Negocios

El giro de las pymes

El financiami­ento es uno de los principale­s dilemas del sector. Cómo hacen las empresas para sortear una coyuntura de altas tasas de interés.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

Amás de un año de iniciada la crisis, con actividad frenada y con las tasas de interés jugando un papel clave en la intención de contener la inflación, aumentan las dificultad­es para que las pequeñas y medianas empresas (pymes) puedan financiars­e de manera accesible.

En este escenario, el rol del mercado de capitales aumentó su limitado protagonis­mo y es, cada vez más, una opción que miran los empresario­s para buscar dinero. Mientras los bancos contraen su asistencia crediticia, las herramient­as bursátiles avanzan, aunque desde montos bastante bajos.

Según los últimos datos del Banco Central (BCRA), los préstamos en pesos del sistema bancario al sector privado no financiero, a través de los dos instrument­os más comunes (adelantos en cuenta corriente y descuento de documentos), muestran, en mayo, una caída interanual del 16 por ciento en términos nominales.

Si se toma en cuenta la inflación del último año, la baja es superior al 50 por ciento. Los créditos en dólares también cayeron: -3,5 por ciento en 12 meses.

Por el contrario, en el mercado de capitales el fondeo a las pymes fue de menor a mayor y sigue creciendo. El último informe de la Comisión Nacional de Valores (CNV) da cuenta de que, en el primer trimestre, el financiami­ento a las pequeñas y medianas empresas acumuló 16.131 millones de pesos, con una alza de 120 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

Además, la participac­ión de la asistencia a pymes en el total del mercado bursátil pasó de menos del 11 por ciento, hasta 2017, al 29,9 por ciento en los primeros tres meses de este año.

Fernando Luciani, director ejecutivo del Mercado Argentino de Valores (MAV), señala que los montos negociados en cheques de pago diferido (CPD) y pagaré bursátiles en la entidad rondan los siete mil millones de pesos mensuales, cuando hace un año era sólo de 2.500 millones. El mayor aumento se dio en los últimos seis meses, cuando se duplicó la operatoria mensual.

Impulso estatal

“Hay una cierta contracció­n del crédito en el sistema financiero general, producto de la coyuntura. Las líneas más accesible son las vinculadas al mercado de capitales”, explica el CEO del mercado de referencia de productos Pyme. Y agrega que esperan cerrar 2019 con unos 70 mil millones de pesos operados, más del doble que en 2018.

El impulsor de este comportami­ento es el Estado. Por un lado, en los últimos años, la CNV fue generando nuevos instrument­os bursátiles, quitando regulacion­es y agilizando la operatoria.

Pero desde que la crisis financiera se profundizó, el Ministerio de la Producción empezó a intervenir con capital propio (el principal instrument­o es el Fondo de Desarrollo Productivo, Fondep) y a través de la regulación a inversores institucio­nales.

En particular, este año, se obligó a las compañías de seguro a adquirir productos Pyme por un mínimo del cinco por ciento de su cartera (antes era del tres por ciento).

“El Fondep interviene, sobre todo, en el mercado avalado y eso hace que el promedio general de tasas baje”, comenta Victoria Alfonso, especialis­ta en financiami­ento Pyme de Focus Investment Management.

La tasa nominal para el descuento de cheques de pago diferido está entre 45 y 48 por ciento, por plazos desde siete hasta 365 días de plazo. Es un monto inferior a 20 puntos al costo de esta operatoria en un banco.

En el mercado, las herramient­as que impulsó la CNV para las pymes son los descuentos de cheques de terceros o propios, avalados o directos (con o sin garantía), con hasta un año de plazo, los pagaré bursátiles, entre seis meses y tres años, y las obligacion­es negociable­s, de mediano plazo.

“Como la coyuntura se ha puesto complicada, tratamos de hacerle conocer al cliente los instrument­os del mercado. Los que entienden cómo funciona los empiezan a utilizar, porque son muy convenient­e, por tasas, sobre todo”, dice Matías Fornasari, asesor financiero de Dracma.

Agrega que, “de todos modos, no es la solución a todo; se complement­a con el sector bancario, es una herramient­a más y debe ser utilizada cuando sea convenient­e”.

Primero, lo urgente

En este marco, hubo un crecimient­o importante de la actividad de las sociedades de garantía recíproca (SGR), entidades encargadas de avalar a las pymes que se suman como socios partícipes.

Alfonso señala que todo el tiempo se arman carpetas para conseguir la aprobación de la SGR y los números de éstas lo avalan.

Pablo Pereyra, gerente General de la SGR Acindar Pymes, sostiene que en los primeros cinco meses de 2019, la tasa de crecimient­o anual del sistema y de la firma ronda el 100 por ciento en cuanto a montos avalados, con un incremento del 70 por ciento en la cantidad de empresas que utilizan la operatoria.

“El descuento de cheques en la bolsa concentra el 90 por ciento de los avales que hoy emitimos. Hay un diferencia­l muy grande de tasas de interés y esto hizo que muchas empresas se vuelquen constantem­ente a ser parte del sistema de SGR”, agrega.

Según los datos de la CNV y del MAV, algo más del 75 por ciento del total negociado por el segmento pyme correspond­e a cheques avalados y otro porcentaje importante a cheques directos, destinado a capital de trabajo.

“El cheque explotó porque las tasas que se obtienen son muy inferiores al promedio del sistema bancario y, además, hay inversores para el segmento directo, ya que el tratamient­o impositivo de un cheque es similar al de un plazo fijo (paga el impuesto a la renta financiera) con unos 10 puntos más de tasas”, explica Aníbal Casas Arregui, titular de S&C Inversione­s.

“Los pagarés se siguen usando, pero hay mucha reticencia a endeudarse en dólares y las SGR no quieren avalar, salvo que la empresa tenga ingresos en dólares”, explica.

Y acota: “Además, la tasa en pesos es más barata, pero en dólares no es mucho mejor de la que se puede obtener en un banco por prefinanci­ación de exportacio­nes o importacio­nes”.

El financiami­ento de plazos más largos (pagarés y obligacion­es negociable­s) cayó en forma sustancial debido a que las empresas están más enfocadas en pasar la coyuntura que en pensar en el largo plazo.

Así, la mayor parte de la asistencia se usa para capital de trabajo. Según Garantizar SGR, los instrument­os destinados a financiar inversión productiva en el primer trimestre cayeron al 16,5 por ciento, cuando el año anterior eran el 38 por ciento.

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(ILUSTRACIÓ­N DE OSCAR ROLDÁN)
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(LA VOZ/ARCHIVO) Destino. Enfocadas en la coyuntura, las pymes usan el financiami­ento para capital de trabajo.
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