Un contexto internacional que apremia
Tras varias semanas de acumular ganancias, tanto el mercado de acciones como el de los bonos locales han mostrado debilidad en las últimas jornadas, impulsados principalmente por un contexto internacional que plantea ciertas incertidumbres en el horizonte.
La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) alertó esta última semana que planifica adelantar la suba de tasa para el año 2023, la cual estaba prevista para 2024. Esta condición es la que advierte, de algún modo, que los datos de inflación de Estados Unidos conocidos días atrás, ubicándose en torno al cinco por ciento, no han pasado inadvertidos.
Como consecuencia de ello, hemos visto una fuerte respuesta alcista del dólar frente a los principales cruces del mundo, lo que impacta en forma directa sobre el mercado de commodities y, por consiguiente, también sobre los mercados emergentes.
La política de estímulos que tuvo la FED en el último año, tras el inicio de la pandemia, es la que permitió que la actividad económica en Estados Unidos pudiera recuperarse de manera rápida.
Sin embargo, esos mismos estímulos son los que potenciaron una subida importante en los precios de los activos financieros a nivel internacional. En muchos casos, estos activos llegaron no sólo a recuperar lo perdido por la pandemia, sino que incluso han multiplicado su valor de manera exponencial, en un tiempo récord, creando un escenario definitivamente de riesgo.
Impacto local
Es por lo mencionado por lo que se justifica la reacción bajista que tuvieron los precios en la última semana, ante el nuevo escenario propuesto por la FED.
Si el estímulo se corta, por consecuencia resultará difícil poder sostener la tendencia alcista de los precios y ello provoca la necesidad de que muchos fondos piensen en tomar ganancia de sus posiciones para comenzar a pensar en activos de cobertura, que les permita conservar esas ganancias realizadas.
Obviamente, este accionar repercute en la mayoría de los mercados y Argentina no sólo no se encuentra exenta de esa situación, sino que incluso podría complicar las expectativas de recuperación y eventuales acuerdos con organismos internacionales.
En concreto, una apreciación del dólar en el mundo, presionado por las expectativas de un incremento en los niveles de tasa de interés y por un impacto bajista en el precio de las commodities, claramente dejaría un terreno mucho más dificultoso para el Gobierno nacional. El escenario podría alterar los acuerdos y equilibrios necesarios de la macro, que permitan mejorar las condiciones de recuperación en la micro. Y esto el inversor local lo sabe. Veremos.