Empresas. El primer unicornio cordobés cumple 70 años
La multinacional, fundada el 5 de julio de 1951 por Fulvio Pagani, en Arroyito, consolida su proceso de internacionalización. ¿Cómo será su perfil en las próximas décadas?
Con 18 años, Fulvio Pagani fundó Arcor en 1951, con un objetivo claro: producir cinco mil kilos de caramelos por día. Así arrancó el primer unicornio cordobés.
A diferencia de los unicornios actuales –así se conoce a las compañías que en poco tiempo superan el valor de mil millones de dólares–, le llevó algunas décadas alcanzar ese valor.
Pero desde Arroyito montó una compañía mundial basada en un producto global, el confectionery, como se conoce en el mundo a la industria de los caramelos y los chocolates, que cubre una necesidad universal.
Mañana, 5 de julio, cumple 70 años esta empresa que actualmente fabrica tres millones de kilos de alimentos diarios para 120 países, en los cinco continentes, y que en 2020 facturó 170 mil millones de pesos.
La segunda generación, liderada por uno de sus hijos, Luis Pagani –el primer empresario latinoamericano en ingresar al Candy Hall of Fame, en 2000–, fijó el rumbo hacia los mercados externos: Europa, Asia y África. Sin embargo, guarda para su provincia un capítulo especial.
“Córdoba es el lugar que nos vio nacer hace 70 años y nos ha acompañado en nuestro proceso de crecimiento y de expansión regional y global. Sin dudas, tiene y tendrá un significado muy especial para nosotros y un rol muy relevante en el desarrollo de nuestros negocios”, asegura a La Voz el directivo.
De los 20 mil empleados que tiene la compañía (25 por ciento mujeres), cuatro mil colaboradores están en la provincia.
En Córdoba, tiene fábricas correspondientes a sus tres unidades de negocios: alimentos de consumo masivo, agronegocios y packaging.
“La actividad productiva que tenemos en la provincia es un ejemplo de la integración vertical de nuestras operaciones”, agrega Pagani.
Sus establecimientos en Arroyito, Córdoba, Colonia Caroya y Villa del Totoral producen galletas, golosinas, chocolates y materiales de empaque; también tiene en la provincia siete tambos industriales, una planta generadora de energía eléctrica y dos de molienda húmeda de maíz.
Además, desde hace cuatro años, Arcor empezó a incorporar en sus fábricas la tecnología 4.0 (automatización y transformación digital) y arrancó por Arroyito, Colonia Caroya y Salto (Buenos Aires). Cuatro años más le llevará transformar el resto de las plantas industriales.
Los nuevos desafíos
El primer desafío al futuro de Arcor lo plantea el estancamiento de la economía regional.
“Excepto por México, al resto de Latinoamérica no lo veo trascendiendo”, advierte Pagani en su reciente libro El gen empresarial. De hecho, selló una alianza con Bimbo para, a través de Mundo Dulce, avanzar en el mercado azteca.
Según el ejecutivo, el 30 por ciento del crecimiento de Arcor está basado en el exterior. Por eso, con la planta industrial que inaugurará en Angola a finales de este año, quiere avanzar en el África Subsahariana.
Tampoco descarta alianzas con alguna empresa importante de Asia. Ya puso un pie en Rusia, aliada con Alidi Group, pero para avanzar en el gigante mercado asiático requiere grandes recursos financieros.
El segundo reto es ampliar y renovar su cartera de productos ante las nuevas tendencias de alimentación.
Aliado con Mastellone –tiene 48,68 por ciento de La Serenísima–, aportará innovaciones propias para internacionalizar productos lácteos. Si bien ya exporta leche a Argelia y a China, y manteca y queso a Rusia, hay oportunidades en leches modificadas, sobre todo en países árabes.
También empezó a crecer en alimentos saludables. “Hace varios años creamos un Comité de Nutrición, responsable de la definición de una estrategia transversal a toda la empresa de hábitos de vida saludable”, agrega.
Con la marca Natural Break, incorporó nuevos productos con semillas y frutos secos, y ahora apuesta a más fibras y vitaminas, y a menos azúcar y grasas; además de opciones libres de gluten para celíacos y sin azúcar para diabéticos.
Aliado con Laboratorios Bagó, lanzó a su vez los suplementos dietarios Simple, que apuntan a la salud y a la dieta cotidiana.
A esto se suman los productos orgánicos. El ingenio La Providencia, en Tucumán, tiene certificación para hacer azúcar orgánica para Estados Unidos, Canadá, Europa (exporta a Países Bajos y a Francia) y Argentina.
La tercera gran apuesta es la transformación digital, marco en el cual lanzó “Arcor en Casa”, la propuesta de e-commerce para compras programadas, que representa tres a cuatro por ciento de las ventas, aunque crece a tasas prometedoras.
Pero el avance tecnológico será más profundo, de ahí su alianza con Coca-Cola para crear el fondo de inversión en startup Kamay Ventures. La compañía advierte la necesidad de llevar sus políticas de calidad a nuevas áreas, como las plataformas de vinculación con el consumidor, y ser más eficiente en logística.
“Es una oportunidad para buscar soluciones tecnológicas y ver oportunidades de negocio en un ambiente emprendedor, con la agilidad de procesos que puede aportar una startup. El mundo se dirige hacia empresas tecnológicas donde es más importante el software que los fierros, ahí también hay algo a lo que debemos prestarle atención”, agrega Pagani en su libro.
Pero el desafío más importante es avanzar en el proyecto que dejó su fundador, cuando entendió que el mercado es el mundo.
Así lo resume su actual presidente: “Si vos me preguntás cuál es uno de los temas pendientes en Arcor, creo que todavía miramos el mundo con ojos argentinos. Sabemos que la diversidad enriquece la mirada de los negocios y es un desafío que tenemos que trabajar para potenciar nuestra internacionalización”.
Córdoba tiene y tendrá un significado muy especial para nosotros y un rol muy relevante en el desarrollo de nuestros negocios.
Luis Pagani
Presidente de Arcor