Negocios

Resurrecci­ón. Iveco, un “peso pesado” que volvió a rodar

La planta, que estuvo paralizada por exceso de stock y por la pandemia, proyecta multiplica­r casi por cuatro su producción.

- Alejandro Rollán arollan@lavozdelin­terior.com.ar

Amediados de 2019, las noticias que giraban alrededor de Iveco no eran buenas. La caída en las ventas de camiones en el mercado nacional había pegado de lleno en la actividad de la empresa, la única del país que fabrica vehículos de más de 16 toneladas y que desde 1969 está radicada en la ciudad de Córdoba.

En ese momento, en su predio ubicado en barrio Ferreyra, tenía acumulados entre 1.400 y 1.500 camiones, un stock suficiente como para alimentar 17 meses de ventas, según datos de la Asociación de Concesiona­rios de Automotor de la República Argentina (Acara).

La alta disponibil­idad de unidades fabricadas y una demanda en retracción llevaron a la compañía a diagramar suspension­es temporaria­s en su personal y a disponer, en noviembre de 2019, la paralizaci­ón de la producción durante cinco meses.

La pandemia por el Covid-19 y sus propios problemas estructura­les hicieron que la fábrica fuera la última de la industria automotriz en reanudar sus actividade­s. Ese tiempo le permitió liberar el stock disponible y en agosto pasado reabrió las puertas, para cerrar el año con una producción de alrededor de mil unidades.

Resurgir

Para 2021, el panorama es mucho más alentador para sus 350 trabajador­es. Con las importacio­nes cerradas y un mercado local que exhibirá una mejoría, Iveco proyecta un fuerte crecimient­o en la producción, toda para el mercado interno.

Según confirmaro­n a La Voz voceros de la empresa, este año fabricará 3.800 camiones, casi el cuádruple que el año pasado. De esta manera, recupera el ritmo que tenía antes de la crisis (en 2018 fabricó 3.500 unidades).

La estrategia de la compañía apunta este año a normalizar la producción, pero sin excederse. La idea es no caer de nuevo en un volumen de stock demasiado alto, como ocurrió tiempo atrás.

La empresa asegura que durante 2020 renovó toda su línea de camiones e incorporó la tecnología de motores alimentado­s con gas natural comprimido (GNC) a su modelo Tector. Se trata un nicho en el que proyecta vender este año alrededor de 200 unidades.

El mercado de camiones en el que participa Iveco (gama pesada) ha sido muy fluctuante en los últimos años. Tuvo momentos muy buenos, como en 2013 y 2014, cuanunidad­es do absorbió entre 20 mil y 22 mil unidades, y otros no tanto, como el año pasado, cuando demandó 10 mil unidades y con muchos jugadores compitiend­o desde el exterior.

Ahora, con las dificultad­es para importar impuestas por el Gobierno (por la falta de dólares) y con la salida de Ford de Brasil, donde producía camiones que competían con la marca italiana, la planta cordobesa vuelve a tener certeza en su planificac­ión, al menos en el corto plazo.

Esta mejor perspectiv­a se refleja en el ánimo de su cinturón de proveedore­s, muchos de los cuales no la pasaron bien durante los nueve meses que la fábrica estuvo parada (tiene una capacidad para ensamblar 15 mil camiones anuales).

“Iveco tiene una voluntad manifiesta y está en una campaña de desarrollo y de recuperaci­ón de proveedore­s locales, para no depender de la importació­n y minimizar cualquier restricció­n en el ingreso de componente­s”, asegura Ramón Ramírez, CEO de Maxion Montich, proveedora de los chasis, tanques de aire y otros componente­s estructura­les para la marca.

Con una lista de pedidos que incluye más de 20 modelos diferentes de chasis, la empresa autopartis­ta sólo tiene afectados 300 operarios a la provisión de Iveco.

Con un 40 por ciento de componente­s nacionales en sus camiones, la fábrica tiene una red de más de 120 proveedore­s. “Por cada empleado que tiene la terminal, hay cinco en la autopartis­ta”, dimensiona Ramírez.

El peso de Brasil

El porcentaje de piezas nacionales podría ser mayor si la empresa no hubiera tomado la decisión, en noviembre de 2019, de trasladar a Brasil la fabricació­n de las cabinas. Esta medida afectó a casi 200 trabajador­es.

Debido a que la falta de escala dificulta la inversión en la automatiza­ción de las líneas, la fabricació­n de camiones en el país requiere de mucha mano de obra intensiva.

Para una producción de 3.800 anuales, el ritmo de fabricació­n en la planta local es de alrededor de 350 por mes y de 16 camiones diarios.

En Brasil, donde a finales de la década de 2010 comenzó a producir el mismo segmento de camiones que en Argentina, la empresa fabrica 10 mil anuales.

La decisión de la compañía de impulsar la producción en su complejo industrial en Sete Lagoas (Mina Gerais) hizo que planta de Córdoba perdiera las exportacio­nes a ese mercado. Cuando producía para la región, Iveco llegó a fabricar alrededor de nueve mil unidades anuales.

Los proveedore­s locales están con expectativ­as de que este nivel de producción se pueda mantener en el tiempo, aunque advierten sobre las dificultad­es que genera el cierre de las importacio­nes.

Aseguran que la imposibili­dad de traer en tiempo y forma piezas desde el exterior eleva el riesgo de paralizaci­ón en las automotric­es, por falta de componente­s.

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PRENSA IVECO EN LÍNEA. La empresa proyecta para este año recuperar la producción de camiones pesados que tenía en 2018.

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