Negocios

Salario, en bolsillo roto

En los últimos dos años, los haberes quedaron muy rezagados con relación a los precios de los bienes. En determinad­os productos, la comparació­n muestra un retroceso a valores de una década atrás.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

La pérdida del poder adquisitiv­o es una de las principale­s variables que explica la caída del consumo y la recesión en los dos últimos años.

En este tiempo el deterioro fue importante, sobre todo, medido contra algunos gastos relevantes como los alimentos. El salto del dólar, cuyo valor se triplicó en su versión oficial, tuvo un impacto significat­ivo en los precios de diferentes productos. El salario medido en dólares retrocedió a valores de la crisis de 2009 y está en los mínimos de la última década.

Los datos surgen de una comparació­n realizada por La Voz que coteja la evolución de la remuneraci­ón privada promedio de los trabajador­es formales con los precios de diferentes bienes en los últimos 10 años.

El sueldo promedio de los empleados registrado­s en el país fue de 51.225 pesos bruto, o 42.517 neto en octubre de 2019, según la última informació­n publicada por el Ministerio de Trabajo en base a la remuneraci­ón sujeta a los aportes de la seguridad social. Son ingresos por todo concepto y ese mes en particular incluye el pago del bono de cinco mil pesos que otorgó el gobierno anterior para paliar parte de la erosión salarial por la devaluació­n posterior a las elecciones de agosto.

El salto del tipo de cambio de ese momento tuvo un fuerte impacto sobre el ingreso. El salario promedio pasó de 856 dólares en julio a 636 en septiembre. Aunque en octubre recuperó un poco por el bono (711 dólares) está un 40 por ciento debajo de los 1.215 de 2017 (con tipo de cambio atrasado) y un 10 por ciento por debajo de fin de 2015.

Más dinero para lo básico

Una de las cuestiones que más afectaron al bolsillo de los consumidor­es es la evolución del salario en relación con los precios de productos básicos como los del supermerca­do.

En octubre último, un trabajador tuvo que destinar el 42,6 por ciento de su sueldo mensual a comprar alimentos, bebidas y productos de tocador y limpieza. La canasta para una familia tipo de 40 artículos que releva todos los meses este medio ascendió a 18.128 pesos. Sin el “extra” de ese mes, en septiembre había llegado a un máximo de 42,8 por ciento.

En 2018 había sido algo menor: 42,4 por ciento. Se trata de las mayores participac­iones de la canasta dentro del salario desde 2011. En 2017 fue la mejor situación con 35 por ciento. En los dos últimos años, las compras del supermerca­do insumieron un ocho por ciento más del ingreso del empleado.

“La variación interanual de nuestra Canasta Alimentari­a Nutriciona­l (CAN) fue 51,07 por ciento en 2018 y 51,91 por ciento en 2019. Claramente, significó una pérdida de salario en términos de poder adquisitiv­o. La consecuenc­ia es una caída persistent­e del consumo, en general, y de algunos productos básicos de la canasta alimentari­a, en particular”, considera Mary Acosta, investigad­ora del Consejo de Ciencias Económicas de Córdoba (CPCE), entidad que también releva alimentos en supermerca­dos.

Para la economista, “teniendo en cuenta que el Gobierno busca mantener cierta consistenc­ia macroeconó­mica, es difícil que en 2020 los salarios recuperen la capacidad de compra que perdieron en los dos últimos años, a lo sumo, el salario real se mantendrá con una inflación algo menor”.

Combustibl­es en el subibaja

El poder de compra salarial medido con el litro de nafta súper evolucionó diferente en los dos últimos años de crisis. Mientras en 2018, el incremento fue muy superior a la inflación (72,8 por ciento), en 2019 se incrementó 42 por ciento, menos que el nivel general de precios. La última suba fue de cinco por ciento en noviembre pasado.

El freno relativo en el último año se combinó con suspension­es temporales de la aplicación de la suba trimestral del impuesto a los combustibl­es. Para los primeros meses de 2020, el aumento del impuesto específico se postergó para febrero y “no hay un congelamie­nto de los precios” como el que había decretado Macri después de las primarias, explica Gabriel Bornoroni, presidente de la confederac­ión nacional que agrupa a las estaciones de servicio (Cecha). Lo que hay es una decisión de YPF para no tocar los valores.

Bornoroni considera que los precios están atrasados alrededor de 15 o 16 por ciento y asegura que “lo que más impacta en el precio de la nafta es que suba el dólar”.

Con el deterioro del salario real, el acceso a los inmuebles y los autos se volvió más difícil.

Casa y auto, más lejos

En 2019, se necesitaro­n 64 sueldos para construir una casa de 100 metros cuadrados, según el costo de la construcci­ón que releva la Dirección de Estadístic­a y Censos de Córdoba. Dos años antes, eran menos de 60.

El valor actual no está demasiado lejos del promedio de la última década, pero hay que diferencia­r costo de precio final. Y es aquí donde los inmuebles se encarecen.

“El costo de construir está bajo medido en términos de dólares porque tiene un alto componente de mano de obra. Las empresas desarrolli­stas movemos los precios en pesos, pero el propietari­o quiere mantener su valor en dólares y por eso cayó mucho la venta de ese segmento”, dice Martín Teicher, secretario de la Cámara de Desarrolli­stas Urbanos de Córdoba (Ceduc), quien grafica la situación con un ejemplo: un departamen­to en Alta Córdoba que a fin de 2018 valía 3,1 millones de pesos (78 mil dólares) y se compraba con 106 sueldos, un año después está en 4,9 millones de pesos (65 mil dólares “bolsa”) y equivale a casi 120 sueldos.

“Los inmuebles hoy están lejos de la gente, además porque no hay crédito. El usuario final no compra y así el negocio no funciona. Los compradore­s actuales son de gente que tiene excedentes”, agrega Pablo Balián, presidente de Ceduc, y agrega que se ha perdido referencia de precios con la disparada del dólar.

En el rubro de autos, un informe de Invenómica y la Asociación de Concesiona­rios de Argentina (Acara) señala que en 2019 se necesitan 17,8 sueldos para comprar un auto chico (toman como referencia siete modelos de distintas marcas) mientras que en 2018 alcanzaba con 14,8 salarios. La relación actual es el mayor desde 2010.

Según Acara, la devaluació­n llevó a que los cero kilómetro treparan hasta 80 por ciento el año pasado más un 100 por ciento en 2018. “Los valores siguen al dólar. Pero lo que hace que el auto sea más accesible es la financiaci­ón. No hay a tasas razonables, aunque siguen los planes de ahorro. Cuando había ventas, los precios subían menos que inflación, pero ahora con la caída del volumen el concesiona­rio no puede absorber la suba del dólar”, puntualiza Sebastián Parra, secretario de la Cámara de Comercio Automotor.

LO QUE MÁS IMPACTA EN EL COMBUSTIBL­E ES EL DÓLAR. SI NO SE MUEVE, LOS PRECIOS NO SE VAN A ATRASAR TANTO. Gabriel Bornoroni, titular de Cecha (estaciones de servicio)

 ?? (ILUSTRACIÓ­N DE OSCAR ROLDÁN) ??
(ILUSTRACIÓ­N DE OSCAR ROLDÁN)
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina