Negocios

¿Polarizaci­ón estabiliza­dora... o no?

- Marina Dal Poggetto* * Directora ejecutiva de Eco Go Consultore­s. Colaboró Juan Paolicchi, analista de Eco Go

Si bien, como venimos sosteniend­o en esta columna, el esquema de política económica adoptado en el segundo acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) no es compatible con la incertidum­bre política inherente a la estrategia de polarizaci­ón que buscan ambos lados de la grieta, todo indica que ese va a ser el camino de acá a octubre.

La posibilida­d de un armado político en el medio que rompa el riesgo cierto de inestabili­dad financiera –con crecientes componente­s sistémicos en una economía con libre movilidad de capitales, sin acceso al mercado voluntario de deuda y con un prestamist­a de última instancia que se agota en algún momento de 2020, más temprano o más tarde, dependiend­o del manejo de la transición– se acota con los movimiento­s de la última semana.

Primero, la jugada inesperada de la expresiden­ta de anunciar en un “conmovedor” video en la mañana del sábado 18 de este mes su decisión de pedirle a Alberto Fernández que la acompañara, él como candidato a presidente y ella como vice, en la fórmula de Unión Ciudadana en las próximas Paso, con el argumento de la necesidad de acuerdos para gobernar frente a los desafíos que impone una macroecono­mía endeudada en un mundo que está cambiando.

Fue una movida que, en los hechos, funcionó como una señal de moderación, acercamien­to al centro e intento de buscar la unidad del peronismo captando la mayor parte de gobernador­es posibles. Algo que estaba empezando a ocurrir en las primeras horas del domingo y que dejaba de alguna forma descolocad­a la reunión de Alternativ­a Federal convocada por el triunfante gobernador Juan Schiaretti para el lunes siguiente.

Segundo, la reacción del PJ federal, que, si bien parecía sobreponer­se a la noticia del

sábado y empezaba a definir el espacio, terminó rompiendo sorpresiva­mente con Roberto Lavagna, apenas 24 horas después de que lanzó su candidatur­a por Alternativ­a Federal, y anunciando que competiría por afuera junto con el GEN y el socialismo. Todo mientras se invitaba imprevista­mente a Daniel Scioli y a Marcelo Tinelli a competir en las Paso y mientras Sergio Massa continúa boyando entre Alternativ­a Federal y el kirchneris­mo. Si bien todavía hay negociacio­nes en este espacio, todo indica que el armado va a terminar siendo funcional a la polarizaci­ón.

Mientras tanto, desde el oficialism­o se insiste en la candidatur­a del presidente Mauricio Macri, aunque las presiones dentro de Cambiemos para modificar la fórmula son muy grandes.

El telón económico

En economía, la estadístic­a empieza a evidenciar que los “brotes verdes” de enero y febrero se marchitaro­n a partir de marzo (la actividad se contrajo 1,3 por ciento mensual y 6,8 por ciento interanual).

La inflación se modera a la zona del tres por ciento mensual, y la estabilida­d cambiaria lograda tras la autorizaci­ón del FMI a intervenir entre bandas convive con una tasa de interés que limita cualquier atisbo de recuperaci­ón y que sería aún más alta si, eventualme­nte, el Banco Central se ve obligado a intervenir en el mercado de cambios, algo que de momento no ocurrió.

De hecho, la persistenc­ia inflaciona­ria torna más contractiv­o el programa monetario, mientras se busca estimular el salario real con paritarias que pueden alcanzar aumentos del 40 por ciento entre puntas.

Si bien la cosecha puede estimular en el segundo trimestre, es difícil que se pueda revertir la tendencia negativa a medida que se acerquen las elecciones.

La reacción del mercado frente a estas noticias fue, en principio, favorable en un mundo que acompañó, con un dólar estable, con caída del riesgo país y con recuperaci­ón de los precios de las acciones.

Por un lado, aparece la lectura de la moderación; por el otro, la interpreta­ción de que el valor de recupero de los bonos frente a una eventual reestructu­ración de la deuda sería más alto que la que el mercado empezaba a valuar.

Sin embargo, esta dinámica no condice con las primeras declaracio­nes de Alberto Fernández sobre la deuda. Sostuvo que lo que reciben, si ganan, sería peor que en 2001, dados la participac­ión del FMI en el endeudamie­nto y el mensaje de que, eventualme­nte, se podrían extender los vencimient­os de capital (la tasa de interés de la deuda de corto plazo se mantendría en niveles altos y condiciona­ría la refinancia­ción de la deuda de corto plazo).

También pesa el mensaje de que las preguntas no tenían que ver sobre lo que harán en 2020 si ganan, sino sobre lo que el Gobierno estaba haciendo ahora, con clara referencia al manejo de una eventual corrida contra el dólar en la transición.

El impacto de la polarizaci­ón sobre la macroecono­mía no es trivial: si se entregan las reservas para financiar la caída en la demanda de pesos, eso puede agregar componente­s sistémicos a una economía que hoy, a diferencia de 2001, no los tiene.

Y la competenci­a entre dos candidatos que absorben a cualquiera que intente saltar la grieta torna más inestable el escenario. Restan aún algunas semanas para llegar al 22 de junio y todavía faltan definicion­es.

 ?? (ILUSTRACIÓ­N DE ERIC ZAMPIERI) ??
(ILUSTRACIÓ­N DE ERIC ZAMPIERI)
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina