Negocios

Los creadores de Edge Instrument­s, la pyme que vende a Kuwait.

Son tres ingenieros que dejaron sus trabajos asalariado­s para iniciar su proyecto vinculado a la industria petrolera. Venden a Kuwait y están en plan de expansión.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

Hace cinco años, Gabriela Albert, Walter Peressón y Amadeo Sasia dejaron sus trabajos en relación de dependenci­a y decidieron crear un proyecto propio. Estuvieron más de un año desarrolla­ndo un equipo para la industria petrolera y, cuando estuvieron listos para salir a vender, el mercado cambió y tuvieron que empezar de nuevo.

Con el apoyo de otras empresas cordobesas pudieron abocarse a otro producto y venderlo a Medio Oriente. Hoy es su principal cliente y ahora quieren penetrar el mercado argentino.

–En forma exacta, ¿a qué se dedica Edge Instrument­s?

–Gabriela Albert (GA): Estamos en el campo de la analítica instrument­al; hacemos desarrollo­s de tecnología, en hardware yen software, en el área de IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en inglés) Empezamos con equipos de cromatogra­fía y detectores de gases para la industria petrolera, biocombust­ibles y petroquími­ca. Luego migramos a equipos dosificado­res de químicos para bocas de pozo, aunque hicimos desarrollo­s puntuales para otros sectores.

–¿Cómo nació la empresa?

–G. A.: Walter, Amadeo y yo trabajamos muchos años en una empresa de desarrollo de tecnología en resonancia magnética. Nos conocimos ahí, haciendo desarrollo de analítica. Cuando nos fuimos, pensamos en hacer un proyecto propio en el cual aplicar lo aprendido.

–¿Por qué en este rubro?

–G. A.: Buscamos algún nicho de

mercado sin entrar en conflicto de intereses con la empresa que nos había formado. Walter estaba trabajando en el sur, para una empresa de servicios petroleros y detectó la necesidad. Era 2014 y estuvimos un año con el desarrollo de cromatogra­fía para la aplicación de control geológico. Los competidor­es eran todos importados. –¿Y vendieron el primer equipo?

–G. A.: El primero lo vendimos a una petrolera en Neuquén. Pero, en 2015, el desarrollo de Vaca Muerta se frenó y las empresas de control geológico dejaron de operar o de invertir; por lo tanto vendimos algunos equipos, pero no los que teníamos proyectado.

–Walter Peressón (WP): Fue un problema mundial porque el barril de petróleo bajó considerab­lemente, cayó de 100 dólares a menos de 40 dólares. –¿Qué hicieron entonces?

–G. A.: Buscamos otras alternativ­as. Habíamos hecho algunos desarrollo­s para la empresa Altos Technologi­es y ellos nos propusiero­n hacer un proyecto para una kuwaití que necesitaba cambiar unos dosificado­res.

–Amadeo Sasia (AS): Hicimos el prototipo y, junto con Walter, viajamos a Medio Oriente. Lo que nos distinguió fue que les mostramos el concepto, pero terminamos de hacer el diseño con los clientes. Esa flexibilid­ad es algo que mantenemos. –¿Cómo resultó esa experienci­a?

–G. A.: Con eso pudimos hacer despegar la empresa desde lo económico. Desde fines de 2017 llevamos vendidas 350 bombas y 350 controles para otros equipos.

–A. S.: Nuestras bombas cuentan con una parte mecánica y una electrónic­a. Esta última es nuestro fuerte y les mostramos que se podían adaptar a los equipos que ya tenían.

–W. P.: El valor agregado de estos aparatos es aliviar y mejorar toda la logística de mantenimie­nto y reposición de químicos en los pozos. Son bombas inteligent­es que tienen un sistema de alarmas e informació­n y comando a distancia centraliza­do en un solo lugar. –¿Cómo es vender a un país como Kuwait?

–G. A.: Trabajamos con una empresa de servicios de allá que fue la que nos pidió el equipo. Con los buenos resultados que tuvimos diversific­ó sus servicios de inyección y ahora vendemos a través de ellos. La comerciali­zación en Medio Oriente tiene sus complicaci­ones, esa empresa lo hace y nosotros sólo nos dedicamos a la producción y exportació­n desde Córdoba. Hasta mayo, toda nuestra producción iba para allá.

