Lo que desvela a Vidal
Amenazas y peleas políticas ponen en riesgo la gobernabilidad. La pasividad de una Policía indomable ante la ola de secuestros.
La
gobernadora María Eugenia Vidal está preocupada. Dicen sus allegados que más intranquila que cuando asumió en su cargo y se encontró con una provincia quebrada y sin control. Ella siente que, a pesar de todos los esfuerzos que viene realizando desde el 10 de diciembre del año pasado, no logra controlar a la Policía Bonaerense. La desvela el fantasma de la “maldita policía”. Ve que el esfuerzo que pone en la lucha contra las mafias enquistadas se vuelve cada día más difícil y hasta le provocó una sucesión de amenazas de muerte que la obligaron a poner a los servicios de inteligencia a trabajar en informes periódicos sobre su seguridad y la de su familia. Como si Vidal no tuviera conflictos para enfrentar, en el último tiempo resurgió una vieja problemática de la provincia de Buenos Aires: los secuestros. Aunque ahora reconvertidos en “express” o también llamados de “autopago” (donde mantienen cautiva a una de las víctimas y obligan a otras a reunir la plata del rescate), delitos que pretende detener poniendo en movimiento a una inactiva fuerza de seguridad. Por otra parte, la gobernadora tiene que lidiar con una cruda interna política provocada por socios eventuales de Cambiemos que pretenden sumarse a su gestión, pero en puestos claves como la seguridad y la justicia. LA SOMBRA DEL MAL. La imagen física de Vidal cambió mucho en poco más de 5 meses de gestión. “Está muy delgada y menos paciente que el año pasado”, aseguró a NOTICIAS uno de sus colaboradores. Desde Cambiemos pretenden minimizar la problemática y aducen que el nuevo aspecto de la gobernadora responde a el exceso de trabajo. Pero en realidad, los nervios son productos de la tensión de ver que los problemas de inseguridad se incrementan en paralelo a la purga que viene realizando en la Policía bonaerense. ¿Están los efectivos exonerados detrás de la ola delictiva?
“Hay una guerra contra el gobierno iniciada por policías corruptos que responden a caudillos bonaerenses”, dicen en torno a Vidal.
“De todos los secuestradores que hemos detenido, ninguno es un ex policía. Igualmente, por el momento no podemos descartar que exista una participación pasiva de algunos ex policías”, aseguró a NOTICIAS una alta fuente de la Policía Federal, la fuerza encargada de investigar el delito que más preocupa a los funcionarios nacionales. La diputada Elisa Carrió, quien busca un lugar en la provincia en las elecciones del 2017, se sumó a la teoría del complot y advirtió: “Las mafias de la provincia están tratando de condicionar el poder de Vidal”. Ante el incremento del delito, los ministerios de Seguridad de Nación y de provincia coordinaron terminar con la pasividad que desde hace años tienen los efectivos. “Históricamente la Policía siempre fue detrás de la agenda mediática. Los periodistas ven los delitos antes que la propia fuerza. Eso tiene que cambiar para mejorar la seguridad”, explicó el ex jefe de la Policía bonaerense Daniel Salcedo. A los pocos meses que asumió Vidal, redujo la cantidad de custodios que tenía su antecesor, Daniel