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Otra década en la calesita

Entre 2010 y 2019, el PIB real por habitante retrocedió 6%. La mochila de los problemas estructura­les en tiempos de pandemia.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

La pandemia del coronaviru­s está mostrando la elevada vulnerabil­idad que arrastra la economía argentina desde hace años y que la deja en una situación muy débil y con pocas herramient­as para hacer frente a esta crisis.

De un grupo de 30 países que aportan el 83 por ciento del producto bruto mundial, Argentina es el segundo que más caerá entre 2017 y 2021: -10,7 por ciento frente a una suba promedio de 6,8 por ciento, según una estimación del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) que no considera una segunda ola de contagios del Covid-19.

Estos datos fueron analizados por los economista­s de la Bolsa de Comercio de Córdoba, al presentar la 26ª edición del Balance de la Economía Argentina, “Economía Argentina: Habla el Interior”, en un evento auspiciado por LaVoz.

Lucas Navarro, director del Instituto de Investigac­iones Económicas (IIE) de la entidad, remarcó que este desempeño es consecuenc­ia de los problemas estructura­les con los cuales el país inició la cuarentena y que impiden tomar medidas más contundent­es de ayuda a la actividad económica.

“El momento actual es elocuente, porque pone de manifiesto todas las dificultad­es de los últimos años. El Estado está expandiend­o el gasto público y tomando medidas de ayuda, como todos los países, pero los montos son insuficien­tes y deben financiars­e con emisión monetaria”, señaló.

Alta volatilida­d

Los datos recopilado­s por el IIE muestran que, entre 2010 y 2019, el producto interno bruto (PIB) per capita de Argentina retrocedió seis por ciento y que 2011 fue el último año de crecimient­o. En el mismo lapso, el mundo tuvo un alza cercana a 40 por ciento, con un avance mayor en los países emergentes y menor en las economías desarrolla­das.

Lo que está detrás de este comportami­ento “es un desempeño macro con una frecuencia muy alta de recesiones y de gran intensidad”, dijo Navarro. En los últimos 40 años, Argentina tuvo 17 de caídas del PIB respecto al año previo (con ocho crisis de distinta intensidad).

“En otros países, cuando hay recesión, las familias y las empresas pueden acceder al crédito y se puede suavizar el impacto en el consumo de esas retraccion­es. Además, los gobiernos también pueden recurrir al financiami­ento y el gasto público puede atenuar las caídas. Así, el consumo fluctúa mucho menos que el producto y la economía se recupera más rápido”, explicó.

Por el contrario, “en Argentina tenemos un mercado de crédito poco desarrolla­do, sin acceso al financiami­ento. Además, el Estado tiene un diseño de políticas públicas no efectivo y el gasto es procíclico, por lo que no puede atenuar las recesiones”.

En la última década, estos problemas se agravaron por otro fenómeno que no se veía hasta 2011: “Se desacopló el crecimient­o del gasto público respecto a la actividad económica. Mientras esta permanece estancada, hay una explosión del sector público. Esto se combina con una inversión estancada y decrecient­e por el desplazami­ento del gasto estatal”.

El incremento del gasto se “financió con aumento de la presión tributaria que, al ser insuficien­te, acumuló déficits fiscales en 32 de los 40 últimos años”.

Lo que viene

Si bien todavía no se conoce cuándo terminará la pandemia (ni la cuarentena), Navarro resaltó que los datos, hasta el momento, muestran que lo peor del impacto sucedió en abril, con una recuperaci­ón en mayo y en junio. En este aspecto, la Región Centro, en la que se encuentra Córdoba, parece estar en mejores condicione­s.

Para adelante, hay una incógnita respecto de cómo se manejará la enorme emisión de dinero (un billón de pesos) que está financiand­o la ayuda estatal. “Por ahora, no hay inflación porque aumentó la demanda de pesos por precaución y por una fuerte política de esteriliza­ción monetaria vía Leliq. El problema es que la esteriliza­ción se agota, porque limita el crédito y, si se deja correr la inflación, impactará en el consumo”, advirtió el economista.

En este marco, “un acuerdo con la deuda puede ayudar a quitar presión en el mercado cambiario y tolerar un poco más de espacio para la política monetaria y evitar que el impacto inflaciona­rio sea más fuerte”.

Mayor integració­n

Un tema en el cual la Bolsa viene insistiend­o desde hace años y que puede ayudar en la recuperaci­ón es una mayor integració­n global.

Raúl Hermida, fundador del IIE, dio algunos números sobre el aporte que podrían hacer Córdoba y la Región Centro si se avanzara en ese proceso con Brasil, Chile y Uruguay, a través del corredor bioceánico central y la revaloriza­ción de las hidrovías.

“Según el Banco Mundial, el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea incrementa­ría 80 por ciento el comercio exterior de Argentina para 2030; mientras que si se avanza en el tratado de libre comercio con la Alianza del Pacífico, se sumaría otro 25 por ciento”, dijo Hermida. “Además, eliminar las retencione­s, reducir el arancel externo común y reformar las licencias de importació­n aumentaría el crecimient­o esperado del 1,4 por ciento al cuatro por ciento en los próximos años”, agregó.

“El gran desafío del Mercosur es conformar un único bloque con la Alianza del Pacífico, para tener salida por ambos océanos, donde el corredor bioceánico central sea un eslabón importante. Para lograrlo, es necesario más autonomía provincial, sin la solidarida­d mal entendida de acumular población en el conurbano bonaerense. Hay que generar más producción en distintos puntos del país, con empresas que sean las generadora­s de fuentes de trabajo”, concluyó.

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(ILUSTRACIÓ­N DE OSCAR ROLDÁN)
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