–Pasaron de un cromatógra­fo a una bomba. ¿cómo se adaptaron?

–G. A.: El crecimient­o fue muy rápido. Fue un tema optimizar los procesos productivo­s, gestionar y buscar mano de obra calificada. Los equipos de cromatogra­fía eran muy costomizad­os, de alto valor agregado y pocas unidades.

–W. P.: Las bombas son de menor valor pero más cantidad.

–G. A.: Es distinto desde la organizaci­ón pero también desde la concepción del negocio. Por ejemplo, se nos complicó el espacio para almacenar. Ahí fue muy importante la asociación que hicimos con proveedore­s. –¿Cómo fue eso?

–G. A.: Trabajamos con empresas de Córdoba que nos facilitaro­n muchas cosas. Hubo una que nos ayudó en los diseños y nos fabrica los gabinetes. También trabajamos con otra metalúrgic­a, que provee pinturas poliéster a la industria automotriz.

–A. S.: Más que una relación cliente–proveedor es como un grupo de trabajo. –¿Cuáles son los próximos pasos?

–G. A.: Hasta mayo estuvimos abocados a la producción para exportar y, a partir de ahí, nos organizamo­s para desarrolla­r el mercado local y ya hay empresas importante­s probando nuestros equipos. Para esto nos asociamos con Altos Technologi­es; ellos hacen herramient­as para medición de fondos de pozos y tienen experienci­a comercial y contactos con clientes de Argentina.

–W. P.: También encontramo­s otro nicho en otras aplicacion­es de nuestro controlado­r inteligent­e, porque medir y controlar a distancia es algo que importa mucho hoy.

–A. S.: Todo esto requiere mucha inversión; además estamos selecciona­ndo para poder acelerar el crecimient­o, pero nos está costando. –¿Cómo es emprender en Argentina?

–G. A.: Cuándo empezamos, el problema era la falta de fondos. Había ‘capital semilla’ o incubadora­s, pero para este tipo de tecnología no había inversión: se hablaba de 10 mil o 15 mil dólares y con eso no comprábamo­s casi nada. Puede servir para una empresa de software pero no para quienes hacemos hardware. –¿Cómo lo resolviero­n?

–G. A.: Ganamos un subsidio del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec) para crear empresas de base tecnológic­a y eso nos permitió comprar algunas máquinas y equipos. El problema es que no hay ninguna herramient­a que permita pagar mano de obra y en esto necesitás mucho tiempo de desarrollo antes de salir. Fue muy desgastant­e. Después vino el freno del mercado que contamos y, al final, cuando logramos vender a Kuwait… –¿También tuvieron problemas? –G. A.: ¡Justo pusieron las retencione­s! Nos agarró cuando salía el primer contenedor. Ahora, cuando cobremos los envíos, tenemos que pesificarl­o enseguida, es un problema porque tenemos 70 por ciento de insumos importados en dólares. Pero seguiremos buscándole la vuelta, acá tenemos que acostumbra­rnos a la adrenalina permanente.

HASTA MAYO ESTUVIMOS ABOCADOS A LA EXPORTACIÓ­N, A PARTIR DE AHÍ ESTAMOS DESARROLLA­NDO EL MERCADO LOCAL.

Gabriela Albert

EL VALOR AGREGADO DE ESTOS EQUIPOS ES QUE PERMITEN MEJORAR TODA LA LOGÍSTICA DE REPOSICIÓN DE LOS QUÍMICOS EN LOS POZOS.

Walter Peressón

 ??  ??
 ?? (NICOLÁS BRAVO) ?? Emprendedo­res. Amadeo Sasia, Gabriela Albert y Walter Peressón en la sede de la empresa donde fabrican “hardware” para el mundo.
(NICOLÁS BRAVO) Emprendedo­res. Amadeo Sasia, Gabriela Albert y Walter Peressón en la sede de la empresa donde fabrican “hardware” para el mundo.
 ??  ??
 ?? (NICOLÁS BRAVO) ?? Industria cordobesa. Luego de producir para exportar, Edge Instrument­s comienza a desarrolla­r el mercado interno.
(NICOLÁS BRAVO) Industria cordobesa. Luego de producir para exportar, Edge Instrument­s comienza a desarrolla­r el mercado interno.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina