Escándalo en la ONU
La canciller fue acusada de la prensa mundial de encubrir violaciones de niños en África por los Cuerpos de Paz. Mails calientes.
Parece
difícil que en la Argentina de López, de los dólares, las valijas y los conventos aparezca algo más espectacular y cinematográfico que todo lo que ya ocurrió. En el país de los imposibles y del “no se puede creer” la ficción siempre corre de atrás a la novelesca realidad. Pero el nuevo capítulo de lo increíble no va a ayudar al Gobierno como la detención del ex secretario de Obras Públicas, sino que esta vez el escándalo golpea a las filas oficialistas. Susana Malcorra apareció en el medio de un conflicto en la ONU que lleva dos años y que fue seguido de cerca por los grandes medios del mundo. De nuevo lo impensado: el conflicto que involucra a la canciller está vinculado a una operación gigantesca de la organización mundial para cubrir violaciones de decenas de chicos en la República Centroaricana por los propios Cuerpos de Paz. Y lo más insólito es que la denuncia salió desde dentro de la institución. Una mancha en el currículum de la candidata de Macri a ser la nueva Secretaria General.
El caso llegó de manera tibia al país a principios de junio, aunque medios tan importantes como el diario británico The Guardian, el francés Le Monde y la revista estadounidense Foreign Policy lo vienen siguiendo desde su origen y escribieron más de dos docenas de artículos. En esos días Anders Kompass, veterano luchador sueco de los derechos humanos y hasta entonces director de las Operacio- nes de Campo de la ONU y dueño de una carrera de veinte años, presentó su renuncia después de años de batallar contra todo el aparato de la organización mundial, en los que sufrió la expulsión de su trabajo -el 13 de abril del 2015, cuando fue escoltado hasta la puerta por agentes de seguridad- y un juicio que duró más de doce meses. Su crimen había sido imperdonable para la burocracia de las Naciones Unidas: luego de presentar un documento interno donde denunciaba el abuso documentado por Unicef de 16 niños en la República Centroaficana por parte de las tropas francesas del Cuerpo de Paz y de no tener ni una