El choque de las tarifas
Quiso ajustar por las malas, improvisó y se enfrentó con una sociedad empobrecida.
De
dónde habrá salido la estimación de que ciertos segmentos de la población o de determinadas regiones geográficas del país pueden pagar tarifas de gas con aumentos de entre 1.200% y 2.000% con ingresos per cápita inferiores a los 9.000 dólres anuales? ¿Qué funcionario del gobierno creyó -antes del tarifazo- que la tolerancia social daba como para encender la mecha y desviar enseguida la atención desde la impotencia de no poder pagar las nuevas facturas hacia el constructivo hábito del ahorro energético? ¿Puede imaginarse sensatamente que una economía familiar sostenga el descalce de las grandes petroleras internacionales afectadas por la caída de los precios globales y la consiguiente suba de los costos de extracción del combustible?
Aparentemente, el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay no fue ni imaginó semejantes despropósitos. Al menos lo dio a entender: “Quizás nos equivocamos en la identificación de quiénes son los que pueden pagar la tarifa plena y eso es lo que estamos tratando de corregir”, reconoció. “La decisión cautelar de la justicia de volver al anterior cuadro tarifario no solo perjudica nuestro plan económico sino que además plantea un esquema agresivo que elimina la tarifa social y se le quita el subsidio a los más vulnerables”, criticó de paso los nuevos topes correctivos. “Ahora modificamos el cuadro tarifario tomando los reclamos. Hubiéramos querido evitar las decisiones que tomamos en el plano tarifario, pero no había más remedio porque nos estamos quedando sin gas. Igual -volvió a reconocer y hasta ironizar-, no afecta nuestro objetivo fiscal de este año de bajar el déficit al 4,8% del PBI, pese a que no preveíamos aumentos de tarifa de gas superiores al 400% y en algunos casos al 1.000%”.
Según los cálculos del ministro, siempre optimistas, el gobierno ahorrará este año unos 78.000 millones de pesos en subsidios a la energía, el transporte y el agua, las principales fuentes del déficit fiscal. Ese “gasto” bajaría de los 4,5% del PBI de la gestión kirchnerista al proyectado 3,3% del primer año de Cambiemos. Pero en vez de aplicar el tarifazo original de abril, en el que la demanda (los usuarios) pagarían en un 90% el costo del gas, ahora, con el tope del 400%, se cubrirá con tarifas solo un 70% de los costos en comparación con el mismo periodo del año pasado. El gobierno resignaría así entre 11.000 y 13.000 millones de pesos que ya daba por “ahorrados” en subsidios. Pero pese a lo que se dijo, no hay diferencias en el entorno de Macri sobre esos cálculos numéricos: Prat-Gay, aún con sus diferencias -más o menos explícitascon el ministro Juan José Aranguren,