Monja floja de papeles
La imagen de la hermana Inés con los bolsos la complica. La Iglesia se desentiende de ella.
El
relato de las inocentes monjas del monasterio de General Rodríguez, donde José López intentaba esconder 9 millones de dólares, tiene muchas grietas. No serían tan inocentes y tampoco son monjas.
Tras la aparición del video de las cámaras de seguridad instaladas en la galería del monasterio, la suerte de Alba Día de España Martínez Fernández (madre Alba) y de Celia Inés Aparicio (hermana Inés) cambió por completo. En las imágenes que se repitieron por infinito en televisión se observa cómo la hermana Inés mete a la casa los bolsos que López arrastraba. Para el fiscal Federico Delgado hay un dato que no debería pasar desapercibido: “Se manejaron con mucha tranquilidad, teniendo en cuenta que a centímetros de la puerta había un fusil apoyado en el piso de la galería”.
Ahora también son sujetos de investigación. La fiscalía pidió la indagatoria de la hermana Inés y un examen mental para la madre Alba, en grave estado de salud, “a fin de determinar si puede ser sometida a proceso”, según surge del petitorio. El delito del que las acusan es el de encubrimien- to, que podría conllevar una pena de prisión de hasta tres años.
Pero no es la única prueba que la Justicia tiene para sostener que las monjas estarían involucradas en esta historia digna de una película de Hollywood. Durante el día anterior a la madrugada en la que López fue detenido, María Amalia Díaz, esposa del ex secretario de Obras Públicas, se comunicó por teléfono en 11 oportunidades con la madre Alba, la responsable del lugar elegido para esconder el botín.
NO TAN MONJAS. El monasterio “Nuestra Señora del Rosario de Fátima” de General Rodríguez se distingue de otros: no está reconocido como tal por el Vaticano y las mujeres que viven en él son tres personas que nunca siguieron los pasos formales para convertirse en monjas. Ahora, la Iglesia quiere despegarse de este convento irregular, suficientes problemas ya tiene. Las falsas monjas se quedaron solas. Y tendrán que rezar mucho, y pasar por la Justicia, para limpiarse de culpas.