El Sistema B encadena eslabones y empresas en Córdoba y en el país
En el último año, creció la cantidad de firmas certificadas. La comunidad construyó aquí su primer consejo asesor.
La pregunta viene del propio mundo de los negocios: ¿qué sentido tiene una economía que crece financieramente y que, por su misma naturaleza, genera inequidad, acaba el agua y otros recursos de la Tierra y profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas? Eso suena cada vez con mayor fuerza, aseguran los impulsores de Sistema B en Córdoba y en el país.
La toma de conciencia por parte de consumidores y otros actores de la sociedad en relación con los altos costos de la actividad económica es el gran motor de este movimiento global, que propone otra genética económica: hacer negocios en los que la búsqueda de rentabilidad armonice con la misión de lograr impactos ambientales y sociales positivos en derredor.
Alejo Cantón, presidente del directorio de Sistema B Argentina, y Víctor Mochkofsky, integrante del mismo e impulsor local del movimiento, coinciden en que la magnitud del objetivo suena utópica pero, a la vez, subrayan que la toma de conciencia crece de manera exponencial y, con ella, la cantidad de empresas que buscan acercarse de diferentes maneras al movimiento B.
En el país hay al menos 90 compañías de servicios y productos que completaron el paso más ambicioso en ese camino: lograron la certificación B-Corp, esto es, pasaron el proceso de examen diseñado por la organización BLab y demostraron que ya funcio
nan como empresas de triple impacto positivo. En marzo de 2018, ese número era de 67.
Ese universo incluye a dos grandes corporaciones: Aguas Danone y Natura, la gigante de belleza de origen brasileña que acaba de comprar Avon, otro jugador mundial de peso.
“Vemos un consumidor cada vez más informado y más preocupado por el impacto social y ambiental de lo que consume”, aseguró José Ignacio De Carli, gerente de Asuntos Corporativos en Natura Argentina, al subrayar una tendencia que gana fuerza.
Siete cordobesas
En Córdoba, en el último año, las empresas B crecieron a más del doble: de tres a siete. Además de Ondulé, Aero Studiodesign y Porta Hnos., que fueron las pioneras; hoy están ME, consultora en felicidad organizacional; Tingua, turismo con propósito; Irca, gestión de residuos y Proa, consultora que trabaja con el tercer sector.
Cantón y Mochkofsky destacan que los saltos se dieron a pesar de la complicada coyuntura económica del país, un contexto que pone a las empresas a resolver temas urgentes y distrae de cuestiones estratégicas de largo plazo.
Los impulsores de Sistema B insisten en algo: antes de buscar la certificación, hay muchos modos de sumarse al movimiento y ayudar a impulsarlo. Y todos ellos crecen en Argentina.
“Promovemos que todos los actores de la sociedad conozcan de que se trata esta filosofía y se sumen, ayudando a que permee. Un camino es instar a las empresas a que se midan”, precisa Cantón.
Esto es, realizar una evaluación
online gratuita y confidencial en relación con las metas y objetivos que propone Sistema B, para ver cuán cerca o lejos están. En el país son 1.500 las que completaron el paso y se preparan diferentes actividades para impulsar ese número.
Otra rama por la que evoluciona el sistema es a partir del crecimiento de toda su comunidad de impulsores, un grupo que en Córdoba enrola a representantes de distintos ámbitos.
“Armar consejos asesores es una pieza clave en nuestra estrategia de crecimiento. Incluyen a referentes de los ámbitos empresario, inversor, académico, del tercer sector, del público y a líderes de opinión. Su rol es vital en difundir el sistema y estimular la toma de conciencia”, precisó Cantón.
Mochkofsky reveló que en Córdoba ya se puso en marcha un consejo asesor, integrado por distintos referentes. Avanzará en formalizarse y en sostener actividades.
IMPULSAMOS UNA LEY NACIONAL QUE DÉ ESTATUS LEGAL A LAS EMPRESAS QUE SON DE TRIPLE IMPACTO.
Alejo Cantón, presidente Sistema B
EL CRECIMIENTO DEL MOVIMIENTO B ES EXPONENCIAL EN EL PAÍS Y EN CÓRDOBA. HAY UN CAMBIO DE CONCIENCIA.
Víctor Mochkofsky, Espacio Abasto