inaugurar en el Centro de Córdoba una nueva sede corporativ­a donde dará inclusive atención en primero y segundo nivel, con varias especialid­ades. Para ello, incorporó asociados y, sobre todo, una nueva generación en la gestión. Si bien Tiano presta múltiples servicios a las empresas, advierte que un abordaje serio obliga a escuchar cada vez más a los empleados y a darles la razón cuando el diagnóstic­o así lo indica.

“Cuarenta años atrás trabajaba en Reconocimi­entos Médicos de la Provincia y ahí me incliné hacia esta especialid­ad. Mis compañeros me impulsaron a hacer cursos de medicina laboral y posgrado. Salí a ofrecer el servicio y la primera empresa que atendí fue Waitman”.

–¡Que tenía aquel famoso eslogan publicitar­io!

–Todavía lo uso. Cuando hay una persona con múltiples patología y me preguntan “qué tiene, doctor”, les digo: “El mal de Waitman, menos bichitos de luz, todo” (risas). La verdad es que al principio fue un trabajo de obrero, lo hacía solo. Lo ofrecía, visitaba los pacientes en auto, iba a las empresas. Luego mi familia, incluso mi madre y mi hermana, me acompañaro­n.

–El primer respaldo del emprendedo­r casi siempre viene de ese lado.

–Es un servicio donde uno le brinda a la empresa asesoramie­nto médico laboral, exámenes de ingreso y egreso, carpetas médicas, el análisis de cada situación y el infor me al cliente para que sepan dónde están parados en cada una de las situacione­s. También hay un gran acompañami­ento en medicina preventiva, cada vez son más importante­s las campañas de vacunación, por ejemplo, o trabajar con el área de higiene y seguridad de cada empresa.

–¿Cuál fue el primer g ran cliente que le cambió la vida a ese intento suyo?

–Creo que Pritty. Acabo de cumplir 36 años como médico de esa empresa. Mis hijas tenían tres o cuatro años y yo ya estaba con ellos. Después de eso, un colega y amigo se sumó al proyecto, Oscar Ruella. No dimos abasto los dos. Tomamos médicos, derivamos y 15 años atrás abrimos un centro médico. Y ahora, con la marca Tiano, nos acabamos de mudar a otro mucho más grande y completo.

–¿Cómo es el negocio? ¿Cobran una cápita?

–Eso es lo normal y también hay que tener en cuenta el rubro. Una cosa es una metalúrgic­a y otra un comercio. Se hace un abono mensual que incluye el control de ausentismo, asesoramie­nto, tratamient­os. Y si se produce un accidente de trabajo, nosotros auditamos para las partes, la empresa y la ART, desde el momento del hecho hasta el acta definitiva. Siempre con informes al cliente.

–Que es al que le rinden cuenta.

–Con este nuevo centro pasaremos de hacer la mera auditoría del accidentad­o a realizar también la atención e inclusive la rehabilita­ción. La obra social atiende enfermedad­es inculpable­s, pero todo lo que sea derivado del empleo nos abre la puerta a intervenir. Es importante que todo tipo de situacione­s esté auditada.

–Hay una transfor mación empresaria­l en marcha, según puedo ver. ¿A qué obedece?

–Desde hace un año venimos incorporan­do inversores y gente nueva para darle un impulso fuerte, ellos han querido generar otro perfil, más avanzado, cambiar la imagen, etcétera. Por eso decidimos dejar MLE y pasar a Tiano. Me han pedido prestado el apellido por 50 años (ríe). La idea es nacionaliz­ar los servicios. Ya atendemos

PUEDE DARSE QUE UNA PERSONA SE ENFERME PORQUE EN EL TRABAJO ALGO O ALGUIEN LA MOLESTA. HAY QUE ANALIZAR TODO.

a la gente de Far macity en una amplia región del país. El objetivo es ser uno de los prestadore­s de medicina laboral más grandes del país. Tiano es corto y fácil, ¿no?

–Todos los empresario­s se quejan de las enfermedad­es laborales, de los engaños y de los juicios. ¿Es tan así o son unos llorones? Lo pongo con esa palabra.

–Hay de todo, como en la vida. Personas que usufructúa­n su problema de enfer medades para no trabajar unos días, pero la mayoría padece realmente la enfermedad. Somos bastante escrupulos­os en determinar con precisión la existencia de la dolencia. Digamos, si la angina existe y la persona está con fiebre, se justifica. De lo contrario no dudamos en negarla.

–La empresa que los contrata debe confiar ciegamente en ustedes, me parece.

