Como el agua y el aceite
Noche contemporánea. Amor, el miedo desaparecerá (Cor.: W. Cammertoni); Bosque de espejos (Cor.: C. Macras); Por vos muero (cor.: N. Duato); In the middle, somewhat elevated (Cor.: William Forsythe). Ballet Estable del Teatro Colón. Director: Maximiliano Guerra. Teatro Colón.
Conun criterio de programación desparejo, en esta velada convivieron dos coreografías olvidables y otras dos que en- riquecen el repertorio del Ballet del Colón. “Amor, el miedo desaparecerá” fue de las primeras, sin ningún vuelo, con un mensaje trillado e infantiles recursos escénicos. “Bosque de espejos”, en cambio, comenzó con una buena idea: la muerte de “Giselle”, “La sílfide” y “Romeo y Julieta”, repetida una y mil veces por diferentes bailarinas, muchas de ellas integrantes mayores del elenco, haciendo honor al título. Arma de doble filo: los destinatarios son aquellos más cercanos al mundo de la danza y sus códigos. Fue excesivo el uso del texto de Michel Foucault, dicho con precariedad por una actriz y los propios bailarines, pero siempre se puede cerrar los ojos y escuchar la voz de Carla Filipcic Holm y el piano de Fernando Pérez desde el foso, y abrirlos para disfrutar de la impactante línea de Paula Cassano en dúo con Igor Vallone.
Luego del intervalo –y el éxodo de mucha gente– , vino lo mejor de la noche: “Por vos muero”, de la mano de Nacho Duato. Gran dinamismo, bellísimas imágenes con utilización de las máscaras, y los lejanos acordes de la música española del siglo XVI, combinados con las voces de Miguel Bosé en el texto de Garcilaso de la Vega y Monserrat Figueras en el canto. Fue excelente la asimilación estilística de todo el elenco, especialmente el trío formado por Candela Echenique, Emanuel Abruzo y Emiliano Falcone.
Conocimos la obra de Forsythe en 2013 gracias al joven Ballet del SODRE. Atrapante desde el sorpresivo inicio, la eléctrica coreografía puso en juego toda la energía del elenco, de gran destreza técnica, encabezado por los impecables Federico Fernández y Macarena Giménez, demostrando que ante los buenos creadores, surgen los buenos artistas.