Negocios

Martín Zuppi, director general de FCA Automobile­s Argentina.

El sector se preparó para fabricar un millón de unidades y este año venderá la mitad. “Apostamos a una recuperaci­ón”, sostiene el director de la automotriz que esta semana cumple 100 años en el país.

- Diego Dávila ddavila@lavozdelin­terior.com.ar

El próximo martes se cumplen 100 años de la creación de La Buenos Aires Fiat Turín, lo que marcó la llegada de la automotriz al país, que había nacido 20 años atrás en Italia. El primer auto –un Fiat Victoria– había llegado en 1913.

Su historia se une a la del país y de Córdoba. En 1954 abrió su planta en Ferreyra, donde hizo tractores, motores diésel, trenes, motores navales y bombas (para generadore­s). Cuatro años después empezó a fabricar el Fiat 600 en Caseros, en territorio bonaerense.

En los ’80 estuvo ligada a Franco Macri con Sevel (Fiat-Peugeot), sociedad que se disolvió en los ’90. Por eso, montó su propia terminal en Córdoba y en 1996 empezó a hacer el modelo Siena.

La crisis de 2001 paró la planta hasta 2007, cuando volvió con el Siena y agregó el Palio; a nivel mundial se convertía en Fiat Chrysler Automobile (FCA).

Tras invertir 500 millones de dólares, comenzó a fabricar el Cro

nos en febrero de 2018, con vistas a un mercado nacional de un millón de unidades y a un futuro acuerdo Mercosur-Unión Europea.

A los pocos meses estalló la crisis y el dólar saltó al doble de su valor. Hoy trabaja para un mercado de 500 mil unidades, pero con buenas señales desde Brasil.

Martín Zuppi, el nuevo director general de FCA Automobile­s Argentina, asegura que “pensar a mediano plazo” permite a la compañía sobrelleva­r este momento.

–Les han tocado días difíciles para festejar, ¿no?

–Argentina tiene la “mala” costumbre de que sus mercados, así como caen, se recuperan. FCA pasó ya varias crisis. Por eso siempre planifica en el mediano y largo plazo, lo que permite tener continuida­d productiva en la planta.

–¿Cómo está el mercado?

–Va a llegar a 500 mil vehículos, cuando en el primer semestre del año pasado “viajábamos” hacia un millón. Ese cimbronazo se siente. Hoy creemos que un mercado de 700 mil vehículos es más razonable para todos.

–¿Razonable?

–Que sea rentable para la industria y para los concesiona­rios. Un mercado de un millón de vehículos, pero a base de una sangría, termina lastimando a todos. Por sostener volúmenes de venta, se desató una carrera que destruyó la rentabilid­ad. Un mercado de 700 mil u 800 mil es rentable para todos.

–¿Hizo mal Argentina en querer fabricar un millón?

–No, el país está preparado para hacer esa cantidad. Pero para que eso pase hay que tener una estabilida­d cambiaria lógica, una tasa de interés que agilice el mercado financiero, impuestos que favorezcan la producción y un régimen de importació­n menos duro.

–Además, la población debe recuperar el poder adquisitiv­o.

–Sí. La volatilida­d cambiaria hace que los ingresos vayan detrás de cualquier índice.

–¿El negocio de la industria es vender en el país o exportar?

–Una planta automotriz necesita exportar porque el mercado argentino no absorbe toda la producción. FCA exporta 75 por ciento de la producción, sobre todo a Brasil. Para eso hay que ser competitiv­os en lo laboral y en los costos y tener un dólar estable.

–¿Se puede exportar a otros países que no sea Brasil?

–Es muy difícil competir en otros mercados por los costos del trabajo y por la carga impositiva.

–¿Cómo está Brasil?

–Viene en crecimient­o lento. Proyecta un mercado de 2,75 millones de unidades, no es aquel de los 3,2 millones, pero esta recuperaci­ón es importante.

–¿Los golpeó los derechos a la exportació­n?

–Tanto sacar los reintegros de impuestos a la exportació­n como aplicar el derecho a la exportació­n golpean en la competitiv­idad.

–Pero la devaluació­n mejoró la competitiv­idad.

–Sí. Pero 80 por ciento de los autos que vendemos en el país son importados. Estos pagan la tasa de estadístic­a de 2,5 por ciento, que antes no pagaban. Segurament­e en junio las terminales trasladará­n esto a precio, porque es imposible absorberlo. Pero otro 20 por ciento, que correspond­e al Cronos y que se fabrica acá, también paga.

–¿Por qué?

–Porque la mitad de los componente­s son importados. Y la otra mitad se fabrica con insumos importados, que también pagan la tasa. Esto les pasa a todas las terminales; la tasa de estadístic­a juega en contra de todo el mercado y de los proveedore­s.

HOY FCA TIENE DOS MIL EMPLEADOS. LA IDEA ES MANTENER EL PLANTEL. TODO DEPENDE DEL CONTEXTO LOCAL Y DE BRASIL.

–¿Cuántos proveedore­s tiene la planta de Ferreyra?

–Son 250 directos, 65 por ciento de Córdoba. El Cronos incluyó el desarrollo de proveedore­s. Después, la situación hizo que cambiáramo­s los programas productivo­s y que algunos de ellos tuvieran problemas.

–Como la brasileña Aethra, que se fue de Córdoba.

–Entre otros.

–¿Cuánto fabricarán este año?

–El plan es de 45 mil unidades anuales, 32 mil para exportació­n. Arrancó con tres mil mensuales y ahora estamos en 3.800.

–¿Seguirán las suspension­es?

–Hoy FCA tiene dos mil empleados. La intención es sostener la plantilla porque la empresa la hace la gente. Hoy no hay planes de modificar el plantel. Pero todo depende del contexto local y de que Brasil siga en crecimient­o.

–¿Este tipo de cambio es competitiv­o?

–Una gran devaluació­n encarece los costos. A FCA le devolvió más competitiv­idad el reintegro a las exportacio­nes.

–¿Prevén inversione­s?

–Por ahora no hay nuevas inversione­s. Todo se decide en conjunto con Brasil. Siempre se hace el ejercicio de qué se puede hacer en Córdoba; de hecho trabajamos para hacer competitiv­o al Cronos, pero hoy todo está en stand by.

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 ?? (PEDRO CASTILLO) ?? Modelo. Martín Zuppi, junto al Cronos deconstrui­do en la planta de Ferreyra. El gran objetivo es lograr competitiv­idad, asegura.
(PEDRO CASTILLO) Modelo. Martín Zuppi, junto al Cronos deconstrui­do en la planta de Ferreyra. El gran objetivo es lograr competitiv­idad, asegura.
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