–Hemos tratado siempre de ser lo más profesiona­les posibles, tanto con el empleador como con el empleado. Mire, a veces el empleado aparece y declara una enfermedad, pero ese no es realmente el problema. Esa enfer medad suele ser la expresión de otra cosa que ocurre en su lugar de trabajo. Puede darse que una persona genere una enfer medad porque en realidad en el trabajo algo o alguien la molesta. De esa charla, surgen estas cosas.

–¡No me diga!

–Una empleada que trabaja en un supermerca­do y es molestada de distintas maneras por una supervisor­a. Lo manifiesta. Entonces hay que encarar el problema desde aquí, porque son muchas cosas las que están en juego en la relación laboral.

–¿Cuáles son las enfermedad­es más comunes?

–En el invierno todos los temas respirator­ios, faringitis, gripes.

–Si en un lugar tengo dos empleados con g ripe, ¿qué es mejor, que vayan a trabajar o que se queden en su casa?

–Hay que ser prudentes con esas cosas. Si la persona está con su cuadro muy florido, es preferible que haga reposo los días que correspond­a, porque puede terminar contagiand­o a sus compañeros. Lo que sí puede variar es la respuesta de cada uno a la enfermedad.

–¿Y en el verano?

–Cuadros diarreicos y digestivos. Después de las fiestas, siempre hay un pico. Y los lunes, en broma les decimos, están los “lunáticos”. Cuando la gente se extralimit­a los fines de semana. Esa es una cuestión muy seria, porque una persona que se alcoholiza o se droga el sábado y el domingo, el lunes llega destruido y en la repetición pone en riesgo su trabajo. En ese caso hay que trabajar mucho sobre la conducta y la psicología.

–¿Qué más hay dando vueltas?

–Lumbalgias, problemas traumatoló­gicos hay para hacer dulce de leche, muchísimo.

–Sé de juicios laborales por tendinitis. ¿Se pueden probar o no?

–Juicios hay por todo. Perfectame­nte una persona con un trabajo esforzado puede hacer tendinitis, pero hay estudios para poder comprobar si tiene o no.

–¿Un silbido en el oído se puede comprobar?

–Todo se puede estudiar y comprobar o descartar. Pero para esos casos hay que trabajar en higiene y seguridad.

–¿Cuál sería un índice de ausentismo normal?

–De vuelta, depende el rubro. Entre el dos y el cuatro por ciento. Ocho es muy alto. En el sector público es más alto. La empresa privada maneja de otra forma las ausencias.

–Con la cara de malo del dueño o del gerente.

–Por eso hay que auditar bien y ayudar a entender los problemas. Hoy, por ejemplo, hay mucha gente con problemas depresivos, de angustia, etcétera. No sólo se preocupa el dueño por el tema económico, el empleado también se fatiga

con la posibilida­d de perder el trabajo. Veo muchas empresas desvincula­ndo gente y eso produce angustia. Contamos con equipo médico para atender todos esos escenarios.

–¿Y las jubilacion­es por invalidez?

–Es otro tema delicado. Pueden tener origen físico, resultado de un accidente gravísimo, o psicológic­o. Por ejemplo, un chofer que tiene un accidente gravísimo y queda con esa carga. Por eso insisto, cada caso es distinto.

–¿Cuánto de la masa salarial mensual cuesta este servicio?

–Entre el medio y el uno por ciento, como mucho. Hemos trabajado muchísimo en dar el paso de la empresa familiar a la empresa profesiona­l, así que ahora vamos por más objetivos. Creemos que hay espacio. Se podrán atender los requerimie­ntos de las ART, con salas para atención de primer y segundo nivel, ingreso de las ambulancia­s, laboratori­o y consultori­os de audiometrí­a, psicología, psiquiatrí­a y fonoaudiol­ogía.

–Bueno, ¿este nuevo edificio es como llegar a alguna meta?

–Para mí es como aquel empresario que soñaba con tener una fábrica y después de muchos años lo consigue. Ahora lo más importante es la continuida­d en las nuevas generacion­es.

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 ?? (JOSÉ HERNÁNDEZ) ?? Larga data. Aunque comenzó con la actividad en 1985, Ricardo Tiano acaba de habilitar un nuevo centro médico laboral.
(JOSÉ HERNÁNDEZ) Larga data. Aunque comenzó con la actividad en 1985, Ricardo Tiano acaba de habilitar un nuevo centro médico laboral.
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 ??  ?? En familia. Con su hija Elizabeth, responsabl­e en administra­ción.
En familia. Con su hija Elizabeth, responsabl­e en administra­ción.

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